66. India 2019. 24 de octubre, jueves. Vigésimo séptimo día de viaje. De Calcuta a Sundarbans.

by

Hoy madrugón pues a las 8 tenemos que estar en las oficinas de la compañía con la que hemos contratado nuestra excursión a los manglares de Sundarbans.

Volvemos a probar con la aplicación de transporte con conductor, “Ola”, y nos vuelve a pasar como ayer: el contacto con el robot es muy fácil, pero al rato nos llama un conductor y tengo que volver a echar mano de los vigilantes del complejo residencial dado mi nulo conocimiento del bengalí.

En la calle observo que las vallas de la policía de la ciudad se aprovechan para hacer publicidad. Un método indoloro para obtener ingresos.

Llegamos a las oficinas y aquello parece una habitación diseñada por un hippy y quizás sea porque esta organización tiene un aspecto conservacionista y quieran reflejarlo en su decoración.

Hay un joven que luego hará de guía y una pareja que se definen como de San Francisco, pero que son de origen chino.

Y me percato de lo fácil que es ser de esa ciudad, porque nadie tendrá que preguntarte dónde está  San Francisco. Porque Santander es preciosa, pero tú llegas a la India te preguntan lo típico de “Where do you come from?” y le dices que de Santander y quizás crean que es una isla del Pacífico.  Y no te digo nada si les contestas que de Cañada de Benatanduz.

Ha resultado ser una pareja encantadora y más cuando ha dicho ella que era de Chongqing y nosotros, además de decirle que habíamos estado allí la pasada primavera, le hemos podido enseñar fotografías de su ciudad que Marisa había publicado en Flickr.

Chongqing

Y allí seguimos sin saber a qué hora nos iremos (estamos en la India) hasta que aparece un jovencito alemán. Nos explican que seremos 12 en el grupo y que recogeremos al resto camino del destino.

Parada delante del Museo de las Ciencias y allí se nos unen cuatro polacos y una familia de Darjeeling, formada por una pareja y una hija jovencita.

Salimos de Calcuta atravesando algún pueblo, paramos para el pipí  en una gasolinera, pues parece que estas son las únicas que tienen unos servicios medianamente decentes.

En el recorrido grandes extensiones de agua formado charcos delimitados. ¿Es arroz? No, que son piscifactorías. Imagino que la producción será pequeña porque con aquellas superficies se podría alimentar a mucha gente, pero resulta que lo “exportan”, imagino que querrán decir que lo venden a otros estados del país.

También hay una gran zona dedicada a la producción de ladrillos. Ves una gran chimenea y montañas de ladrillos, ya sabes, de esos macizos con lo que construyen  todas las casas  y pavimentan algunos caminos. Pero no se ve trazas de arcilla por allí. Me explican que las traen con camiones, lo que no logro saber cómo pueden acceder hasta esas fábricas dado lo encharcado del territorio.

Y por supuesto vacas en la carretera. No es que haya muchas, pero están vagando libremente y si había alguna atada igual podía invadir parte de la calzada.

Y en aquel entorno tan hindú de repente una joven (?) andando por la carretera totalmente cubierta de negro y con niqab, ya sabes el escalón por debajo del burka en la invisibilidad de la mujer. Sus coloridas zapatillas contrastan con el resto de su figura.

Quizás para algún zelote de su religión eso será una gran frivolidad.

Pregunta. ¿Se puede ser “zelote” e islamista? Mira por donde me parece que he dado con un oxímoron. ¡Qué suerte!

A mitad de camino un gran atasco. Esto me permite bajarme a indagar y dar un paseo para observar el devenir del personal que puebla las orillas de la carretera. Y con las advertencias cariñosas de Marisa: “Ten cuidado. Ten cuidado”.

Al ver la foto me percato del letrero de nuestra furgoneta: “TOURIST”. Y es que es un letrero que se colocan casi todos los transportes de personas (no sé si también el de semovientes), pues debe darles cierta categoría superior. O eso creen.

El atasco lo provoca un camión cargado de arena que medio ha volcado y del que transvasan la mercancía con capazos. ¡Son la leche!

Y así llegamos a un embarcadero donde subimos a una barca para atravesar el río hasta una isla.

Allí cogemos tres rickshaws, pero a nosotros dos nos ha tocado un cochecito más confortable a pesar de su aspecto.

Cruzamos esa isla (imagino) y nos vamos a otro embarcadero donde cogemos una barquita para llegar al “Eco Village”. Todo muy fácil excepto el acceso al segundo embarcadero y el desembarco final porque las rampas de acceso estaban resbaladizas y todo lleno de barro, pues aunque ha estado lloviendo ligeramente durante el recorrido el barro debe formar parte habitual de este entorno.

En el “desembarco” (que no era como el de Normandía de Spielberg) los indios del grupo ya han mostrado sus características personales.  Vaya, los más torpes del grupo y que van a necesitar más ayuda a pesar de ser más jóvenes que el resto exceptuando al alemán.

Nos dan el aposento, que en nuestro caso es una bonita y austera choza de barro con el techo de paja, una gran cama y otra normal (que nos hará de armario) y ambas con mosquiteras y dos estupendos ventiladores de techo.

Conocemos a un joven que en los hoteles que no le inspiran mucha confianza pone una toalla en el umbral de la puerta para evitar visitantes inesperados. Aquí habría tenido que colocar un colchón pues el espacio entre la puerta y el suelo es de unos 7 cm. Menos un tigre cabría por allí cualquier animal. Y es que aunque esto es famoso por los tigres nos ha dicho el guía que este año solo han visto uno en junio.

NB

La puerta de la foto no es la de la cabaña, que es la del cuarto de baño.

Dado que este es un recinto turístico podrían hacer los techos de un material algo más sólido, pero imagino que dado su carácter “Eco” los  siguen manteniendo a la manera tradicional, como comprobamos al ver a un “tejedor tejador”  arreglando uno de ellos.

 

Etiquetas: , , ,

2 respuestas to “66. India 2019. 24 de octubre, jueves. Vigésimo séptimo día de viaje. De Calcuta a Sundarbans.”

  1. Luigi Says:

    Lo del cochecito “más confortable” realmente parece que sea una broma , sino fuera porque es real , que los hay de categorías muy inferiores .

    Que guapa mi Marisa! Irreductible, fuerte, paciente.

    Un beso

  2. alelsoles Says:

    Pues ya ves, como éramos los más mayores nos dejaron el mejor transporte, aunque parezca mentira.
    Y de Marisa ¡qué te voy a decir!
    Un beso

Los comentarios están cerrados.