62. India 2024. 29 de noviembre de 2024, viernes. Trigésimo segundo día de viaje. Delhi. Día 1.

by

El hotel es una maravilla y el desayuno, aunque no llega al nivel del buffet de los del IMSERSO, ha estado muy bien. Nosotros si hay fruta y una tortilla francesa ya lo tenemos resuelto.

Por supuesto hay varias cosas del desayuno tradicional indio, pero, aunque lo he intentado y he probado, todas eran muy picantes.

20241129100711.jpg

Este hotel está situado en una calle al sur de Connaught Place (siempre nombrada como “CP”, “sipi”) por donde apenas pasan coches, y todo muy tranquilo, tanto que parece que no estemos en Delhi y con la sorpresa de que es la calle del Instituto Cervantes donde estuvimos hace años para intentar llevar allí la presentación del libro de un amigo y la exposición de fotografías de Marisa basadas en esa novela, lo que al final no prosperó, cosa que me temo que mi amigo agradeció.

20241129100831.jpg

Vamos a empezar la jornada turística por el sitio con mayor densidad de “ganchos” de la India, el 88 de Jan Path, famoso porque está la oficina de turismo de este país.

En nuestro primer viaje empezamos por allí y ellos en lugar de informarnos nos “derivaron” a una agencia de viajes donde obviamente tenían comisión.

La cosa no nos salió mal, pero ya tuvieron una actitud sospechosa.

Antes de llegar a esa oficina ya nos “entran” un par de ganchos con preguntas típicas como “adónde vamos”, que si quieres tal cosa u otra, pero nada sofisticadas.

Veo a uno que me resulta sospechoso y le digo a Marisa que ese nos va a entrar en cualquier momento, pero no, que era más cuidadoso que los otros.

En turismo nos atienden sin nada de entusiasmo, ni ganas y es curioso porque hay una docena de personas trabajando (?) allí y en el tiempo que hemos estado nosotros no ha entrado nadie excepto el que yo ya tenía fichado, o mejor, el que nos tenía fichados a nosotros, el cual le pregunta también a uno de la oficina como si fuese un turista más.

Salimos y al poco lo volvemos a encontrar y ya sabe por lo que he preguntado en turismo, que queremos ir a “Turismo de Delhi” que está en una oficina diferente del de la India. No sé si nos ha oído o se lo han chivado los de allí. Todo podría ser.

Nos pregunta, le contesto amable que no quiero saber nada, pero el tío se pone pesado, pesado, y cuando le pido que nos deje en paz y que se vaya me dice que este es su país, así que empleo una frase que me sirvió hace años cuando estuve un mes pasando todos los días por este entorno de Jan Path: “¿Es que te quieres casar conmigo?”. Y añado algo nuevo (que entonces estaba solo): “Yo ya estoy casado con mi mujer, que está aquí conmigo”.

Se queda tan sorprendido que me dice que estoy loco, pero no se va y entonces le digo que llame a la policía.

Al final coge un rickshaw que le estaba esperando con la confianza de que nos iba a llevar a algún sitio.

Realmente me ha cabreado bastante.

Pero no ha sido el único, que quizás nos han entrado una docena lo que es agotador.

El último cuando ya estábamos en nuestra calle y va y nos dice que la calle está cortada:

-“¿Adónde van?”

-Vamos a Bombay.

-¿A Bombay?

-Sí vamos andando hasta allí.”

Le ha hecho tanta gracia que se ha reído y ha dado la vuelta.

Si esta noche se reúnen en el sindicato de ganchos seguro que contarán la historia los dos:

-“Yo me he encontrado con un abuelo que me ha dicho que si me quería casar con él.

-Pues yo con otro que me ha dicho que iba a ir andando hasta Bombay.”

Porque además de ser muy pesados te pueden llevar fácilmente, si no adonde ellos quieren, sí que tú no vayas adonde quieres ir.

Por ejemplo: vamos al Palika Bazar que es un lugar bastante increíble en el subsuelo de CP y que todo el mundo conoce y al que se accede por varias entradas.

Antes de llegar un gancho ve que vamos hacia allí y nos señala una puerta de ese bazar que sí está cerrada y nos lo dice. Si no lo sabes piensas que sí, que está cerrado ese sitio y si no atiendes sus indicaciones no te vas con él, pero tampoco vas adonde tú querías ir.

Hoy un día dedicado a las compras, el horror de los viajes. Y encima comida en un McDonald’s.

Claro que podría haber sido peor.

En la zona sur de CP han aparecido grupos de monos.

La vez que estuve un mes en Delhi estaban cerca del centro, pero creo que no tantos pues incluso los vemos en las tapias del Cervantes.

Pues bien, vemos como un macho grande comía con apetito un helado que había en el suelo. Seguro que algún incauto pasó por allí comiéndolo, el mono se le echó encima y el otro soltó el helado.

Peor es que vimos como otro mono intentaba coger a una niña pequeña que se echó a llorar aterrada. La pena es que el padre no le pegó una patada al mono, porque imagino que como los creen relacionados con el dios Hanuman, el que era mono, o tenia forma de mono, no sé, pues los respetan aunque sean así de cabrones.

A ver que nos dirán mañana los ganchos.

Las compras.

Para que aprendas conmigo.

En Palika Bazar compro dos cosas. Por la primera me piden 1000 rupias y las consigo por 500. Cuando he pagado le pregunto al vendedor por cuanto la compran los indios. Me dice que si son pobres (o los “indios son pobres”, no lo he entendido bien) por 400.

La segunda compra lo mismo: me piden 2000 y la compro por 1000.  Tras la misma pregunta después de pagar me responde esta vez sin rodeos que por 700. “O sea que yo he pagado 300 más que un indio”. La respuesta es clara: “Sí”. 

Etiquetas: , , , , , , ,