Hoy estreno una nueva libreta donde escribo el borrador de estas crónicas. La acabo de comprar en una tienda de Tezpur y según Marisa “más barata que en los chinos”.
Se supone que es una libreta (Notebook) para escolares indios y la portada está dedicada al otoño (Season autumn) con una fotografía al respecto. En la contraportada hay una descripción en inglés de esta estación dedicándole un trozo considerable al otoño en Irlanda y ni mención a la India. Lo más gracioso es que cuando hablan de la estación en los EEUU dice entre paréntesis que “citation needed”, lo que quiere decir que lo han copiado de la wikipedia (cosa que he comprobado) pero que ni siquiera lo han leído para eliminar esa referencia.
En la penúltima página hay una foto de un respetable señor mayor con gafas y muy elegante bajo el título de “nuestros héroes”: allí se glosa la vida y milagros de Narayana Murthy, que es el fundador y ahora “Executive Chairman” de Infosys nada menos. Es como si en las libretas escolares de España pusieran la biografía de Don Emilio Botín para que sirviera de ejemplo a nuestros colegiales. Que mejor sería así, que ahora emulan a Spiderman o a algún deportista. Además podríamos comprar las libretas con la biografía del Sr. Blesa a precio de saldo.
Fin de la digresión.
Ayer a las 10 de la noche unos bengalíes gritaban en la habitación del hotel como si fuesen las 10 de la mañana. Parece que la 10 de la noche no sea muy tarde, pero en un lugar donde el personal cena a las 6, las 10 serían como las 2 de la mañana en España. Pues los mismos, o parecidos, hoy a las 5 y media de la mañana volvían a gritar y a las 6 uno se ha puesto a cantar. Para matarlos.
El hotel tiene un personal de lo más eficaz y servicial. Me sorprende que los dos recepcionistas mejores del viaje, éste y el de Shillong (los de Guwahati eran empleados del turismo) hayan sido nepalíes. También hablamos con la propietaria, una encantadora señora mompa.
En estos hoteles tienes que decirles por la noche qué quieres para desayunar y a qué hora. Y si te levantas antes de tiempo pues debes esperar así que hoy lo hemos aprovechado dando una vuelta hasta un templo budista cercano. Un monje que nos ha visto aproximarnos en lugar de venir hospitalario a nuestro encuentro se ha marchado (y escondido). Todo estaba cerrado y no era cuestión de perseguir al cobarde clérigo así que hemos regresado al hotel para el desayuno.
Nada más salir unas dalias impresionantes con pétalos de dos colores.

Cerca del hotel en un talud hay pegado un cartel muy interesante: “Divine Word touching ministries presents… …healing, miracle and blessing”. Y dice que una de las cosas que habrá será una “demostración del poder de Dios”. ¡Hay que ver lo que inventa el personal para tener seguidores! Quizás yo tenga que acudir a algo parecido para tener lectores.

En el restaurante del hotel vuelvo a comprobar el gusto de los indios por desayunar en la habitación: es una sala enorme pero estamos solos.
Desde el hotel unas bonitas vistas del valle del río Kameng.

Ayer busqué la previsión meteorológica y vi que no va a hacer malo del todo en Ziro, así que hemos decidido prolongar el viaje a esa zona de Arunachal, el problema es que no se puede ir de Dirang, o de cualquier otra ciudad del oeste del estado, a Ziro que está en el centro. Hay que salir al vecino Asam, recorrer un trayecto allí y volver a entrar en Arunachal. Eso te da una idea de cómo están las comunicaciones terrestres. Las aéreas me las explicaron en plan telegráfico ayer en Tawang: “Chopper crashed. Not safe. Finish.” Que si da miedo la carretera habría que ver los helicópteros.
Así que hoy nos vamos de Dirang a Tezpur: 200 km. A las 8 y 20 ya estamos en la carretera pero enseguida paramos en “Dirang el viejo”. Todos los servicios, tiendas y transportes están en “Dirang el nuevo” pero el que merece la pena verse es el viejo. Curiosamente nuestro hotel y el “Tourist Lodge”, donde pernoctamos en la ida, están a medio camino entre ambos.
El “Old” es como una pequeña fortaleza de casas de piedra de la que dice la guía que es un ejemplo de pueblecito mompa, el grupo étnico más importante de la zona, aunque parece que no haya más que ellos pues a todos los arunachaleses que les he preguntado hasta ahora eran todos mompas.
Es un pueblo muy interesante con un único defecto: la cantidad de cagadas de cabras que hay por todos lados. Y el que los niños, muy fotogénicos, te piden dinero. Como siempre algún indocumentado (no quiero ser más duro para no herir a algún amigo) les ha dado dinero por posar aunque no se lo hayan pedido. También hemos encontrado a una madre con un precioso bebe que ha estado encantada de que Marisa los fotografiase.

Un par de detalles curiosos: hay muchas mazorcas de maíz puesta a secar

y también algunos pescados como si fuesen ropa tendida.
Están reconstruyendo un pequeño templo budista y hoy había media docena de jóvenes pintando un artesonado con mucha destreza y que posan encantados para Marisa.

Veo a un señor con un bebé cargado en sus espaldas, como es una labor que solo realizan las mujeres, pienso que quizás es un parado, como en España, que ahora los ves con el carrito del niño. (Advertencia: este caso solo suele darse si ella trabaja. Claro, me refiero a España, que ya se sabe que la crianza es deber de las hembras excepto en algunas familias de odonatos y de aves marinas. Pero dejo el tema porque esto llevaría a la incómoda pregunta de “¿Existe el instinto paternal?” o la más difícil de “¿Para qué sirve un padre?”).