Salimos del banco, felices con los yuanes duramente conseguidos, volvemos sobre nuestros pasos y damos con una plaza enorme, pero grande, grande y que quizás se considerase el centro de la ciudad.
Salimos del banco, felices con los yuanes duramente conseguidos, volvemos sobre nuestros pasos y damos con una plaza enorme, pero grande, grande y que quizás se considerase el centro de la ciudad.