Lo del “asfalto” de esta isla es muy original. Se trata de un “empedrado” con una especie de briquetas de cemento, de una forma especial de la que desconozco el nombre, pero como dejo aquí una fotografía quizás algún geómetra la podrá identificar.
Esos elementos los había visto en algunas aceras, pero aquí los utilizan en todas las carreteras “asfaltadas”, vaya, que no son caminos de tierra. Parece una buena solución pues no hay necesidad de mantenimiento.
A unos 100 metros se ve un grupo de gente y Monjit al despedirse nos dice que nos están esperando para poder pasar el río.
Es el Pathori Chuck Ghat y efectivamente hay allí un pontón hecho con una plataforma de tablones de madera sobre dos canoas.
Un barquero tirando de una sirga nos lleva al otro lado del rio. Vamos media docena de personas, un par de motos y dos o tres bicicletas.
Tarifa: 10 rupias cada uno.
Este “transbordador” tiene una corta vida pues están construyendo al lado un puente de maderos.
Allí empieza una pista de tierra que nos debería llevar a nuestro destino: “Pathori Chuck Village”. Y ha sido un recorrido de lo más interesante.
Al poco de empezar el camino pasamos por un pequeño puente de tablones de madera.
Nos vamos encontrando con gente que va o viene de Garamur, que es la población donde estamos alojados. Muchos nos preguntan de dónde somos y la mayoría no nos entiende así que no tengo que responder a la incómoda pregunta de ayer: “¿Vascos o catalanes?”.
Y con algunos de ellos ha sido necesaria la consabida fotografía.
Antes de llegar a nuestro destino hay una pequeña aldea de la que Monjit nos advirtió que no es la “verdadera aldea”, que está más lejos. Y menos mal, porque si no te quedas allí.
Y pienso que eso les ha podido ocurrir a algunos verdaderos viajeros y exploradores en sus viajes por el ancho mundo, que se han quedado en la primera catarata o en el primer cráter y el de verdad, el que buscaban, estaba un poco más lejos.
Casi todas las casas que encontramos son cabañas sobre pilotes hechas de caña de bambú con un entramado semejante a un cañizo y con el techo metálico.
(Cuando lo trascribo al ordenador me percato de que muchos lectores no habrán visto un cañizo en su vida, elemento (¿arquitectónico?) que formaba parte habitual de nuestras casas. Se utilizaba para hacer los tejados, los techos, para secar algunos alimentos,… Vaya, que todos teníamos alguno en casa).
En algunos casos los pilotes son de hormigón e incluso hemos visto un par de casas “de obra”.
Los pilotes no sé si serán por las crecidas del río o para evitar el acceso de animales indeseados, pues casi ninguna tiene verdaderas escaleras sino solo un tablón en el que hay clavadas unas tablillas que hacen de escalones, e incluso en alguna en lugar del tablón lo que hay es una gruesa caña de bambú donde han recortado unos a modo de escalones así que si se quieren quedar aislados de visitantes inoportunos basta con retirar ese tablón o caña de acceso por la noche.
Pero todo eso es una simple teoría mía sin más fundamento que la observación, pues no se me ha ocurrido preguntársele a nadie.
En la primera casa que encontramos en el camino y que ha mereció la atención de Marisa le preguntamos a un joven que está allí si podemos entrar en el patio. Nos dice que sí y tras las fotos de la casa vienen las de sus moradores y es que no he visto gente tan encantada con que las fotografíes. Vaya, que nos las piden ellos.
Sobre el personal.
Los de esta aldea, así como de otras partes de esta isla, pertenecen a la “tribu” (que es como llaman en inglés a las minorías étnicas) de los “mising”. Y este nombre es bien curioso.
Proceden del Tíbet y a través de Arunachal llegaron hasta aquí y se llamaban “miri”. Se establecieron en tierras que se inundaban y esto les obligaba a cambiar frecuentemente de asentamiento.
Los británicos nunca sabían dónde encontrarlos y entonces los llamaron “missing”, “perdidos”, y de ahí el “mising” actual.
La verdad es que esta historia me la ha explicado Monjit y quizás me he equivocado en la traducción, pero “se non è vero, è ben trovato”.
Nota culta: el aforismo anterior, que todos hemos dicho alguna vez, es nada menos que de Giordano Bruno, dominico quemado en la hoguera por sus ideas.
He comprobado a lo largo de la mañana que ellos se reconocían como “mising” y no como “miring”.
Seguimos el camino y nos vamos cruzando con gente andando, en bicicleta y algunas motos y con mucho “hello” y de vez en cuando alguna fotografía.
Eso de la fotografía de Marisa a las personas es curioso: no me permite que diga “feo” u “obeso” en mis crónicas, pero ella solo fotografía a gente guapa.
Si alguien hiciese un estudio antropológico a través de las fotografías que publica en Flickr llegaría a la conclusión de que las birmanas, las coreanas, las indias… son todas guapas. Que no hay feos, ni siquiera normales, “average”, creo que dicen en inglés.
Pues en la raza humana según Marisa no hay nadie por debajo del “average”.
Desde luego no fotografía tullidos, ni miserables. No es que no los publique, es que, insisto, no los fotografía. Pero ¿y los poco agraciados o los “average”? Pues alguna vez los fotografía por compromiso, como cuando hay tres amigos o tres hermanos y solo le interesa uno, pero para que no se sientan discriminados fotografía a todos.
Peo luego solo publica al guapo.
Y así llegamos al puente de bambú.
PS
Además de los “mising” hay otros grupos étnicos muy interesantes en esta isla de los que escribí en mi viaje del 2007 y del que te dejo el enlace de la crónica donde los describía.
Si la lees no dejes la parte final sobre el concepto, muy importante en este contexto, de los grupos clasificados como «Scheduled Caste» y «Scheduled tribe» que hizo el editor de este blog.