24. Corea 2017. 26 de marzo, domingo. Decimocuarto día de viaje. Boseong. Segunda parte.

by

Daehan Dawon.
De esta plantación de té dice la guía dice que es uno de los iconos más importantes de Corea. También que es un lugar donde se ruedan películas y series de televisión y que el mejor tiempo para su visita es en primavera, empleando una palabra inglesa que me encanta pero que temo pronunciarla mal y que por tanto no utilizo jamás: “congenial”. Tampoco sé si se aplica solo para el tiempo , “the most congenial time to visit “ o si también se le puede decir a una señorita, “Oh, you are very congenial!”, o incluso a tu jefe, “your kick in my arsehole was extraordinarily congenial”. Total, que no la uso.
En el tríptico que te proporcionan en la entrada hay esta preciosa frase entrecomillada: “Wish To Be Here With My Loved One”. Y te esperas encontrar debajo a un autor famoso, como por ejemplo a Lord Byron o por lo menos a Simon y Garfunkel, y lo que pone es ”Green Tea”.
Hay una fotografía de como era esto hace 50 años y entonces te percatas de que esa montaña cubierta de arbustos de té la han “embellecido” hasta transformarla en lo que hoy es: un parque temático dedicado al té verde.


Esta finca es la mayor plantación de té del país y fue abierta en 1939, pero fue devastada durante la guerra de Corea. En 1957 comenzó su reconstrucción plantándose 3 millones de árboles decorativos (muchos me parecen), siendo ahora (según mi entender) más un jardín botánico que una finca en explotación. La CNN en 2012 la clasificó como una de las 22 atracciones turísticas que deben visitarse en Corea. También la han clasificado como uno de los 31 paisajes más maravillosos del mundo, aunque a mí eso de que digan “31” y no “30” me escama.


Y lo primero de todo nada más entrar es tomar un té verde y aunque no lo hagan con la ceremonia del té, sí que siguen un cierto ritual, lo que no sé si nos lo hicieron solo a nosotros por no conocer la normas o se lo hacen a todos.


Marisa le ha dedicado una buena sesión a las tazas y a la tetera de clara inspiración zen. Y después ya te sumerges en aquella maravillosa colina con sus campos de té fantásticos, aunque sospecho que no los cultivan como tales.

Y no puedo decir que son los más bonitos del mundo, pues los que habéis leído mis crónicas de la India y de Sri Lanka ya conocéis mi predilección por la belleza de este tipo de paisajes.
Hoy es domingo, luce el sol y hay bastantes visitantes, pero no agobia su número. Incluso hemos visto a occidentales jóvenes, una de las cuales era negra: la primera de ese color en los 14 días que llevamos de viaje.


Antes de venir a Corea no sabía cómo era el país ni tampoco me había hecho una idea. Pero ahora no puedo dejar de compararlo con Japón, aunque no creo que a ningún coreano le guste esa actitud. Pues bien, hoy he vuelto a ver una diferencia. O dos: son más gritones que los nipones (eso es fácil), sobre todo los niños y los varones más guapos. Y aunque no llevan tantos trípodes como en Jeonju sigue habiendo más que en ningún otro país que conozca, e incluso he visto a uno con un estupendo Manfrotto, que en su caso tenía más mérito, pues además llevaba también a tres niños. Y como siempre muchas parejas haciéndose fotografías y alguno que no paraba de hacerse autorretratos. Y así me asalta de nuevo la duda como me ocurrió en Japón: ¿es que no se cree que ha estado aquí y tiene que autorretratarse sin parar para convencerse?
Y una sorpresa fotográfica desagradable: se nos ha estropeado una tarjeta de la cámara de 128 GB. Así que no te fíes aunque sean de marcas reconocidas.


Algunos árboles le dan un toque diferente con sus flores a este entorno todo verde, como un bonito magnolio que, desprovisto de sus hojas, solo tiene flores blancas. Otros, ahora sin nada, como un gran grupo de cerezos serán una maravilla dentro de un mes.


Y todo está limpio, sin ningún desecho. Solo encuentro una lata aplastada que no puedo dejar de fotografiar.


Hay un puesto de helados de té verde y también de churros, “Green T Churros”. Son unos churros grandes, de unos 40 cm, que los hacen en el momento de la comanda. Nada especial. El helado delicioso.


También vemos montoncitos de piedras como en otros lugares (de Corea y de todo el mundo) y unos monumentos funerarios como los que vimos en otras excursiones. Esta interpretación la supe gracias a nuestro hotelero el cual para darme a entender que era de muertos hizo ademán como de cortarte el cuello. Espero que no significase “decapitados”.


Todo aquel ambiente verde solo está roto en su color y en su olor por unas traviesas “aromatizadas” de creosota.


La visita se acaba en un precioso bosquete de bambú que no visita casi nadie a pesar de estar al lado de la salida. Bueno, sólo lo visitan algunos macarras que no pueden evitar dejar su marca en algunas de las bonitas cañas.
Desde allí nos vamos a visitar el “Tea Museum of Korea”. Gratis para los “siniors”.


Como su nombre indica está dedicado al té y si no es el único en el mundo, casi lo será.
Un edificio moderno y con todo tipo de explicaciones culturales, históricas, económicas, sociales,…sobre el té y muchas de ellas traducidas al inglés. Todo perfectamente expuesto y con una sala donde por un módico precio puedes tomar un té con dos señoras que te explican la ceremonia. Ni lo hemos intentado, pues hemos visto a dos jóvenes sentados en una de aquellas mesitas bajas que para nosotros hace imposible esa actividad.


Y una vez más la constatación de ver la diferencia cultural con nuestra sociedad: todo inmaculado y sin vigilantes, lo mismo el museo que el largo camino que hay para llegar hasta allí, con luces, pabellones, esculturas al aire libre….
A pesar de lo que el dueño del hotel nos dijo sobre el transporte no hay ni un taxi por allí, pero sí un autobús que viene de algún sitio y va a Boseong. Le pedimos al conductor que nos pare en la carretera a la altura del hotel y así hace.
Estamos sin comer así que repetimos la nutritiva cena de ayer, una barbacoa, esta vez acompañados en el comedor por un grupo de cinco solteras con quien se ha sentado el hostelero que cena con ellas y a quienes cuenta divertidas e interesantes historias.
Al final ha resultado un día de los más interesantes, aunque podría haber sido un desastre si hubiese continuado la lluvia de ayer.


Mañana a Suncheon.

Etiquetas: ,

2 respuestas to “24. Corea 2017. 26 de marzo, domingo. Decimocuarto día de viaje. Boseong. Segunda parte.”

  1. LaOtraMarisa Says:

    Ámgel, me parece muy bien que no emplees la palabra congenial , ya que en el traductor de Google, además de las traducciones pone los sinónimos y podrían llevarte claramente a situaciones embarazosas:
    agradable = nice, pleasant, enjoyable, pleasing, agreeable, congenial
    simpático = sympathetic, friendly, nice, likeable, charming, congenial
    congenial = congenial, congenital, inbred, inborn

    • Ángel de Corea Says:

      Gracias Marisa.
      Para evitar equívocos creo que lo utilizaré solo con las plantaciones de té, que además estas no se pueden quejar: O quizás también cuando visite las casas de campo de amigos donde creo que quedará muy bien: «My dear lady, your manor is very congenial!». .
      A kiss

Los comentarios están cerrados.