Hoy el día ha comenzado bien, se ha complicado, ha mejorado mucho y ha acabado bastante mal.

Joven birmano reparando mi ordenador.
Empiezo por lo malo.
Estamos en el hotel preparándonos para ir a dormir y en el ordenador estoy oyendo las noticias de las 5 de la tarde, hora española, en la Cadena Ser. Acaban y el ordenador se bloquea y empieza a sonar su altavoz como una cigarra, o algo así. Y no hay forma ni de parar el sonido, ni el ordenador, hasta que se acabe la batería. Y es que en este modelo no se puede quitar la batería si no es desarmándolo y si no es en caso de muerte no voy a hacerlo. Así que lo cubro con toallas, pues temo que los vecinos de la habitación se quejen dado el volumen de la chicharra y que además impida nuestro descanso nocturno.
Y encima que el ordenador se caliente tanto con aquella envoltura de algodón que se incendie: castigado pasará la noche dentro de la bañera.