Hoy el día ha acabado con una risa.
Llegamos al hotel por la noche y comprobamos que no queda papel higiénico, así que aprovechando que quiero preguntar en recepción por nuestro viaje de mañana se lo pido al recepcionista.
Empiezo preguntándole cómo ir a las plantaciones cercanas de té, donde fracasamos cuando intentamos ir en nuestra primera estancia en esta ciudad. Y el solícito joven me entrega dos bolsistas de té. “Muchas gracias pero no, lo que quiero es ir la plantación”. Así que echa mano del traductor telefónico y empieza esta interesante conversación: