
Hoy último día en la India, pues esta tarde nos vamos a Doha camino de Madrid y también último desayuno con mezcla de indio y occidental en este tranquilo, céntrico y bonito hotel.
Como queremos ir al aeropuerto en metro comprobaremos antes si de nuestro hotel al metro hay 10 minutos andando como dice Google y si hay algún impedimento en el trayecto teniendo en cuenta que vamos a ir con maletas con ruedas.

Salimos del hotel y en aquel momento pasan por delante de nosotros y en la misma dirección medio centenar de monitos, los mismos que encontrábamos en los alrededores del cercano templo y lo especial es que se dirigen a un solar que hay vallado en esta tranquila calle.
Antes de llegar allí pasamos por un par de residencias, también valladas, donde en sus jardines han colocado un gran letrero con un mono grande y muy feroz. Dada la inteligencia de estos animales me sorprendería que esa foto sirviese como elemento disuasorio para esta numerosa tropa.
Total, que van delante de nosotros y a ratos entre nosotros, se meten todos en el solar y desparecen.
Pensaba en el joven madrileño de la isla Elefanta que con un simple monito en su camino dio un gran rodeo para no pasar cerca de él.
Si contrata este elegante hotel y se encuentra a esta manada se desmaya. Vaya, que no hubiese podido salir del hotel.
Damos una vuelta por Connagauth Place, compramos los bocadillos en Wenger’s y nos acercamos hasta el centro que tiene Sri Lanka para sus peregrinos budistas y donde estuve alojado durante un mes. Quiero saludar a los empleados que había allí, pero hoy no están.
En el camino típicas estampas de este país, aunque estemos en el centro de Nueva Delhi.
Aunque quizás este motocarro sea ya eléctrico. No así el barbero que sigue trabajando en la calle.
Nos entran varios ganchos, unos 6 o 7 y yo respondo a la pregunta típica sobre mi origen que soy de Alcañiz y menos mal que ninguno me ha respondido con la respuesta también típica de “muy buen país” o “tengo un hermano que vive allí”, que me hubiese quedado de piedra. Realmente todos los falsos hermanos de los ganchos viven en Barcelona.
Vamos al hotel a recoger el equipaje y una joven madre nos dice que quiere ir a España para ver la tomatina.
¿Cómo les digo yo a esta gente que me parece un derroche bárbaro y sin sentido?
A alguien a quien intenté explicárselo me respondió que era como el “holi” en la India, lo que pasa es que aquí son polvos y en España es tomate de verdad.
Y con 4 horas de tiempo nos vamos al aeropuerto en el metro.
Todo un descubrimiento: uno de los trenes más limpios que he visto en mi vida y rápido. Mucho mejor que ir en taxi si estás cerca de una de las estaciones de esa línea que tiene escaleras mecánicas de subida y bajada, pues en algunas de otras líneas solo las tienen en un sentido y si vas con maletas…
Pero no todo iba a ser tan fácil, que estamos en la India.
En el aeropuerto solo te dejan entrar, por lo menos en las salidas, si tienes un billete y llevas el pasaporte. O sea que primer control de policía en la puerta de acceso.
Aquí no controlan el equipaje que vas a facturar como nos pasó en Aurangabad, así que te vas a la cola de facturación donde hay un cuello de botella en el control del pasaporte que te hace la compañía antes de que llegues a la señorita de facturación. Allí te ponen una pegatina en tu pasaporte.
Como este vuelo es de Qatar Airways, pero operado por Indigo, compañía india, no puedes hacer (o yo no lo he sabido hacer) la selección de asientos así que a la amable joven le digo que queremos estar juntos, pero uno en pasillo. Le he insistido tanto que ha entendido que queríamos los dos pasillo así que estaremos al lado uno del otro, pero separados por el pasillo.
Y alegremente nos vamos a inmigración donde te vuelven a poner un sello en el billete y en el pasaporte y llegamos al control personal y del equipaje de cabina.
Y, ¡cómo no!, me separan mi mochila a pesar de haber sacado y puesto en bandejas todo lo que piden las normas y más todavía. Pues no se quedan conformes y me hacen sacar todo sin saber lo que buscan y como no llevo nada, nada han encontrado, aunque lo han hecho de una manera muy poco amable y encima nos ha tocado el cambio de turno y parece que los recién llegados, que viene frescos, están con más ganas de tocar los cojones al personal.
Total, que aunque veníamos con más de tres horas de tiempo nos han sobrado solo 15 minutos. Así que, por si vienes aquí, quedas avisado.
Etiquetas: Alcañiz, Connaught Place, Delhi, Doha, España, Google, India, Indigo, Madrid, Metro, Qatar Airways, Sri Lanka, Wenger's

