61. India 2019. 21 de octubre, lunes. Vigésimo cuarto día de viaje. Jorhat. Segunda parte.

by

Regresamos al mismo hotel de Jorhat adonde llegamos desde Nagaland, pues dejamos aquí casi todo el equipaje y nos desplazamos hasta la isla de Majuli con uno muy reducido.

 

 

Como Marisa no se mostró muy contenta con la habitación de la otra vez, he reservado una dos niveles por encima, sin que lo supiera para darle una sorpresa. La otra vez era “A/C Delux” y esta de hoy es “Demi Suite”, que realmente no sabía lo que significaba. Pues ha resultado regular. Grande sí lo es, unos 26 m², pero totalmente desaprovechada y destartalada. Un pequeño fiasco.

Un detalle de cutrez supina: hay una mesilla con su teléfono y la cajita de conexión, una especie de PTR telefónico, está atornillado en la cabecera de madera de la cama y sin ninguna tapa que lo cubra. Afortunadamente con esa carga eléctrica no te puedes electrocutar.

La otra vez cenamos muy bien en su restaurante y repetimos en la comida: el peor plato de pescado que he comido en mucho tiempo, menos mal que el “vegetable sizzler” de Marisa estaba muy bien.

Se ha hecho un poco tarde pues tardan muchísimo en preparar la comida y nos vamos a dar una vuelta por las calles cercanas pues el hotel está situado muy próximo a la estación de autobuses y ese lugar siempre es uno de los de más vida de estas ciudades.  Y así es: un hervidero de rickshaws, ya sabes los triciclos, de autorickshaws, lo mismo pero motorizados, furgonetas cuyos conductores cantan los destinos, vehículos tipo “Tata Sumo”… Un maremágnum de gente, vehículos y de vendedores con sus puestecitos.

Y de repente una farmacia, y al lado otra y 10 metros más allá otra y otra… Siempre indicando la cercanía de un hospital, una clínica o un centro de atención médica.

Suele ser pequeñas tiendecitas con un solo empleado que imagino será el farmacéutico.

En la calle medio tirado un trozo de estructura como las de los mástiles de Auniati. Imagino que eso indica la entrada de una satra, pero con el suelo de barro y pensando en descalzarnos no nos atrevemos a entrar.

Porque estas calles son normales y con altas aceras pero con basura por todos los lados. Y como en otros sitios de este país con señores agachados orinando al lado de una tapia.  He fotografiado a uno que del modo en que iba vestido parecía que en lugar del acto de micción lo que hacía era rezar.  (Ya sabéis que este tipo de fotografías  no las publicamos).

Una de las calles más anchas tiene una mediana de separación de más de un metro de altura. Lo especial es que está toda manchada de escupitajos rojos de los mascadores de “paan”.

Y por allí, en medio del todo tráfago, se pasea tranquilamente una vaca.

Y como les gusta tanto mascar el “paan” también encontramos muchos vendedores de las materias primas para hacerlo.

(Leo la frase anterior y compruebo que es un tanto confusa: ¿a quiénes les gusta mascar “paan” a las vacas o  a las personas?  No sé a las vacas, pero aquí hago referencia a los asameses).

Y también vendedores callejeros de especias artísticamente colocadas y de verduras con puestos todavía más bonitos.  Apenas algunos vendedores de frutas y solo con manzanas y plátanos.

Regresamos al hotel y nos encontramos con la sorpresa de que no hay energía eléctrica así que ni lectura ni escritura. Afortunadamente tienen un  generador y cuando lo ponen en marcha tenemos de todo.

Saldremos vivos de esto.

PS

Esta tarde paseando por Jorhat se me ha acercado un joven estudiante con las típicas preguntas  y ha acabado pidiéndome hacerse una fotografía conmigo.  Y sigo sin entenderlo.

Nuestro primer viaje a la India lo hicimos con nuestros dos hijos y a veces teníamos cola de peticionarios para fotografiarse con mi hija  y eso que entonces no había teléfonos celulares y muy pocas cámaras y además analógicas. Pero es que mi hija estaba en su momento más lozano y  ahora nosotros, y especialmente yo no tengo nada de exótico ni de atractivo.

Pues nada, que se quieren fotografiar conmigo.

Después se me acercan otros dos estudiantes de unos 18 ó 20 años. A estos les basta saber con que soy español, pero me clavan una banderilla: “Hemos oído que en España el nivel de inglés es muy bajo”.

Como no lo esperaba me he quedado sorprendido y no les he dado la contundente respuesta  que debía haberles dado: “Si España hubiese sido una colonia británica también hablaríamos inglés”.

Sobre el concepto de aguas someras. (Palabra que empleé en mi crónica anterior).

Definición de aguas someras  encontrada en la web: “Las aguas someras representan cualquier extensión de agua lo suficientemente profunda como para cubrir a un hombre hasta la cintura. Esto es suficiente para entorpecer a casi cualquier criatura, así como para exponerla a cualquier ataque. Los enanos, dado que el agua les llega casi al cuello, lo pasan muy mal si tienen que atravesarlas”.

 

 

 

 

 

 

Etiquetas: , , , , ,

2 respuestas to “61. India 2019. 21 de octubre, lunes. Vigésimo cuarto día de viaje. Jorhat. Segunda parte.”

  1. Luigi Says:

    He pensado lo mismo, que las vacas eran otras consumidoras de paan y me las he imaginado degustándolo .

    Y ya son 28 años los que han pasado desde nuestro primer viaje a la India. Y si, mi hermana era muy guapa y lozana, ahora también y mucho, a pesar el paso/peso de los años. Que suerte hemos tenido con nuestros padres.

  2. alelsoles Says:

    Lo del «peso» no sé si le gustará a tu hermana.
    Un beso

Los comentarios están cerrados.