Tenemos el tren a la 11 y diez así que no hemos tenido que levantarnos temprano después de estos días de prisas y madrugones.
Al dejar el alojamiento recordamos la desagradable sorpresa al llegar, a pesar de que la información de la guía ya avisaba que era mucho mejor que lo que podría sugerir su situación en un 4º piso de un edificio comercial.