71. India 2019. 26 de octubre, sábado. Vigésimo noveno día de viaje. De Sundarbans a Calcuta. Primera parte.

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Ya estamos de nuevo en Calcuta y en la última etapa del viaje.

Escribo el borrador en la habitación de este alojamiento que hemos  encontrado y que haremos nuestro punto de referencia  para próximas visitas a esta ciudad y donde tan bien nos encontramos. ¡Da gusto estar en un sitio así!

Mañana es Diwali en Calcuta, vaya, en todo el país y esta noche no paran de tirar cohetes.  Nada en plan de  “los fuegos artificiales  y traca final de las fiestas organizadas por el Excmo. Ayuntamiento de…” y aquí pon el nombre de la ciudad española que quieras. No sé si aquí habrá algo semejante, pero lo que oigo son cohetes aislados, claro que al ser tanta gente es un petardeo casi continuo.

Incluso hemos visto como delante de la puerta de una oficina de Vodafone colocaban unas bengalas y las encendían.  Nada espectacular, un minuto. Eso sí, los empleados visten unas túnicas como de fiesta.

Y las calles están iluminadas, pero como la anterior lo hacen por cada tienda e incluso en algunos puestecitos callejeros, esos que casi impiden el paso por las aceras, colocan una guirnalda de luces.

Hasta en un rellano de la escalera de nuestro edificio han colocado la iluminación “navideña”.

Hoy el día lo hemos comenzado en el “Eco Village” donde hemos pasado los “3 days,  two nights” y con la agradable sorpresa de que no llovía, después del chaparrón de más de 24 horas seguidas de ayer. Da un poco de rabia, pero pensando en el viaje de vuelta de barca, autorickshaw, ferry y coche prefiero que no llueva.

Como el desayuno es la 9 aprovechamos para dar una vuelta por aquel complejo y fotografiarlo a conciencia pues ayer no tuvimos oportunidad de hacerlo.

Como este tuneado “Ambassador”.

O esta pared con motivos étnicos.

O esta divertida escultura.

Realmente es un sitio muy interesante donde no nos importaría volver.  Claro que ahora estábamos solo los 12 del grupo y un par de parejas más, pero en “temporada alta” me han dicho que puede haber hasta 150 personas en este complejo residencial.

Porqué hoy sin lluvia hasta los cacharros de cocina salen bien en las fotos.

Y la cocinera que nos está preparando el desayuno.

He echado una ojeada al libro del registro y realmente estos días las entradas de personal eran de 2 a 20. Y con mayoría de extranjeros, aunque me dicen que a partir de noviembre y hasta febrero inclusive la mayoría son indios.

Y como siempre los españoles con los apellidos más largos  y especialmente  si uno es González, Pérez, Martínez o Ruiz, en cuyo caso son “Ruiz de” y aquí viene otro apellido y después el segundo: “José Felipe Ruiz de Calatravos Aguirrezancos”, por ejemplo.

Nos encontramos con Manjit y nos lleva a la cocina donde están preparando el desayuno e invita a Marisa a que fotografíe aquel ambiente y que luego se haga una foto con las cocineras que posan complacidas.

El primer día no desayunamos excepto unos sándwiches vegetales bastante regulares en el coche que nos traía aquí. Ayer lo hicimos en el barco  y hoy va a ser el único desayuno en tierra: el típico indio que creo que hacen la mayoría en este país, por lo menos los que desayunan en la calle: “puri bhaji”. Muy bueno. Y un huevo duro, como los hermanos Marx.

Hoy vamos a cambiar el recorrido de regreso respecto al que hicimos al venir y lo vamos a hacer todo en barco  y además en uno de los que anuncian en su web y que tiene nombre español: “Clandestino”.

Manjit me enseñó la frase que lleva en su teléfono con los nombres de los barcos: “Navegar en las olas del mar clandestino para siempre”.

Aunque sea una frase completa, engloba todos los nombres de su flota: “Clandestino”, “Elmar” y “Para Siempre”.

El embarque ha sido el más fácil de todos pues estaba la marea en su punto más alto y así no hemos tenido que bajar por la resbaladiza pendiente y luego subir al barco por un tablón como ayer, aunque hemos tenido un momento de pánico. Vaya, un poco de susto.

 

Resulta que hemos llegado al “punto de encuentro” a la hora prevista y Manjit nos dice que ya podemos ir al barco y eso hacemos, pero el resto no acude y cuando llevamos unos 15 minutos ponen en marcha el motor y empieza a moverse.

Tememos que el “capitán”, que es diferente del de ayer y que no habla nada de inglés, crea que somos turistas que acaban de llegar y empiece de nuevo a hacer el recorrido por los manglares.

Falsa alarma: se movió un poco para permitir que otro barco amarrado al lado (abarloado, decimos los marinos) pudiese salir.

Así que al fin aparece el resto del grupo. ¿Culpables del retraso?  Pues claro, la familia de Darjeeling. Puede que sean solo ellos o que es una cosa cultural de la idiosincrasia india y no le dan ninguna importancia a la puntualidad, ni al hecho de que los demás debamos esperar, pues jamás se disculpan por ello.

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3 respuestas to “71. India 2019. 26 de octubre, sábado. Vigésimo noveno día de viaje. De Sundarbans a Calcuta. Primera parte.”

  1. Marisa Says:

    Imagino que ya sabes que se ha escapado un capítulo a estas horas sin nada detrás. El fijo comunica y el de Marisa no sé que pasa que no parece que exista.

    un beso

    *Marisa Garrido* *Las personas primero*

    • alelsoles Says:

      Un problemilla que tuve con la nueva versión del «WordPress» que es el programa de edición de este blog.
      Me temo que tendré más situaciones parecidas.
      Ya sabes: una «peora» del software.
      Gracias por el aviso.

  2. Luigi Says:

    La escultura de la Eco Village me recuerda a las de Dalí, quizá fuera una fuente de inspiración?

    Bellísima Marisa con las dos cocineras.

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