El entorno donde tenemos el alojamiento, como dice la guía, está “dilapidated”.
Y nada más salir a la calle nos “enfrentamos” a la difícil, más que difícil, “jodida” escritura georgiana, que para hacerla más fácil (a algunos) añaden al nombre de la calle su equivalente en cirílico. O eso imagino.
Una de las primeras cosas que descubro es una balcón “a la rusa”.
Realmente no sé si esa característica arquitectónica es “rusa, rusa”, o es que me lo parece a mí.
Es un tipo de balcones que descubrí en un viaje a Kars, en el este de Turquía, donde hubo una especie de república rusa y donde había unos balcones enormes, creo que de esa época.
Busco en mis crónicas publicadas en este blog y efectivamente encuentro esa descripción en este enlace.
Quizás sea una casualidad.
NB
En la obra “Nieve” de Pamuk, habla de Kars como una ciudad donde hubo una guarnición rusa.
Empezamos nuestra vida de turistas y ya en el centro-centro nos encontramos con la primera representación de San Jorge en lo alto de una columna: el “Monumento a la Libertad” , pero conocido como la “Estatua de San Jorge”.
Se trata de un monumento de 35 m de alto y con la estatua de 5,6 m en bronce y cubierta de oro.
Fue un regalo del escultor de la obra, Zurab Tsereteli, y este artista de una gran y dilatada obra por todo el mundo tiene una escultura en Sevilla, pues fue una donación del Ayuntamiento de Moscú a esta ciudad de Sevilla en 1995. Y lo curioso, visto desde el tiempo actual, es que fue inaugurada por los entonces duques de Lugo, Elena de Borbón y Jaime de Marichalar.
NB
Este ducado es vitalicio, lo que quiere decir que el famoso Froilán no lo heredará. Pobrecito.
¡Qué cosas!
Pero al lado de tan magnificente estatua también encontramos gente muy mayor vendiendo cosas de poco valor o directamente pidiendo.
Aunque, como en esta fotografía, sea un señor con libros de segunda mano.
Descubro con alivio que la entrada del metro está rotulada con una enorme “M”, pues el resto del gran letrero es imposible de traducir o tan solo deducir.
Damos una cafetería de esas donde esperas encontrar buenas infusiones y un ambiente tranquilo.
Un té y una pasta tipo “caracola” 3 laris, 1,5€ aproximadamente. (Algunos jóvenes utilizan “aprox”, pero a mí no me gustan demasiado esas simplificaciones, como tampoco los hipocorísticos).
NB
El código del lari es GEL, que utilizaré de ahora en adelante.
Así nos encontramos en nuestro paseo con establecimientos qué podrían estar en España, como esa cafetería, o un teatro donde anuncian “Cabaret”, junto con restaurantes de aspecto antiguo, pero que por su carta, que exponen en el exterior, parece que han sucumbido a las corrientes de moda actuales.
(Un clic en la foto y al ampliarla podrás ver la carta con sus platos).
Y de nuevo señoras que aunque parecen ancianas por sus vestimentas, no deben serlo y que están vendiendo baratijas tipo rastro.
Y la agradable sorpresa de un querido Zara.
Y también el lujo de los relojes suizos con un gran “Ulysse Nardin” en la fachada de una de esas tiendas.
Porque el centro de Tiflis tiene estos contratases entre esas señoras que parecen cerca de la mendicidad, con las tiendas de lujo, los edificios decimonónicos y grandes rascacielos, como este del hotel Radisson.
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