Canto XVI. 867 hexámetros. Patroclea. Gesta de Patroclo. 4 minutos.

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Patroclo se presenta llorando ante Aquiles, que le pregunta por su llanto. Patroclo le reprocha la dureza de sentimientos que muestra Aquiles, como las abruptas rocas. Al menos envíame, dame tu armadura a ver si me confunden contigo y renuncian al combate.

Aquiles accede con la condición de que no se aleje de su tienda, que salve las naves pero no prosiga la lucha después. Ayante pierde su lanza ante Héctor y ve cómo prenden fuego a su nave. Patroclo se viste de Aquiles y toma sus armas excepto la lanza de fresno que sólo el Pelíada era capaz de blandir. Parte en su carro con los caballos inmortales Janto y Balio después de que Aquiles arengue a sus hombres. Alentados por los mirmídones, cada príncipe dánao hizo una presa mortal en los troyanos que se olvidan de su coraje. Patroclo corta la retirada a los batallones troyanos y se lanza contra ellos causando una matanza. Sarpedón al ver a sus compañeros doblegados arenga a los licios. Sarpedón, hijo de Zeus, y Patroclo saltan de sus carros y se enfrentan. Zeus duda entre salvarlo o dejarlo a su sino, pero Hera le reprocha que pretenda salvarlo porque todos los dioses tienen hijos que querrían salvar. Glauco pide a Héctor que no abandone a sus aliados licios. Patroclo mata a Sarpedón Se entabla una batalla por el cadaver de Sarpedón, al que Patroclo pide ultrajar. El cadaver de Sarpedón está irreconocible, lleno de dardos sangre y polvo. Zeus priva de ánimo a Héctor que se da a la fuga e insta a los troyanos a huir. Zeus pide a Apolo que rescate el cuerpo de Sarpedón, lo limpie y vista con inmortales ropas y que el Sueño y la Muerte lo lleven a Licia. Patroclo persigue a los troyanos y licios, desoyendo el consejo de Aquiles. Apolo asusta a Patroclo y estimula a Héctor, que lanza su carro contra Patroclo. Patroclo acierta con una piedra aristada al auriga de Héctor. que salta del carro y se enfrenta a Patroclo. Apolo desarma a Patroclo, le quita la coraza y el morrión y permite que Euforbo le clave una lanza en la espalda entre los hombros. Hector al verle herido, le traspasa su lanza en el ijar y se burla de él. Patroclo dice Héctor te has jactado, veinte como tú habrían muerto ante mi lanza, pero el destino y el hijo de Leto (la mamá de Apolo) me han matado. Tampoco tú vivirás mucho tiempo. Patroclo ya estaba muerto cuando Héctor, apoyando encima el pié, le arrancó la pica de la herida y marcha con su astil en busca de otra víctima.

El hecho de que Zeus, tan veleta en ocasiones, pretenda ser imparcial con la vida de su hijo, predispone al lector en su contra. Además Sarpedón es el primogénito de Europa.

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