Y desde New Market a Sudder St. Esta era la zona cercana a nuestros anteriores alojamientos y adonde solíamos acudir pues había un “Internet café” llevado por unos españoles donde nos conectábamos antes de que hubiese wifi en los hoteles y también porque había restaurantes donde servían comida poco picante debido a que es la zona de afluencia de los cooperantes occidentales, especialmente de los españoles, aunque debería decir de las españolas.
Esa antigua tienda tiene adjunto un restaurante donde dicen que sirven comida española y así lo atestigua su nombre. Ya no es de españoles, sino de indios, pero tiene un sabor de sitio progre de los 70.
Hay clientes indios que pueden que vayan allí como tú vas en Sevilla a un restaurante griego, pero también occidentales y entre ellos una pareja de espigadas y jóvenes españolas con aspecto de burguesas. Una le dice a la otra: “Tengo hambre, pero me da tanto asco la comida…”. Y eso que el restaurante estaba limpio aunque en el patio de entrada por el que se accedía a él estaba lleno de basura.
Encontramos a un grupo de jóvenes con un curioso negocio: están desmontando mobiliario de oficina para rescatar la estructura metálica, imagino que para pura chatarra.
Un restaurante musulmán, dado su nombre, ostenta en su rótulo que es “Beef Specialist”. No parece ser el sitio donde te irías a comer un bistec de ternera.
Pasamos por una gasolinera con un curioso eslogan: “No helmet no petrol”. Aquí no servirán carburante a ninguna moto, pues son rarísimos los motociclistas que lleven casco.
Esta ciudad te sorprende a cada paso. Como el país.
Para acabar la tarde nos vamos a ver el monumento civil más importante de Calcuta, el “Victoria Memorial”.
En la entrada entre los vendedores callejeros uno con un producto nuevo para mí: unos globos enormes que no sé como se moverán con ellos en una ciudad tan populosa a como esta. Imagino que es la típica tontada de regalo de un novio primerizo.
Victoria Memorial.
La guía dice de él que es como si el Capitolio de Washington se encontrase con el Taj Mahal: un grande y precioso proporcionado festival de mármol blanco. (Realmente ambos se construyeron con el mismo tipo de mármol).
De Wikipedia: “Un jubileo de diamante (Diamond Jubilee) es una celebración para conmemorar el sexagésimo aniversario de un evento (en el caso de un aniversario de bodas, la duración del reinado de un monarca, etcétera.) o el 75 aniversario de un evento en el caso de una institución (la fundación de una universidad, por ejemplo)”.
Así ese edificio fue empezado a construir en 1906 para celebrar el jubileo de diamante de la Reina Victoria (quien lo celebró en 1897) pero que se acabó en 1921.
No es una sorpresa, pero no es agradable: la entrada para los extranjeros es carísima en relación a la de los nacionales, e incluso diría que sin relación, 500 rupias cada uno. Y aunque los jardines tienen una entrada más reducida de precio, el edifico en sí no merece la pena: es un gran cascarón casi vacío. Quizás para los indios tenga un interés histórico y sentimental por lo que contiene, pero no para nosotros, o al menos no para mí.
De todas las maneras está lleno de visitantes. Y lo mismo los jardines, cuya visita sí recomiendo, por los jardines mismos y para contemplar en directo como pasan un sábado por la tarde algunas familias de Calcuta. Pero no hemos tenido mucho tiempo para esa contemplación pues se ha puesto a llover, no demasiado pero a pesar de que hemos intentado aguantar en un banco bajo los paraguas nos hemos tenido que volver al hotel al no dejar de llover.
Durante el pequeño paseo por los jardines hemos vuelto a percatarnos de lo exóticos que somos pues nos han solicitado fotografiarse con nosotros. Hemos aprovechado la circunstancia para hacer lo mismo con ellos.
NB
Entre las prohibiciones de la entrada hay una sorprendente: “Estrictamente prohibido alimentar a los perros, peces, pájaros e insectos”. ¡Alimentar a los insectos! ¿Tú has visto a alguien en un parque alimentando insectos?
Sí hemos visto “no matarlos”, como hacen los jainos barriendo el suelo delante de ellos en los templos o colocándose mascarillas para no tragarlos, pero alimentarlos…Pues debe haber gente que lo hace. Este país no deja de sorprenderte.
Acabamos el día cenando en una cafetería que había sido nuestra favorita para tomar un café o un té y regreso al hotel por calles que están engalanadas con motivo de la Durga Puja.
Lo que antes debían ser motivos florales y vegetales ahora se han transformado en grandes paneles luminosos.
Etiquetas: Calcuta, Durga Puja, India, Victoria Memorial, Wikipedia
20/01/2021 a las 19:41
qué bonitos los jardines del Victoria Memorial y qué elegante el Flurys.
21/01/2021 a las 21:27
¡Ah el Flurys!
Su eslogan es «Sweet experiences since 1927».
Te dejo su web por si quieres pedir algo «online»: https://www.flurys.com/
Siempre volvemos allí.
25/01/2021 a las 20:33
me la guardo, gracias!!
ayyy esos huevos «benedict»…