Oscar Puente no sabe aquello de que cuando pierdes los modales no te queda nada, ni la antigua alcaldía.
Cuando habla en catalán, Rufián ya no tiene la gracia de perdonavidas que tiene cuando habla en su lengua materna o puede ser que escucharle como ruido de fondo con el traductor en medio plano me hace pensar en él como un turbio personaje de mala peli de netflix.
Si hay que elegir entre Aitor y el cupo, pues fuera el cupo.
Los que creen que usar un idioma común es una maldición están condenados a usarlo entre sí.
Da pena que a Feijóo no le haya salido un Frankenstein. Creo que Esteban sería un gran ministro de Exteriores, Rufián de Interior e I.Montero de la Masculinidad Tóxica.
A partir de ahora todo sera transparente, como mis radiografías de columna. Lo único que no podremos ver es la médula.
Los votos de obediencia no deberían contar como representativos.
Todos los ciudadanos deberíamos tener pinganillos de AI para entenderlos.