
2013. Delhi. Jama Masjid.
La India es tan grande y tan diversa que tienes que acotar el territorio que quieres visitar.
Nosotros habitualmente empezamos en Delhi y desde allí nos desplazamos a la parte del país que “exploraremos”.
Pero este año dejaremos de lado Delhi, haciendo solo escala allí, y empezaremos el viaje de verdad en Calcuta: vuelo directo de Madrid a Delhi y desde allí a Calcuta y lo mismo al regreso. Esto nos impedirá ver a nuestra amiga Smriti que vive en Delhi y realizar las compras, que en este país es algo casi necesario, también en esa ciudad donde le tenemos cogido el pulso a bazares, barrios y almacenes donde hacerlas.
Marisa dice en un momento difícil: “Esto parece el fin del mundo”.
Ayer al apagar la luz de la habitación para dormir noté el vuelo de un mosquito pasando por mi cara. En los sitios donde hay estos bichos suelo emprender una cacería contra ellos antes de acostarme pero aquí pensé que por la altura y el tiempo no los habría. Además en esta habitación era realmente difícil verlos pues las paredes y techo estaban recubiertas de madera, pero al final de la búsqueda lo descubrí y liquidé.
Abandonamos la plática del “He is the former Prime Minister of Tibetan Exile Government. Prof Samdhong Rinpoche” y nos vamos a la plaza principal del complejo. Una maravilla. No es la fachada más espectacular que hemos visto pero está muy bien proporcionada. En una casita al lado de la puerta principal del templo hay una habitación con varios molinos de oración muy grandes.
Estoy escribiendo en una gran mesa que hay enfrente de nuestra habitación. Son las 6 de la tarde, es noche oscura, hace fresco y no consigo que la puerta que da a una terraza se quede cerrada. Cada vez que pasa un huésped bengalí se la deja abierta. Y es que acaba de llegar un grupo que ha ocupado las dos habitaciones que quedaban libres en esta planta; hay cinco habitaciones en todo el hotel.