Como tengo una especie de miopía paradojal, el niño del Congreso me demuestra no la dificultad sino la enorme facilidad para conciliar cuando eres tan poderoso/a que todos tienen que rendirse a tus deseos.
Eso sí, pixélamelo un poco no vaya a ser que me lo reproche cuando sea mayorcito, que los niños simbólicos son muy susceptibles.
15/01/2016 a las 12:50
Completamente de acuerdo con el comentario
15/01/2016 a las 13:46
1. ¿Qué pensará una madre que trabaje en una cadena de una fábrica de las facilidades que tienen otras madres? Perdón, otra madre.
2. ¿Que pensará una madre cuando vaya a comprar a Día y la cajera le haga esperar 10 minutos porque tiene que cambiar los pañales del bebé que tiene en sus brazos?
3. ¿Quién no quiere privilegios?