En el barco la situación podría ser peor, pues la lluvia es suave y si hubiera viento sería horrible. Porque es el típico barquito de turistas con una cubierta al aire libre con un toldo de plástico, unas sillas también de plástico muy nuevas pero muy inestables, un puesto de pilotaje sobre el que volveré luego y una sentina con unas ventanas correderas de madera y con una especie de camastros cubiertos de plástico.
Se ha mantenido la lluvia suave, a veces fuerte y en una ocasión nos ha obligado a refugiarnos en esa sentina, pero con las ventanas cerradas y con un ambiente de motor de gasoil bastante denso.
La excursión consiste en recorrer aquellos enormes canales de los manglares, aproximarse a las orillas para ver si los turistas podemos divisar algún animal (lo del tigre sería un milagro) y bajar en dos ocasiones del barco para ir a unas torres de observación.
El camino desde el embarcadero hasta las torres está cerrado por una verja y luego rodeado de una alta valla para evitar que algún tigre despistado se coma a algún turista.
Al final llegas a una torre desde donde se divisa una buena porción del manglar, pero lo que tiene de especial es que está construida al lado de una gran charca de origen natural donde han hecho un dique rectangular a su alrededor para que contenga más agua y los animales acudan allí a beber. Hoy tarea vana, pues o no salían de su guarida por la lluvia o tenían suficiente agua recién caída por todos los sitios. O sea que interesante, pero no había ni un pajarito.
El acceso desde el barco hasta el camino era un tanto difícil y el esfuerzo, hoy por lo menos, no ha merecido la pena.
Al poco de salir nos hemos acercado a un embarcadero donde ha subido un guía, me imagino que por obligación administrativa, pues el nuestro no necesita ninguna ayuda y también un par de cocineras que nos iban a guisar a lo largo del día.
Al acabar el recorrido hemos vuelto a parar para que las cocineras y el guía regresasen a sus hogares.
Y como se trataba de ver el manglar ese punto del programa lo hemos superado con creces: 11 horas de manglar.
El otro punto era ver animales: la web de esta empresa destacaba todos los mamíferos que podrías ver, los reptiles con el cocodrilo y el varano especialmente y las aves con el martín pescador a la cabeza. Y Marisa tenía un especial interés en fotografiar a este último.
Y este punto no se iba cumpliendo. Bien es verdad que el “guía local” conocía muy bien el lugar y hacía que se acercarse el barco a la orilla donde creía que se podía ver alguno.
Hemos empezado el viaje con marea alta y parece que no es la mejor circunstancia para ver animales, pero al fin hemos podido ver, aunque bastante lejos, unos ciervos moteados, “spotted deer”, a los que en la web de esta empresa los llama “spotted dear”.
Junto a estos solo hemos visto como mamíferos a unos monos de cara roja.
Sí hemos podido contemplar un precioso cocodrilo nadando cerca de la orilla al que han denominado “baby crocodrile”. Era pequeño y nadaba medio sumergido, pero tenía un bonito color plateado, casi blanco.
Y más tarde un gran varano pegado a la orilla, casi confundiéndose con ella.
Fin de reptiles.
Las aves: un águila de cabeza blanca, pero tan lejos que era como si no la hubiésemos visto, 2 ó 3 garcetas y un par de martines pescadores, pero de los que solamente hemos podido fotografiar uno y a bastante distancia.
Y más lejos, tanto que no estaba claro de que se trataba, un ave al que han llamado “cigüeña”.
Y una garza de un blanco tan puro que contrastaba con el entorno de barro por el que se movía.
La comida.
Marisa estaba preocupada por el elemento picante, pero se han portado muy bien.
El desayuno típico indio: “puri bhaji”, unos buñuelos que estaban muy buenos junto con una escudilla de vegetales con salsa con algún trocito de carne.
La comida una especie de thali con pescado. Y a lo largo del día varios servicios de té con alguna pasta.
De verdad que ha estado muy bien. Menos la lluvia.
Etiquetas: 2019, India, Sundarbans, Sunderbans
11/03/2021 a las 12:09
La llamada cigüeña un poco mazacote, por aquí son algo más estilizadas. El varano impone (no lo conocía) y el cocodrilo es, a estas alturas antiguo conocido gracias a las fotos ya vistas. Precioso.
Otro comentario: ¿te das cuenta de que sólo te hemos escrito Luises/as?
Un beso.
11/03/2021 a las 17:51
Bueno, es por eso que no me atrevía definirla claramente como «cigüeña», que ese es el nombre que me dieron, pero yo no lo veía claro.
Y el cocodrilo era realmente precioso.
El varano impresionaba aunque creo que estos de por aquí no son peligrosos como sus parientes de Komodo.
Gracias y un beso.
13/03/2021 a las 11:15
Hola Marisa, las Luisas y Luises somos l@s más mejores jejeje
un beso