Entre andar como en el Caminito del Rey de Málaga un martes de febrero y como en los pasos de cebra de Shibuya en agosto hay muchos puntos intermedios.
Y no se explica que en Francia puedan salir un rato a diario con mejores cifras y aquí no, salvo que el Gobierno nos juzgue palurdos soberbios no merecedores de derecho alguno, de comportamiento intratable e imposibles de gobernar ni con policía y ejército con plenos poderes.
Etiquetas: Coronavirus