Maestro – Su partido, el del crimen de Estado, nos da la primera entrega del plan de las oligarquías y da carta de naturaleza al fraude.
Pedro – Maestro (¿o debería llamarte Profesor?) te sigo por lo bien que me insultas.
Etiquetas: ¿Cambio?
Maestro – Su partido, el del crimen de Estado, nos da la primera entrega del plan de las oligarquías y da carta de naturaleza al fraude.
Pedro – Maestro (¿o debería llamarte Profesor?) te sigo por lo bien que me insultas.
Etiquetas: ¿Cambio?
03/03/2016 a las 10:54
El pasado se puede olvidar o recordar, pero nunca suprimir. Es lo malo que tiene. Lo que leo por primera vez es que quien lo recuerda, insulta.
05/03/2016 a las 18:13
No se si entiendo bien su comentario, pero en la frase del Maestro veo que se refiere a un pasado que en su momento fué confuso y lo hace extensivo a todo un «Partido» del que conozco personas nada criminales. Las dos restantes afirmaciones se refieren al futuro y simplemente son insultos que al tiempo que descalifican al adversario tratan de encumbrarse o autoelogiarse cuando todavía no ha demostrado nada. El Maestro dijo también «Yo no engaño a mi gente». No puedo rebatirlo, pero a los demás nos engaña como a chinos. Desde el asamblearismo 15M al Comité Central pasando por Venezuela y Dinamarca es camaleónico donde los haya, regido en esencia por convicciones de triunfo audiovisual.
Aunque se que parece una boutade me recuerda a Aznar, arrogante hasta la médula, pagado de sí mismo sin más capacidad y méritos demostrados que ser un gran insultador, mostrar una rabia extemporánea, y ejercer el clientelismo y el enchufismo desde el inicio. Por lo menos Aznar hizo que su cónyuge hiciera meritoriaje como concejal, no la quiso hacer Ministra a la primera ocasión.
Creo que entiendo bien el fenómeno Podemos que en muchos aspectos es saludable y que ha hecho aflorar verdades que nadie quería reconocer en la anquilosada España bipartidista, lo que no entiendo es la admiración a la cúpula y la escasa capacidad autocrítica que muestran. Su programa, que he leído con atención, esta repleto de «medidas» qe exigirían un cierto «consenso» y se presentan como verdades reveladas o rebeladas. Tampoco entiendo la rabia que exhibe el Maestro que la adoba con una superioridad moral que no es evidente.
05/03/2016 a las 21:18
Horas después de escribir el comentario previo leo a Enrique Gil Calvo que dice que la actitud de Iglesias le recuerda a Aznar. Ya no me siento tan anómalo.
06/03/2016 a las 09:59
Si el epigrama de elsoles te parece exagerado espero que no leas la columna de Manuel Vicent hoy. A mi, ESE, me parece certero y suave, suave,..
07/03/2016 a las 09:08
Respetaré que sea éste un blog personal, y no un blog de debate, y que, por tanto, su razón de ser es que su autor nos muestre -a su modo- su particular punto de vista, el color del prisma o las gafas por las que mira, la innata sensibilidad con la que enfrenta lo que le rodea o la gama de frecuencia en la que sintoniza con la realidad circundante. Y ciertamente hay muchos puntos de vista, muchos colores en el espectro óptico, muchas sensibilidades y muy diferentes sintonías. Y admitiré que nadie es dueño de la verdad –la verdad no tiene dueño-, como nos decía magistralmente Pedro Lezcano Montalvo. Sólo me limitaré a consignar que la posición desde la que me encuentro al mirar, el color de las gafas intraocuares con las que veo las cosas, mi sensibilidad y la gama de frecuencias que conforman aquello con lo que sintonizo, son diferentes. ¿Se podrían argumentar las opiniones tratando de superar todos esos condicionantes, que a todos nos vienen dados?
09/03/2016 a las 13:54
Sigo sin entender su nuevo comentario. Gracias por el respeto hacia mi particular punto de vista. Entiendo como reproche genérico que mis opiniones no están argumentadas dado que se pregunta si «¿Se podrían argumentar las opiniones…»
El Maestro dijo:
Su partido, el del crimen de Estado,
a lo que argumenté: «un pasado que en su momento fué confuso y lo hace extensivo a todo un “Partido” del que conozco personas nada criminales» El tema Gal fué uno de los temas más controvertidos en la sociedad española y no fue un crimen del PSOE como partido. Es cosa juzgada y a la sentencia hay que atenerse. A uno de los protagonistas le he visto con frecuencia pasear impune durante los últimos 20 años. Una persona orgullosa de la pertenencia de su padre al FRAP no debiera opinar a la ligera. El FRAP fue uno de los «grupos» que llamaban a la insurreción más dudosos del tardofranquismo y la Transición y posiblemente más infiltrado por todas las policías políticas de todo el mundo (KGB incluído). Esto es un argumento «ad hominem», pero no deja de ser un argumento.
nos da la primera entrega del plan de las oligarquías
y da carta de naturaleza al fraude.
a lo que argumenté:
Las dos restantes afirmaciones se refieren al futuro y simplemente son insultos que al tiempo que descalifican al adversario tratan de encumbrarse o autoelogiarse cuando todavía no ha demostrado nada.
Es decir, no era como usted dice «pasado se puede olvidar o recordar, pero nunca suprimir. Es lo malo que tiene. Lo que leo por primera vez es que quien lo recuerda, insulta» sino insultos directos a pretensiones del programa de un adversario político a quien se acusa de estar a sueldo del IBEX35 y de defender el fraude. Es como poco pretencioso dar clase de moral a los demas cuando algunas de la afirmaciones de tu programa son ilusorias por no decir mentirosas. Las cifras de mejora recaudatoria del programa de Podemos son risibles salvo que reescribas el sistema fiscal español en dos semanas y pongas a recaudar al ejército. Es lo que tiene el sentir excesiva admiración por comandantes. La última frase no es un argumento válido sino una pequeña maldad, por desgracia comprobable en youtube.
Por último y sin que venga a cuento, todavía tengo que escuchar a alguno de los partidos que se oponen al «contrato único» que propone Ciudadanos un argumento convincente. He trabajado veinte años junto a personas con alguno de los infinitos contratos precarios existentes en España y quienes desacreditan al «contrato único» está claro que no creen, como yo, que la dualidad del mercado laboral español es el mayor cáncer moral español y la mejor prueba es la desaparición de los sindicatos españoles reducidos a ordeñadores del sector público o semipúblico.
Coincido con un comentario en el sentido de que si hablamos de crueldad, Manuel Vicent, como siempre, es incomparable.