Llegamos al hotel y cuando subimos a la habitación (hay que subir un piso más todavía y te recuerdo que la recepción está en el 4º) nos sorprende: es espaciosa, tiene un enorme ventanal de un lado al otro, con mesa y una especie de sofá, una gran cama y lo más curioso es que el cuarto de baño la hace parecer todavía mayor: está situado al lado de la puerta de la habitación y tiene las paredes de vidrio. Es muy poco íntimo, pero la habitación parece mucho más grande: más de los 28 m² que realmente tiene.