45. Hong Kong-Macao-Shanghái. 2018. 10 de abril, martes. Vigésimo segundo día de viaje. Shanghái, día 2. Primera parte.

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Hoy primer día total y verdaderamente chino. Lo que se dice “chino, chino”.

Ayer debía estar un poco (o mucho) atontado y hubo una serie de hechos de los que no me he percatado hasta hoy. Por ejemplo que se conduce por la derecha. ¡Muy bien! Aunque no seré yo quien alquile un coche, pues además del tema obvio del lenguaje, las motos no tienen reglas y son eléctricas. Este último punto, que es encomiable para la calidad del aire y los residuos, es una putada enorme para los peatones pues no las oyes y acostumbran a saltarse los semáforos en rojo.  Y de los coches tampoco puedes fiarte mucho y además empieza a haberlos eléctricos. O sea sin ruido. Y las bicis también representan un problema, no por las que hay, sino por sus aparcamientos que a veces te impiden circular por las aceras.

Una vez leí sobre el problema de las bicis y de las grandes compañías que las alquilan. Así ves en los aparcamientos  una mayoría del mismo tipo y color de bicicleta que los usuarios las utilizan desbloqueándolas con el teléfono. Y es que ese instrumento se ha convertido en una herramienta de uso habitual, por ejemplo para pagar en los restaurantes, incluso en los más modestos.

Hoy vamos a visitar una zona recomendada por la guía, Tianzifang, que está dentro de la llamada “French Concession”.  Esta como su nombre indica es un zona que fue gobernada por los franceses desde 1849 hasta 1946. La guía dice de ella que es la que está más de moda y que es la más elegante de la ciudad. También que fue un centro de revolucionarios, aventureros, gánsteres, prostitutas y escritores y que ahora sus calles sombreadas y tranquilas invitan a pasear por ellas. Recomienda especialmente dos zonas Xintiandi y Tianzifang que es por donde comenzaremos.

Cerca de allí hay un conjunto de tiendas agrupadas en el mismo edificio dedicadas al tema del material fotográfico y según la guía también de taller de reparación. Como el zoom que utiliza habitualmente Marisa tiene algún problema he pensado que quien mejor que un mecánico chino para  solucionarlo. Así que empezaremos por allí.

Hoy ya somos casi unos expertos en el metro y me vuelve a confirmar que es un medio fácil, rápido y barato.

Lo de “fácil” está en entredicho, pues no he conseguido un mapa con las estaciones “en inglés” y tengo que llevar todo apuntado y no te puedes imaginar el nombre que tienen algunos finales de las líneas; nombre que debes saber para no ir en la dirección opuesta. Pero no cejo en mi búsqueda de  mapas en cada estación por donde pasamos y siempre con el mismo resultado: “only chinese”.  Así que lo hemos fotografiado, pero es bastante incómoda su utilización.

Las estaciones son enormes, muy limpias y sencillas. Nada que ver con el lujo de algunas de Japón. Me sorprende que en las escaleras mecánicas nadie corre, aunque quizás sea diferente en las horas punta, pero en Madrid, por ejemplo, siempre hay alguien (yo mismo) que sube o baja desaforadamente las escaleras. Aquí, ni uno. A lo mejor es que es de mala educación mostrar que se tiene prisa.

En el metro pienso en los problemas que tenemos Marisa y yo (más ella) con Google y me pregunto: “¿se puede vivir sin él?”. Y me respondo: “En China más de mil millones de personas (y casi todos, o todos, con teléfono celular) lo hacen”.

He consultado con el editor de este blog, quien suele darme acertados consejos tecnológicos, y me dice que pruebe con Baidu, el buscador chino. Pues resulta que hay uno en inglés con este nombre, pero que advierte que no es el oficial y te dan el enlace con otro y este todo en chino.

Afortunadamente además de “Gmail” tengo otra cuenta  de correo, así que mi consejo si vienes a este país y solo eres usuario de Gmail que  prepares con antelación otro suministrador.

Llagamos al centro neurálgico de la fotografía en Shanghái y es un edificio mediano de 4 pisos llenos de tiendas y tiendecitas, algunas de marcas conocidas, otros de material de segunda mano con unas cámaras que volverían loco a cualquier coleccionista y otros de material fotográfico diverso, aunque todo está bastante muerto, quizás por la temprana hora o quizás porque lo que está moribundo sea el negocio de la fotografía.

Damos con un taller de reparación, nos dan un presupuesto y antes de que nos demos cuenta ya han empezado a desarmar nuestro objetivo.

Y miedo me dio cuando vi con qué facilidad aquel joven empieza sacar una pieza detrás de otra.

Todo el proceso mercantil lo hemos hecho con una joven que nos ha  preguntado que de dónde éramos: “Spain”. Ni puta idea. ¡Toma nacionalistas! Como nos ha enseñado un filtro que era alemán nos ha preguntado si éramos de ese país. Así que he empezado a  explicarle donde situar a España en relación con Alemania y de repente me dice algo así como “Sipania”. Pues resulta que España en pinyin se escribe “Xibanya”.

Nos dicen que estará arreglado por la tarde y nos vamos a visitar Tianzifang.

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