Uno de los pasados días AL ha hecho un comentario, en una de sus notas desde Camboya, sobre una escultura desaparecida, propiedad del Museo Reina Sofía, que me parece que demuestra la ternura de la educación en los escolapios, esa ternura que tanto echaban a faltar quienes se educaban con ellos hace unas décadas. Como razón de la posible desaparición de una obra de Richard Serra desaparecida dice «el arte moderno a veces se confunde con la chatarra», pero esa afirmación es la más amable interpretación que un buen corazón puede hacer; porque cuanta ignorancia, desidia y complicidad deben darse para hacer desaparecer una escultura de 38.000 kilogramos; que eso no cabe en un bolsillo, ni siquiera en un buen trailer, ni un poco hoy y otro poco mañana; y aunque muchos llegásemos a juzgarla como chatarra, ¿cuantos de nosotros desconocemos que la chatarra de propiedad pública no es, de ningún modo, de nuestra exclusiva propiedad? ni siquiera aunque sólo sean 18.000 euros al peso. Y ésto como consideración a la lectura de los titulares de prensa en torno al asunto, porque, en cuanto leemos el detalle, los matices que se aprecian darian para que una persona bien informada y educada en el mercado del arte escribiera un ensayo enjundioso.
Dicen los metodólogos que la sucesión en el tiempo no implica causación y no lo discutimos, pero a veces el relato de la sucesión en el tiempo revela una cadena si no de efectos sí de afectos o desafectos que puede ser reveladora. Veamos la cronología, tomada de prensa, levemente comentada.
– La obra de Richard Serra «Equal-Parallel/Guernica-Bengasi» fue concebida específicamente para el Reina Sofía y formó parte de la exposición «Referencias: Un encuentro artístico en el tiempo», que tuvo lugar entre el 26 de mayo y el 15 de septiembre de 1986.
– En abril de 1987 Cultura, a través de la Dirección General de Bellas Artes la compró por 450.000 marcos alemanes, unos 36 millones de pesetas. Algún experto dice que hoy valdría 10 veces más. Debió considerarse muy valiosa porque la urgencia en comprarla fue extrema para los tiempos burocráticos, 8 meses desde el fin de la exposición.
– En marzo de 1988 «por carecer de local adecuado para su almacenaje y dado el peso y las dimensiones de la escultura» el museo decidió depositarla en la empresa ‘Fluiters S.A'», situada en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz. Parece que cuando se compra casi se sabe que es para almacenarla, ¿o fue para atesorarla?
– A partir del 31 de octubre de 1990, con motivo de la inauguración del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía tras su reforma, la obra se expone en la sala A1 junto a otras dos esculturas, una de Anish Kapoor y otra de Barnett Newman. Los tres autores etiquetados frecuentemente como minimalistas, eso sí de obras de gran o muy gran escala.
– Entre el 22 y el 25 de noviembre de 1990 «se realizó el desmontaje y posteriormente se depositó en la empresa «Macarrón S.A», firma especializada en montaje y almacenaje de obras de arte, radicada en Arganda del Rey (Madrid) y que presentó suspensión de pagos en 1998.
– En 1992, la empresa «Macarrón S.A» envía al Museo las últimas facturas por sus servicios. En ese año se declara en quiebra. Aparentemente de ahí en adelante, nadie en el Museo se sorprendió de que una empresa les diese un servicio sin facturarles. Al menos pensarían «buenos chicos los de Macarrón».
– Siguieron así hasta 1998. Seis años sin costes de almacenaje.
– La empresa Macarrón S.A. de Arganda del Rey, se declaró en quiebra en 1992.
– La nave de la empresa Macarrón en la que estaba la escultura de Serra (aunque hay artículos que dicen que estuvo al aire libre en el exterior de la nave) fue embargada en 1998. En un breve plazo de seis años la empresa fué embargada por impagos a Hacienda y a la Seguridad Social. El continente, la nave, que era propiedad de la empresa; no así el contenido, las obras de arte, que al ser propiedad pública, es, como todos los directores del Museo Reina Sofía han demostrado saber bien, inembargable. Menos mal que nosotros también somos, de momento, inembargables, porque de no ser así nos embargaría la tristeza.
– Parece que en la quiebra y en el embargo posterior hay una causa, al menos parcial, de tipo circular; Macarrón no pagaba a Hacienda ni a la Seguridad Social porque Cultura no pagaba (es decir pagaba tarde y mal y adeudaba grandes cantidades) a Macarrón que se veía imposibilitado de pagar a Hacienda y a la Seguridad Social porque Cultura no pagaba a Macarrón (con justicia, porque el Estado no paga a quien tienen deudas con la Seguridad Social) y… eso mismo fué lo que yo le pregunté..
María del Corral, directora del Reina Sofía de 1991 a 1994,en algún momento ha declarado: «el ministerio debía mucho dinero a Macarrón».
– En el año 2004, el Ministerio de Trabajo utiliza los antiguos terrenos de Macarrón S.A.para construir un edificio que albergase los archivos del Ministerio y de la Seguridad Social. Allí se ubica el nuevo edificio.
– La actual directora del museo, Ana Martínez de Aguilar, nombrada en junio de 2004, inició un plan museológico que incluía el análisis en profundidad de todos los fondos del centro. Lo que las mercerías sensatas hacen una vez al año, el cierre por inventario, parece que en el Reina Sofía se hace cuando entra un nuevo Director/a. Quizá sea esa la razón del frecuente cambio de cargos, la necesidad de inventariar.
– A raíz de esta iniciativa echaron en falta la escultura e informaron de su desaparición al Ministerio de Cultura. El caso pasó entonces a la Brigada de Delitos Contra el Patrimonio Histórico de la Policía Judicial.
– «En este contexto, en octubre de 2005, cuando la obra de Richard Serra se reclama a ‘Macarrón S.A’, donde estaba depositada, se encuentran dificultades para su retorno, puesto que el titular de la empresa manifiesta desconocer su paradero».
– En enero de 2006 el Museo reconoce que se desconoce el paradero de la obra de Serra.
– «En julio de 2006 el Museo Reina Sofía y el artista estadounidense Richard Serra han llegado a un acuerdo por el cual el escultor autoriza la reposición de las piezas de acero que conforman la escultura Equal-Parallel/Guernica-Bengasi, de 38 toneladas de peso y que en la actualidad está en paradero desconocido. La obra resultante será considerada como original a todos los efectos y, de aparecer la primera, escultor y museo decidirán cual de ellas destruirán.» El escultor «no percibirá honorario alguno», aunque los gastos de material y mano de obra correrán por parte del museo.
– A la fecha la escultura no ha sido recuperada.
– Como dijo el Daily Telegraph inglés «It was thought the artwork had not been moved but was incorporated into the foundations or grounds of the ministry», es decir se cree que la obra está en los cimientos del edificio de Arganda construído en el antiguo solar de Macarrón S.A. La prensa española no ha apuntado nada similar, quizá sea imaginación inglesa. La policía ha excavado en el solar alrededor del edificio sin éxito. No se ha dicho nada acerca de excavar en el interior del edificio.
– La reproductibilidad de la obra artística de Serra permitirá la recuperación de la escultura. Serra ha mandado ya la orden de la construcción a la fundición alemana con la que trabaja. Dos piezas de 148,5 x 148,5 x 24 todo en cm. y otras dos piezas de 148,5 x 500 x 24 todo en cm. En acero cortén, por favor. La mayor parte de los artistas vivos entrevistados y de los directores de museos de arte contemporáneo afirman que es una buena solución.
– – En Internet hay extractos de dos resoluciones denegatorias, una de la Junta de Castilla y León y otra del Tribunal Supremo (15-1-2004) contra Jesús Macarrón Jaime y Macarrón S.A. que demuestran que la empresa Macarrón peleó lo que pudo contra su suerte y contra el Estado. Solicitaba aplazamiento y fragmentación de su deuda y parece que no pudo ser. Doce años después de su quiebra recibía del Supremo la denegación definitiva; tan definitiva que su domicilio no pudo ser hallado (no estamos seguros porque no hemos leído la sentencia completa por falta de estímulo).
Hasta aquí lo que una búsqueda somera en Internet nos permite encontrar. Hércules Poirot podría decirnos mucho más, pero llevaría un tiempo y un talento de los que no disponemos.
Detalles.
Nos parece que la pérdida de la escultura de Serra y los hechos conexos plantean preguntas de mucha trascendencia que no sabemos responder, pero que resuenan tan fuerte que hay que escucharlas. Preguntas en torno a:
La humildad del gran arte contemporáneo, confundible con no-arte, según su emplazamiento.
La escasa humildad de los protagonistas.
El derecho del artista a su obra y a su reproductibilidad, tan fácil reproductibilidad.
El papel del público en la determinación de la obra de arte.
La financiación del arte por las administraciones públicas.
Los gestores públicos de las obras de arte y sus responsabilidades, la realidad de la burocracia artística y en qué manos estamos, de actualidad ahora por el nombramiento del director del Museo Picasso de Barcelona.
El escaso afecto y la escasa piedad por los proveedores no artistas (¿o quizá el caso de la quiebra de Macarrón es excepcional?)
La no aceptación de responsabilidades: han sido los anteriores, han sido los anteriores y así hasta los visigodos.
Martin Gayford, uno de los críticos de arte del Daily Telegraph llama a Richard Serra, «arguably the most important artist of our times».
Serra es también el autor de la «obra maestra» más famosa destruída voluntariamente. Su obra «Tilted arc» era una lámina de acero cortén de más de 3 metros de altura por más de 36 metros de longitud y 5 cm. de anchura situada en la plaza Federal del sur Manhattan en Nueva York en 1981. Más de 4000 funcionarios que trabajaban en los edificios de la citada plaza firmaron una petición para su retirada por molesta y por eliminar la peespectiva a los que paseaban por la plaza. Hubo un juicio y el jurado falló a favor de su retirada. Tras varias apelaciones «Tilted Arc» fue desmontada y destruída en 1989. Serra declaro: «art is not democratic. It is not for the people.» Ni siquiera para el people de Madrid por lo que hemos podido ver y no ver.
Recortes de prensa sobrantes, sin comentarios.
Ninguno de los antecesores de Martínez de Aguilar en la dirección del museo -Tomás Llorens, María Corral, José Guirao y Juan Manuel Bonet- comunicaron tener conciencia de la ‘desaparición’ de la pesada pieza.
María del Corral, directora del Reina Sofía de 1991 a 1994, asegura que cuando se puso al frente del museo «todo era un caos y no había inventario de las obras». Del Corral cuenta que durante los cuatro años que trabajó en el museo se realizó el inventario y la obra de Richard Serra «estaba perfectamente localizable» en 1993.
La misma explicación ha ofrecido el ex director del museo José Guirao, que estuvo al frente del Reina Sofía desde 1994 hasta 2000. Guirao ha precisado si una empresa no está al corriente con la Seguridad Social, no puede facturar a la Administración. «A Macarrón no se le podía pagar, porque no podía facturar. José Guirao también conocía que la escultura de Serra estaba en las naves de la empresa de almacenaje Macarrón. El ex director ha expresado su confianza en que la obra aparezca.
Por otra parte, Juan Manuel Bonet, director del centro Reina Sofía desde el año 2000 al 2004, tan sólo ha reconocido que tenía conocimiento de que la pieza estaba en un almacén y ha señalado que si había problemas con la empresa Macarrón, no se le transmitieron.
Jesús Macarrón, gerente de la empresa Macarrón S. A., que hasta su quiebra era la encargada de custodiar la escultura de Richard Serra Equal-Parallel/Guernica-Bengasi, perteneciente a la colección del Museo Reina Sofía y que está en paradero desconocido, aseguró en su declaración ante los agentes de la Brigada del Patrimonio que en 1998, cuando la compañía entró en quiebra, advirtió a los responsables de la institución de que debían hacerse cargo de la obra. Según afirmó a los agentes, en sus comunicaciones explicaba que las deudas habían provocado la quiebra de la empresa y que se le interviniese la nave de Arganda del Rey donde se guardaba la escultura, por lo que ya no podía encargarse de su custodia. A partir de ese momento dejó de prestar sus servicios también la empresa de seguridad encargada de evitar sorpresas desagradables.
La declaración de Jesús Macarrón, según las fuentes consultadas, fue «coherente, documentada y en ella el compareciente mostró una tranquilidad absoluta».
La actual directora del Museo Reina Sofía ha calificado de «precarias» algunas áreas del recinto y ha pedido un pacto similar al del museo del Prado sin nungún tipo de politización.La directora dijo que el museo ya tenía deficiencias de plantilla antes de la ampliación, pero ahora que se ha ganado un 65% más de espacio expositivo, la carencia se ha agravado hasta límites especialmente graves que se han convertido en una clara deficiencia.
Por su parte, la directora del museo también intentó explicar la desaparición de la escultura de Richard Serra. En esta aspecto, aseguró que esta desgraciada circunstancia «ha de entenderse como un hecho absolutamente excepcional».
Desde la fecha en que la pieza fue adquirida y almecenada han ocupado sus respectivos cargos cinco ministros de Cultura -Jordi Solé Tura (1991-93), Carmen Alborch (1993-96), Esperanza Aguirre (1996-99), Pilar del Castillo (1999-2004) y Carmen Calvo, quien ayer comentaba que este asunto «es heredado de 1992 y el ministerio ha hecho lo que tenía que hacer»- y cuatro directores del museo Reina Sofía -María Corral (1991-1994), José Guirao (1994-2000), Juan Manuel Bonet (2000-2004) y Ana Martínez de Aguilar-.
Juan Genovés se lo toma con humor: «¿Qué hay de lo mío? Yo he trabajado toda la vida con Macarrón y me ha ido muy bien. Tenía un gran prestigio esta empresa.».
01/08/2006 a las 07:50
Pues si este articulo no llega para una tesis doctoral si por lo menos para una tesina (¿existen todavía?) sobre desidia, incompetencia, prepotencia, dilapidación de caudales públicos y muchos males más que aquejan a los poíticos y funcionarios. Así como hay un «Defensor del pueblo» o de los ciudadanos o de los consumidores, tambien podrían crear la figura de «Conciencia nacional» y serías un buen candidato. ¡Bravo!
28/08/2006 a las 17:58
Este es un gran reportaje de investigación con una exposición muy brillante. Yo también creo que merece un premio
¿Ha sido Internet la única fuente de información?
04/09/2006 a las 12:07
Carmen, que yo no he hablado de «premio». Porque me parece que lo de “Conciencia nacional” sería más bien una putada. Pero si hay que postularlo para un premio pues se hace. Además este autor seguro que está «limpio» en su pasado juvenil.
04/09/2006 a las 22:28
Gracias, pero el afecto os ciega. Sí, Internet ha sido la única fuente de información, todo, todo está en los libros y en los discos, duros. Como los motores de búsqueda, que son los lectores más fieles, no comentan no se puede tener una opinión neutral. Pero, como ejemplo de opinión de mercado, ésta es una de las varias entradas que algún lector ha metido en un sitio de agregación de opiniones que se llama meneame.net donde los lectores votan, promueven o en su jerga menean las entradas que les gustan; bueno pues ésta no recibió apenas votos y el único comentario venía a decir que era un tema sabido. Así que ya veis como diferís de las opiniones mayoritarias. Como no soy un masoquista, he de decir que yo también difiero de esas opiniones en este caso, porque aunque todo lo que he dicho ya lo estaba, nadie (en la prensa que he leído) se había preocupado de conectarlo, valorarlo y ponerlo en limpio. Aunque la policía, que se sepa, no haya hecho declaraciones, para los lectores de Poirot no es dificil sospechar que la escultura está inextricablemente hundida en los cimientos del edificio de la Seguridad Social por varias razones: a) la empresa custodio sabe que no puede ponerla en el mercado aunque quisiera, por lo singular que es y porque ningún coleccionista particular perista puede dedicarle razonablemente una sala de 30 metros de largo b) esa empresa parece una clarísima víctima de la burocracia y del escaso aprecio de los gestores del Reina Sofía, pero si quiere seguir existiendo, y con otro nombre sigue aunque empequeñecida, no pueden enfrentarse a los gestores culturales públicos c) esa escultura no tiene valor de mercado, lo que podría llevarnos a abrir otra línea de discusión sobre la fijación de precios en los mercados artísticos (recuerdo que ya otra famosísima escultura de Serra se destruyó a petición popular) d) es más fácil abandonarla en el solar que abandonan, que meterse en el fregado de utilizar grúas caras para sacar en limpio cuatro perras como chatarra metálica e) si en una obra se encuentran con cuatro tochos de acero cortén que al no estar dispuestos en orden quizá no reconozcan como un objeto artístico lo más fácil es echarle hormigón f) es piadoso decir que al reconocer en la obra su valor como objeto artístico, le echan hormigón igualmente como cuando aparecen restos romanos donde no se desean. Y ésto no sólo lo hacen los particulares en problemas o las empresas de construcción; hace no muchos años el Ayuntamiento de Zaragoza ordenó enterrar unos restos romanos encontrados en el Paseo de la Independencia al intentar hacer un parking del que desistió, cuando se sabía muy bien que esos restos estaban ahí pues se habían encontrado décadas atrás al hacer otras obras.