Buscamos un restaurante en aquel entorno y la guía recomienda uno cuya especialidad, y plato único, son los “dim sum», ya sabes, esa especie de empanadillas asiáticas. El problema es que en aquella callecita hay varios de nombres parecidos o con el letrero solo en chino, pero que casi todos son de “dim sum”. Pero damos con el recomendado que es el que tiene la cola más larga en la calle.
Pero como son muy civilizados hay asientos para la espera.
Y estupenda comida.
Pequeño descanso en el patio del albergue y nos vamos a la bahía Victoria.
El metro nos deja delante del hotel Península. La guía recomienda que vayas allí a tomar el té. Este imponente edificio es de los años 20 y dicen que estaba clasificado como “el mejor hotel al este de Suez”. ¡Qué años debían ser aquellos para hacer estas comparaciones!
Lo que pasa es que debes ir convenientemente vestido para esa ceremonia del té. De todas maneras nos damos una vuelta por el vestíbulo y es realmente impresionante. Ah, y el precio del “afternoon tea” para dos personas: unos 84€.
Y de allí en un corto paseo nos vamos hasta la orilla de la bahía. Es un bonito lugar y mucha gente por allí. Resulta que hay un espectáculo de luces y sonido al anochecer y el personal empieza a tomar posiciones.
Además hay un movimiento continuo de barcos turísticos, alguno de ellos disfrazados de juncos chinos que son muy fotogénicos. Un lugar encantador al que seguro que volveremos más veces.
De regreso al hotel vuelvo a ver el “Madrid Cafe”. ¿Será de algún chino de Cobo Calleja?
PS
Hoy hemos tenido una sorpresa que nos ha dado bastantes quebraderos de cabeza y cuyo final nos tiene preocupados.
Resulta que para ir a Shanghái necesitamos un visado de entrada en China, porque Hong Kong es China, pero no del todo, vaya, que no es China-China.
La guía recomienda que lo saques en “China Travel Services”, CTS, una agencia de viajes que parece ser la oficial de China. Llegamos a una de sus oficinas y nos atienden amablemente:
«-Queremos un visado para China.
-Ningún problema.»
Pero hete aquí (pensé que jamás podría utilizar esta expresión) que cuando ojean nuestro pasaporte descubren que hemos estado en Turquía. Tenemos un sello que apenas se ve que dice “Ataturk” e “Instanbul” y “Giris” o sea “entrada” y otro todavía más tenue con “Çikis”, o sea “salida”, pero aquella jodida joven debe estar muy avezada en escudriñar los sellos de los pasaportes. Además hay otros dos de entrada y salida de Artvin, pero imagino que desconoce ese puesto fronterizo.
Resulta que en 2014 fuimos a Georgia (algún día escribiré ese interesante viaje) e hicimos el viaje en autobús desde Estambul a Tiflis, de ahí nuestras entradas y salidas.
¿Pero es que hay algún problema de China con Turquía? Nos contestan que no lo saben, pero que en alguna ocasión han rechazado la solicitud de visado por esas circunstancias.
Nos quedamos casi fuera de combate. Claro que podemos quedarnos todo el tiempo aquí, en Hong Kong, pues da para estar muchos más días, pero es que tenemos contratado dos alojamientos en Shanghái. Y pagados. Y además queremos visitar esa ciudad.
Hay otro problema adicional, aunque espero que no lo sea. El vuelo de regreso es desde Shanghái, aunque como hace escala en Hong Kong imagino que no será ningún problema cogerlo (en Méjico, tomarlo) directamente aquí. Pero de todas maneras es una jodienda.
Y pienso que no ha visto el sello que dice “Sarpi State Border Georgia”, pero es que eso no le debe importar. Y también recuerdo que tengo algún pasaporte antiguo con 4 ó 5 entradas en Turquía.
A veces había pensado que me iba a Estados Unidos y que en el control de entrada veían mi pasaporte con múltiples entradas en países como Birmania, Laos, Vietnam o Camboya y que me volvían loco con preguntas sobre mis viajes y actividades. Pero resulta que es con China y Turquía.
Al final la joven de la agencia nos recomienda que vayamos directamente al “Chinese Visa Application Service Center”, que es donde se gestionan los visados. Y eso es lo haremos mañana, aunque nos ha dejado muy preocupados.