Tengo una identidad.
Tengo un déficit fiscal con el «Estado español» que ni te cuento.
Tengo cultura propia, con muchos préstamos eso sí.
Tengo lengua vernácula y pongo la oreja a todas las que puedo.
Resumen: Me autodetermino ya. Me pido mi embajada en Ottawa y para mis hijos con una cosita de esas de las ITV ya me va bien.
Etiquetas: autodeterminación, identidad