Es bueno tener una bolsa fuerte de Carrefour y meter en ella ordenado lo imprescindible para abandonar todo en el hogar y pasar a vivir (con suerte) en un polideportivo, en un hotel proporcionado por los Servicios Sociales o en casa de alguien bondadoso. La mínima ropa de quita y pon, los documentos obligatorios y habituales en papel en un sobre de un grueso máximo de un centímetro y, si se cree que la electricidad se recuperará, un disco de 1TB con las colecciones innecesarias de las que no podemos ni sabemos privarnos. Hacerlo será un buen ejercicio para mí.
Digo Carrefour porque siempre lo traduzco como encrucijada, cualquier bolsa vale para llevar cinco kilos de peso.
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