Por la tarde nos vamos a dar una vuelta por el Brahmaputra. Todavía hay más policías y además están entrando en la ciudad grandes camiones del ejército cargados de soldados. No sé si serán un refuerzo para la seguridad o bien si están de paso, pues Guwahati es un lugar de tránsito para los militares que van o vienen de los estados del nordeste. Uno de los camiones me hace recordar mi afortunadamente breve vida militar (12 meses): «Logistic warriors».
Porque mira que hay que ser ocurrente para unir «logistic» y «warriors». Que yo serví en la «Agrupación Logística número 10 (?)» y éramos cualquier cosa menos «warriors». Los servicios «guerreros» consistían en cocina, limpieza, descarga de víveres de barcos (era en Melilla), preparación de desfiles y guardias, muchas guardias. Que había que estar prevenidos por si nos invadían los moros. Pues aquí nada menos que «Logistic warriors», que parece más de una campaña de marketing.
En la orilla del río quedan unos pocos y pequeños restos del «naufragio» de la Durga Puja pasada. Yo estuve en el 2007 viendo cuando tiraban las imágenes al río y era espectacular.
La margen del Brahmaputra está muy deteriorada. Hay unos cuantos barcos grandes que sirven de pantalanes para el atraque de otros más pequeños que lo cruzan con personas y motos. De vez en cuando un barco que se ha quedado encallado y que ahora está casi cubierto por el barro. Visto como están algunos de ellos no me extrañaría que hubiese alguno totalmente enterrado.
Volvemos al hotel atravesando el «Fancy Bazar», un bullicioso mercado, aunque ahora son solo las 5 de la tarde ya es de noche (estamos en el este de la India). Buscamos y encontramos una tiendecita donde venden té y que me recomendaron en el hotel. Es un negocio enano, de apenas metro y medio de ancho por dos de profundo, con el mostrador en la calle y donde no paran de comprar los que pasan por allí. El vendedor, e imagino que dueño, es muy simpático y tiene un buen inglés. Como ve mi interés saca un frasco medio escondido de té blanco: carísimo a pesar de que estamos en Asam. Pero a diferencia del de ayer éste sí tiene té en hoja normal, además del omnipresente CTC.
Regresamos a la estación de ferrocarril y sigo con mi peregrinar en torno a la dificultad de viajar en tren por la India. Explicaré estas cosas durante mi viaje de mañana para que puedan servir de consejo a posibles turistas ferroviarios.
Nos despedimos de los dos recepcionistas del hotel y a dormir que mañana hay que madrugar.
Rudraksh.
Esta mañana en el templo de Kamakhya he visto a un señor que vendía rudrasksh. Esto no es nada raro en la puerta de algunos templos pues todos sabéis de la propiedades beneficiosas de estas semillas. Lo que no la había visto nunca con todo el fruto. Vaya, como si tú solo conoces las almendras que te sirven en un bar y un día ves la almendra como está en el almendro.
Mejor todavía: ese vendedor las limpiaba con esmero y las dejaba mondas y lirondas. Muy interesante.
Leyenda.
El templo de Kamakya está levantado en la cima de la colina de Nimachal y hay una bonita leyenda que dice que una vez Naraka (que creo que es el mismo demonio Narakasura, enemigo de Krishna, del que hablé en otra crónica) quería casarse con Devi Kamakhya. Bueno, creo que más que casarse lo que quería era otra cosa, pero…El caso es que se lo propuso a la diosa y esta le puso como condición que antes de ello debería construir una escalera hasta la cima de la colina Nimachal en una noche y que entonces accedería.
El Naraka se puso manos a la obra y cuando estaba a punto de acabar, Devi se percató de ello y asustada ideó un truco para engañarlo: le apretó el cuello a un gallo y éste cacareó dándole la impresión a Naraka de que había amanecido. Confundido pensó que era una tarea inútil y abandonó dejando la escalera a mitad de construir. Más tarde cazó el gallo y lo mató en un lugar que es conocido como Kukurakata, que no sé a ti pero a mí me suena como una onomatopeya , aunque quizás en sánscrito quiera decir algo así como «lugar donde Naraka degolló al pollo». Pues la incompleta escalera está todavía allí, aunque yo no la he visto. Moraleja: aunque seas un diablo famoso si andas calenturiento cualquiera te puede dar gallo por amanecer.
Etiquetas: Guwahati
29/04/2014 a las 09:06
ese atardecer…divino