
Desde Victoria Terminus nos vamos a la catedral de Santo Tomás. En el camino vemos a un señor con una moto con sidecar. Si debe dar miedo ir de paquete en una moto en este país, ir en uno de estos artilugios debe acojonar bastante.
El dueño de la moto como nos ve tan interesados nos dice que nos sentemos en ella para hacernos una foto; se lo agradecemos, pero no lo hacemos, aunque sí a él que posa satisfecho.
Al lado otro “vehículo especial”, un pequeño tanque, imagino que para llevar agua, con un curioso dibujo y con la frase “welcome”, que como sabes puede querer decir “bienvenido” o “de nada” respondiendo a un “gracias”. Ni idea de la intención del autor.
También en aquella calle un par de niños jugando al cricquet y es que aprovechan cualquier espacio para hacerlo.
Catedral de Santo Tomás. St. Thomas Cathedral.
De Wikipedia: «La catedral de Santo Tomás fue la primera iglesia anglicana en Bombay. Construida en 1718 para mejorar los «estándares de la moral» en esta ciudad colonizada, se encuentra cerca de la Fuente Flora.
Fue en este lugar donde se sentaban a descansar, grabar mármol y cantar elegías muchos británicos. La mayoría de las lápidas llevan mensajes elocuentes«.
¡Vaya cagada de descripción!
Así que los británicos se sentaban a “grabar mármol y cantar elegías”.
La entrada en inglés es mucho más larga pero no dice estas tonterías, sí que “Recibe su nombre en honor al Apóstol Santo Tomás, quien se cree que introdujo el cristianismo en la India”.
Este apóstol debía ser muy viajero pues también le atribuye haber visitado China e incluso Paraguay. Y no es un chiste blasfemo que lo he leído en Wikipedia.
Y es nada menos que patrón de la India, del Ducado de Parma, de los arquitectos, de los geómetras y de los jueces.
Volviendo a hoy:
En la entrada de la catedral un vigilante de seguridad nos repite la estúpida norma india: “Mobile, yes, camera, no”.
Si hubiese conocido esta norma le hubiese pedido a nuestro presidente, el Sr. Sánchez, que cuando se reunió en este país con su presidente, el Sr. Modi, que le explicara la incongruencia de esa distinción que hace quedar a los dirigentes indios como unos ignorantes del mundo digital.
La catedral nos recuerda a otras semejantes que hemos visto en la India, con su austeridad decorativa y su profusión de placas conmemorativas de próceres y militares británicos que murieron aquí y también de alguna joven señora que dejó contrito a su marido y que no puedo menos que trascribirla:
“A la memoria de Sarah Anne, esposa de su Excelencia, el contralmirante Sir Richard King, Bart, y K.C.B., comandante en jefe del escuadrón de Su Majestad en las Indias Orientales, quien murió a bordo del buque de Su Majestad, Minden, en el mar, en su viaje a Bombay, adonde se dirigía con la esperanza de recuperar su salud, el 20 de marzo de 1819, a la edad de 34 años; y fue enterrada cerca de este lugar. En la mente de esta amable mujer se centraban todas las cualidades que podrían hacerla querida por la sociedad: como esposa, virtuosa y cariñosa; como madre, cariñosa e indulgente; como amiga, fina y afable; sus vidas serán larga y dolorosamente lamentadas por todos los que, como ella, conocieron y valoraron su valor.
Su afligido esposo, pero demasiado sensible a la melancólica reverencia que ha albergado, alza esta placa como un bello, aunque débil e inadecuado recuerdo de sus amables y virtuosas cualidades”.
NB
La extraña palabra “Bart”, que aparece después de su nombre me llevó a buscar su significado, “baronet” y en Wikipedia he encontrado que “La dignidad de Baronet no tiene ninguna equivalencia fuera de territorio británico” y que “El nombre baronet es un diminutivo del título nobiliario barón. El rango de baronet se encuentra entre el de barón y el de caballero” o sea que poca cosa, pero he encontrado la biografía de este afligido viudo y resulta nada menos “que luchó con distinción en la batalla de Trafalgar a pesar de estar entre los capitanes más jóvenes presentes”.
Pero no todas las lápidas de esta catedral están dedicadas a almirantes.
“A la memoria de John Fraser Heddle, del establecimiento médico de Bombay, maestro adjunto de ensayo de la menta de Bombay, secretario de la sociedad geográfica de Bombay y de la sociedad agro-horticultural de la India Occidental”.
La preciosa lápida en honor de Humphrey Francis Lodge tiene un lema en latín debajo de un cañón: «ubique quo fas et gloria ducunt», “Donde nos lleve el honor y la gloria”, y es que resulta que es el del “Royal Regiment of Artillery” británico.
Y después de nombrar a quienes la erigieron acaba con una impresionante frase: «UNO QUE NUNCA DIO LA ESPALDA, SINO QUE MARCHABA CON EL PECHO HACIA ADELANTE».
Bueno, en inglés, como siempre, suena mucho mejor, que no hay como los militares británicos para hacer frases gloriosas, sobre todo porque no tienen que utilizar los artículos y preposiciones, que les restan mucha gallardía: “ONE WHO MARCHED NEVER TURNED HIS BACK BUT MARCHED BREAST FORWARD”.
También alguna notable escultura como el monumento en memoria del capitán Hardinge.
O el precioso cenotafio de Eldred Pottinger, famoso militar británico del siglo XIX.
Y uno con una historia curiosa detrás:
El monumento en memoria de los oficiales y la tripulación del vapor Cleopatra.
“Este se hundió en la costa de Malabar en 1847. El barco transportaba a 100 convictos de Bombay a Singapur. Tenía una tripulación de 151 personas, incluidos 9 oficiales. La placa contiene los nombres de los nueve oficiales y menciona a los otros 142 tripulantes, pero no menciona a los aproximadamente 100 convictos”.
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