El lugar al que llegas en la estación superior del teleférico se llama “Ngong Ping Village” y desde allí sale un camino que te lleva al Gran Buda, que se llama realmente “Tian Ta Buddha”.
El lugar al que llegas en la estación superior del teleférico se llama “Ngong Ping Village” y desde allí sale un camino que te lleva al Gran Buda, que se llama realmente “Tian Ta Buddha”.
Hoy ha sido un día especial pues hemos dejado Hong Kong para ir a una isla.
Primero una breve lección de geografía, aunque algunas de las cosas ya las he ido explicando.
Después del HSBC pasamos por el túnel que atravesamos el otro día y que estaba lleno de señoras por el suelo que le daban un aspecto de “túnel de sin techo”. Pues hoy nadie y todo limpísimo. Ya dije que el sábado debía ser un lugar de encuentro de criadas en su día libre.
Visitamos otros edificios en aquel entorno y hay uno con un apodo curioso: el “Jardine House”, llamado popularmente (según la guía) como “House of 1000 Arseholes”. En castellano: “la casa de los mil ojetes”.
Realmente son 1750.
Ni un día sin su afán. Y todo por culpa del difícil visado para China.
El proceso sí lo recuerdas: rellenas el formulario, añades fotos, información de vuelos, hoteles, tren, la fe de bautismo (esto realmente no lo piden, pero por casualidad), pasas con todo ello por una mesa de comprobación de la documentación tras una cola de varias horas, luego te dan un papelito y esperas a que te llamen desde una ventanilla donde vuelven a repasar todo, todo, todo. Y si no tienes problema de ningún tipo (no fue nuestro caso), te dan otro numerito y esperas a que te llamen desde el cajero para que pagues el importe del visado.
Hoy ha sido un día especial.
Marisa se ha levantado ligeramente mareada y a partir de cierta edad hay que tener cuidado con esas cosas, así que hemos cambiado los planes iniciales por otros más acordes con la situación.
Pues ya estamos en Semana Santa.
¿Cómo se nota esto en el lejano oriente? Pues porque hoy han aparecido turistas españoles; quizás los había la semana pasada pero da la casualidad que hoy ha sido cuando los he visto. Además todos eran bastante uniformes: familias de padres de alrededor de 60 años, pero no jubilados, con hijos de 20. Todos con aspecto burgués. Y ningún grupo. Vaya, quizás los haya, pero el recorrido de hoy no era el más adecuado para un turismo de esas características. O que los grupos no vienen a esta ciudad.
Y la última etapa es el parque Victoria.
La primera sorpresa es que alrededor del parque había cientos de indonesias sentadas en grupos.
No te lo puede es imaginar.
Y camino de la entrada había grupos a ambos lados y algunas que vendían comida que preparaban en ollas allí mismo.
Domingo de Ramos y ni se nota. ¿Ocurrirá lo mismo en España?
Quiero decir si tampoco se notará en la España que no lo ha podido evitar. O sea en todo el personal que no se ha ido a una playa del Mediterráneo, a Canarias o a Praga.
Cuando llegamos al templo Pak Tai la segunda mala sorpresa: hablo con el que ayer me dijo que hoy sería el baile del león y me dice que no, que será mañana. Que hoy solo se reza. Imagino que ayer me lo explicó bien, pero yo solo me quedé con lo de “lion dance”.