
Durante el desayuno hemos conocido a una pareja de daneses que se alojan también aquí y quizás compartamos algún viaje con ellos.
Hoy lo vamos a dedicar a Tiflis como hicimos ayer.
Nuestro alojamiento está muy bien, pero la entrada y especialmente la puerta te echarían para atrás si no tuvieses más información de él.
Incluso la galería, que tiene un encanto especial, desde la calle presenta un estado lastimoso.
Pero no es solamente nuestra casa, que es algo habitual en todo este entorno.
La primera visita es a la iglesia armenia de Surb Nshan que está al lado de nuestro alojamiento y que está hecha polvo, por lo menos el exterior pues no se puede acceder a ella.
Esta iglesia ni siquiera aparece en nuestra guía y la única información en Wikipedia son dos líneas donde dice que fue construida a comienzos del siglo XVII y reconstruida a finales, lo que me hace sospechar que en medio hubo algún acto violento. Acaba diciendo que fue destruida parcialmente por un incendio intencionado.
Fea palabra inglesa para ese acto criminal: “arson”.
Por una placa colocada sobre una puerta comprobamos que el armenio no debe ser mucho más fácil que el georgiano.
Esto ya lo vimos en la isla de Akdamar y en una iglesia armenia de Kars.
Y después en otra iglesia armenia (también en restauración) en Nicosia.
Pero, curiosamente la primera vez que recuerdo que me “enfrenté” a ese difícil alfabeto fue en Calcuta.
¡Qué cosas tiene la India! Pues fue en las piedras tumbales de una iglesia armenia de esa ciudad.
Aquí el estado de abandono llega a que haya un Mercedes estacionado encima de algunas de esas lápidas.
Por la calle hay numerosos tubos metálicos que las cruzan y que trepan por las fachadas. No sé si será la conducción del gas o quizás del agua caliente, que creo que en algunos sitios de la antigua URSS era algo comunal. (Debí haberlo preguntado y no lo hice).
Pero no son solo esos tubos, que cualquier chapuza les sirve para resolver un problema como estos desagües de la fotografía para solucionar el agua de lluvia de esos tejados.
Parece mentira el gran interés que han tenido con las “obras arquitectónicas” modernas (desde el edificio de la entrada del país en la frontera con Turquía) y el poco en la vida diaria de los habitantes y casas del casco antiguo.
En nuestro paseo nos volvemos a encontrar con una tienda muy bien surtida de “churchkhela”.
Nuestra primera parada turística religiosa es a la catedral de Sioni.
¿Cuántas catedrales tiene esta piadosa ciudad!
Catedral de Sioni.
La guía dice que fue construida originalmente entre los siglos VI y VII y destruida y vuelta a levantar muchas veces y lo que se ve hoy es principalmente del siglo XI, si bien la cúpula y la capilla sur son de 1657.
Ya ves que no da demasiada información.
Wikipedia (¡ay, qué haríamos sin ti!) sí que nos explica que en georgiano se llama “Sionis ghvtismshoblis midzinebis t’adzari” (ni lo intentes) que traducido es “Templo de la Asunción de la Virgen de Sión”, aunque en la web la llama “catedral de la Dormición de Sioni”, que ya estamos otra vez que si “dormida” o que si “asuncida”.
Lo de “Sión” es porque a los georgianos les gustaba llamar a las iglesias con nombres de lugares de Tierra Santa. No sé si seguirán con los mismos gustos, pero además ahora esa tierra no es demasiado “santa”.
Fue la principal catedral ortodoxa de Georgia hasta que la nueva catedral Tsaminda Sameba fue consagrada en 2004.
Y de nuevo fervor a raudales. Y popes fotogénicos, que es que parecen sacados de un tiempo pasado y de un lugar remoto.
(Por favor, clic sobre la foto para ver el retrato en Flickr).
Y visitando esta iglesia vuelves a pensar en el “horror vacui” de los egipcios: ni una pared, ni un rincón sin decorar.
Afortunadamente no nos ocurre como con las representaciones budistas o hindúes y somos capaces de reconocer situaciones y algunas figuras. Como esta preciosa Virgen con Niño.
Y parece que ese “miedo al vacío” lo llevan también a sus creencias religiosas: ni un icono al que dejen de rezar.
Una visita muy interesante y que nos vuelve a mostrar la fuerte religiosidad de esta gente, o por lo menos de parte de ella.
¿Qué ha sido de los años de ateísmo militante de la URSS?
Desde allí seguimos con el recorrido espiritual visitando la iglesia de Jvaris Mama en la que ya estuvimos ayer.
Aquí nos volvemos a encontrar con un bonito fresco de la “Dormición”.
Lo curioso es que el que me parecía a mí que era Cristo tenía en sus brazos a un niño pequeño que entonces sería el nieto de la Virgen. Así que debo recomponer mi imaginario iconológico y el que está tieso y con barba debe ser el “Padre” y el niño sería Jesús. Y entonces ¿dónde está el Espíritu Santo? Porque no se ve ninguna paloma por ningún sitio. Además la Virgen no se va a “dormir” con un niño Jesús tan pequeño.
(Recomiendo un clic en la foto para que te lleve a la original en Flickr y allí poder ampliarla para dilucidar de quien o quienes se trata. Y una pregunta de ortografía teológica: ¿esos «quien» y «quienes» se deberían escribir con mayúsculas o minúsculas?).
Esto es un sinvivir. (Aunque iba a escribir un “sindios”, que en este caso hubiese sido un maravilloso -y quizás blasfemo- oxímoron).
Y un santo a caballo que si fuese en España sería “Santiago Matamoros” (no sé si ya lo han quitado del santoral por lo de la corrección política), pero aquí quizás sea “Santiago Matapersas”.
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