El sol es…

Decía ayer el diario «El País» que las tres confesiones religiosas de notorio arraigo en España – islamismo, protestantismo y judaísmo – reciben este año 3 millones de euros. Y sus representantes se quejan porque la Iglesia católica recibe 150 millones, sólo de asignación directa. El representante evangélico dice «la falta de neutralidad religiosa del Estado sigue siendo alarmante».
No puedo estar más de acuerdo con él. El que nuestros gobernantes, tan misioneramente levantiscos ante otras desigualdades, obliguen a todos los ciudadanos a aportar su óbolo a la financiación de las actividades terrenales de quienes se agrupan para exteriorizar su fe religiosa es muy alarmante. Y que algunos de quienes tienen esa fe crean que sus conciudadanos tienen que financiársela, revela una soberbia también muy alarmante y no hace falta recordar que hace no muchos años la soberbia era uno de los pecados diabólicos.

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