En el paseo del Bund descubro a un fotógrafo disparando en plan despiste. Está sentado en un banco con la cámara apoyada en sus piernas y dirigida no sé si las piernas de las señoritas que pasan pues si me acerco más a indagar me temo que se hubiese dado cuenta.
Cada pocos disparos levanta la cámara y mira en la pantalla el resultado de la caza.