En el metro me percato de algo que Marisa me ha comentado: yo creía que no leían el periódico por lo grandes que son pero es que lo doblan en ocho y así lo leen. ¿Cómo es posible? Pues porque está escrito de arriba abajo. Es que lo tienen todo pensado. Veo también el primer lector de libro electrónico.
Vamos un poco justos de tiempo y no podemos dedicarnos a buscar un restaurante especial para la última comida y lo hacemos en uno que encontramos al salir del metro. El resto de los pocos comensales –es un poco tarde para su horario- son oficinistas o similares, que comen, comemos, la típica comida del mediodía, un gran cuenco de pasta, lo que no está mal para nosotros: acabar con un plato de “soba”. Por supuesto hemos tenido que pedir ayuda pues la máquina que da los tiques tiene todo en japonés.
Despedida del hotel y en metro hasta el cercano Ueno desde donde cogemos el tren para el aeropuerto.
El viaje de Tokio a Narita tiene múltiples posibilidades. Cuando llegas a Tokio te dan una hoja en la información del aeropuerto pero como andas bastante despistado no la estudias a fondo. A la vuelta ya es diferente pues conoces las posibilidades del metro, de la Japan Rail y sabes que además de esta “Renfe” japonesa hay otras compañías con otras líneas y por tanto otras posibilidades. Así la Keisei, que cogimos nosotros que va desde Ueno hasta Narita.
Hay una cosa importante que casi se me olvida: saber desde qué terminal sale el vuelo pues hay tres “T”: de la T1. Hay compañías que en la información que te proporcionan lo dice pero no la nuestra de hoy. Y además debes saber si en la a T1 es “South Wing” o “North Wing”, más que nada por si vas cargado para evitar el paseo de un lado a otro.
En el tren, tipo metro, enfrente de nosotros una pareja mayor, mayor. Parece imposible como estos abuelos japoneses pueden viajar solos sin la ayuda de un grupo tipo IMSERSO. Como van con su maletita y su bolsa creemos que también van al aeropuerto pero este tren funciona como uno de cercanías y se bajan antes. Nos ven que llevamos una bolsa de papel y piensan con muy buen criterio que se nos va a romper. Yo también lo pensaba y por eso dentro de la elegante y ecológica e inútil bolsa de papel llevaba una de plástico. Entonces sacan una bolsa de tela, tipo de las de Ikea, y nos la regalan, y eso que nos hemos hablado ni una palabra. Estos japoneses son la leche.
El cielo sigue gris, más gris todavía. A los del hanami creo que por hoy se les ha acabado la fiesta. Si hiciese más frío –debemos estar a unos 12ºC- parecería que iba a caer una nevada.
Un consejo: Narita es como Barajas en Madrid. El mismo lío con las “T” y los nombres. Hay una parada que se llama “Narita Airport” pero que no es nuestro “airport”. Debe ser como el barrio de Barajas con respecto a Barajas, que ahora es “Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas”. Como he visto que se bajaban un montón de occidentales pregunto a un señor que acaba de subir y por señas me dice que no, que espere, que la siguiente es la T2 y luego la T1. Los que han bajado tendrán que esperar al próximo tren y volver a subir. Yo lo veo bastante confuso.