Y con los bolsillos repletos de yuanes o renminbis (todavía tengo que estudiar el tema) nos lanzamos a la conquista de Shanghái, nombre que se pronuncia como dos palabras monosilábicas: “Shang Hái”.
Nuestro alojamiento está a unos 50 metros de “East Nanjing Rd”, de la que la guía dice que en 1920 se abrió el primer gran almacén y que aunque lo fue, ahora ya no es la “crema” de las compras en esta ciudad, pero que su tramo peatonal permanece como uno de los más famosos y llenos de gente de China. Y realmente es algo notable.
Lo primero que me encuentro es una tienda de “Pull & Bear” y aunque no sea exactamente Zara me alegro igual.