10. China 2019. 7 de abril, domingo. Sexto día de viaje. De Hong Kong a Shanghái. Primera parte.

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De nuevo desayuno en el tranquilo jardín del albergue.

El recinto tiene forma de “U” y en el lado abierto hay una especie de montaña artificial (o quizá sea natural pero recubierta de algo para que no se desprenda) por donde discurre una senda que lleva a un punto más elevado desde el que debe haber una bonita vista de la ciudad, pero nosotros no hemos podido subir todavía. Y esta mañana sería un buen momento, pero debemos irnos.

Sin haberlo previsto de antemano viajamos en domingo y ha sido un acierto, por lo menos para ir con el metro desde el hotel a la estación y además con equipaje.

En las estaciones hay poca gente a pesar de que son las 9 de la mañana y además Marisa observa que hay pocas “monjitas”. Y es que así llamamos a las  jóvenes indonesias  que van con toca. Nada que ver con las multitudes de ellas  en el pasado viernes.

Cuando sacamos el billete de tren nos dijeron   que llegásemos una hora antes “por el control de emigración”. Así que  te dejo unos cuantos consejos para cuando te decidas a hacer este interesante viaje, pues no tiene nada que ver con la experiencia del año pasado:

1 La estación del tren rápido se llama “Hong Kong West Station” y no tiene línea de metro directa hasta allí. Hay que ir a la de Austin o a la de Kowloon y desde cualquiera de las dos hay un paseo a través de galerías comerciales hasta el tren.

En ambos casos muy bien señalizadas con letreros de “Tren de alta velocidad”.

La de Austin tiene el recorrido más corto, pero en nuestro caso era la más larga pues nos obligaba a cambiar de línea de metro.  Así que hoy a Kowloon.

2 Llegas a la entrada de la estación donde te controlan el billete para que puedas entrar en ella.

3 Control de equipajes. Pero menos estricto que en el aeropuerto. Así no te obligan a quitarte el reloj, ni el cinturón, pero “sueno” al pasar por el arco.

Viene un policía  a pasarme una especie de porra electrónica  de cacheo,  pero el que manda  ve mi aspecto inofensivo (ya que no distinguido) y le dice al del artilugio cacheador que me deje pasar. Y encima al pobre jovenzuelo se le cae el aparato al suelo.

4 Pasas la emigración y se hace en un periquete. (Frase que debe estar más pasada de moda que bailar el “twist”). Y eso me sorprende. Nos han advertido que llegásemos una hora antes y hemos tardado 5 minutos desde la entrada, pero es que lo que hemos hecho hasta ahora ha sido solo la “salida” de Hong Kong y estos se limitan a dejarnos salir tras quedarse con el papelito con el visado que nos dieron al entrar.

5 Llegas a la emigración de verdad. Tienes que rellenar un formulario y hacer cola, esta vez sí más larga. Además siempre debe haber quien no ha seguido el consejo de llegar con una hora de antelación o se ha dormido y llegan tarde y nerviosos.

Le das el pasaporte al funcionario chino y delante de ti tienes una pantallita con dos imágenes. Una dice algo así como “foto” y la otra “dedos”. Y como son tan listas las máquinas,  y más los chicos que las hacen, te hablan en tu idioma: “Mire a la pantalla”. A mi lado a una joven le hablaba en portugués.

Como le ha parecido que mi cara era como la del pasaporte ha marcado con un “tick” verde.

¿Y los dedos? Porque en ese capítulo veías a viajeros que metían los dedos una y otra vez pero a nosotros nos ha puesto la marca verde sin ponerlos. Imagino que es que los tienen del año pasado o que a los mayores ya no nos meten en la cárcel por delinquir. Pero sospecho que es lo primero.

Y ya estás en China, aunque sea Hong Kong, porque en el suelo había algún letrero que te advertía del límite de la frontera.

¿Cuándo Hong Kong sea China-China te pedirán visado para entrar allí?

Por lo menos espero que les obliguen a circular por la derecha y así no nos volveremos locos mirando por donde vienen los coches al cruzar las calles.

6 Nuevo control de equipajes, pero también ligero.

7 Llegas al vestíbulo para esperar a que anuncien tu tren. Pero aquello no es un vestíbulo: es “el vestíbulo”. No he visto ninguna estación de tren tan impresionante como aquella.

Es espectacular y encima durará mil años.

8 Quince minutos antes de la salida del tren puedes acceder a tu andén con un nuevo control de billetes. Y solo ves el andén de tu tren, así que no tengo ni idea de si hay muchas más vías y cómo están organizados.

Y ya estás en el tren

9 Si tu asiento es el último del vagón, como ha sido nuestro caso, coloca inmediatamente tu respaldo reclinado al máximo, porque sino te colocarán una gran maleta detrás de ti y no podrás reclinarlo en todo el recorrido.

10 Goza del viaje.

Este tren tiene una estructura de asientos de 3+2 y es francamente cómodo y silencioso. Temíamos que después del bullicio de Hong Kong esto fuese un gallinero, pero la gente se comporta muy bien. Por lo menos en este viaje.

A diferencia del tren del año pasado que era directo desde el origen hasta el término, de manera que el control de pasaportes y aduanas fue en Shanghái, este de hoy sí para en bastantes ciudades que, aunque desconocidas para mí,  imagino importantes  dado el tamaño de las estaciones: enormes.

Atravesamos una buena parte de China y todo el campo es verde. La mayoría son arrozales o ha llovido mucho. Algunas grandes ciudades con rascacielos tipo colmena muy grandes y agrupados y también muchos pueblecitos con casas muy nuevas de tres alturas y tejados a dos vertientes rojos que parecen de chapa.

No vemos animales y solo a algún campesino solitario en algún campo de arroz, quizás por ser domingo.

La megafonía anuncia la estaciones en chino y en inglés, así como algunos consejos prácticos de cómo deben tener cuidado de los niños y sobre todo de no fumar, aunque eso de “smoking” sonaba a “fucking is not allowed in the train”.

Unas jóvenes  empleadas (siempre chicas) pasan con frecuencia barriendo el suelo, recogiendo los papeles y basuras de los pasajeros o llevando comida. Porque hay una especie de cafetería donde sirven comidas preparadas. Así algunas empleadas pasan con un carrito y el personal se las pide. Nosotros hemos tenido que ir en persona a la cafetería para elegir pues no hemos logrado entender lo que ofrecían: según Marisa una de la mejores comidas del viaje. Por si vienes: hay que pagar en yuanes, nada de dólares de Hong Kong.

NB.

Hoy antes de marcharnos del  YHA Hostel he leído las “normas de conducta”.  Sí, ya sé que hay que  leerlas al llegar, pero es que me suelo comportar siempre bien.

Lo que me ha sorprendido ha sido la referencia explícita al durian: no se puede llevar a la habitación. Y no me extraña porque además las habitaciones tienen las ventanas bloqueadas.

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