¡Pobre Gabilondo! Te votaré contra los tuyos.

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Un amigo (¡Gracias A.G.!) me ha dicho que en los mentideros de Madrid se oye mucho la expresión ¡Pobre Gabilondo! no en tono de desprecio sino conmiserativo, propio de quien siente pena por las heridas de alguien. A simple vista puede apreciarse que a Angel Gabilondo le han dado metafóricamente varios tiros en los piés y se los han dado los suyos o los que esperan conseguir algo de él. He podido apreciar a simple vista algunos de esos daños.

En la presentación de la candidatura por Pedro Sanchez me pareció que era posible que el presentado pensase: «Déjalo guapo que voy a decirle a mi hermano Iñaki que me presente que me quiere más y lo va a hacer mucho mejor que tú».

Los guionistas de su lema «Soso, serio y formal» erraron por completo. No es que sean adjetivos indefendibles que él los defendió muy bien, pero creo que los adjetivos originales de Loquillo son muy superiores, se le aplican mejor y no atacan como los elegidos al dogma fundamental del carpediémico siglo XXI, «lo que vale es lo diver».

Ábalos destruye de manera infame con su matización la afirmación de Gabilondo de su rechazo a Iglesias, y al mencionar que «estamos en campaña electoral» insinúa que la mentira está permitida.

Ante la afirmación de Gabilondo de que no tocará los impuestos en dos años la ministra de Hacienda, María Jesús Montero asegura que está dispuesta a introducir cambios fiscales en 2022. Si eso no es fuego amigo que venga Durruti y lo diga.

El fichaje de Reyes Maroto para la vicepresidencia economica de la Comunidad de Madrid no se va a entender como un fichaje sino como una imposición, como si Benzema fichase «voluntariamente» por el Getafe, para reforzar a un «amigo en apuros». Cuando no se ve débil a una persona no se le pone un ayudante halterofílico. Además Maroto es hoy ministra de Industria, Comercio y Turismo que no parece que hayan sido áreas boyantes en los pasados meses.

Lo anterior de los suyos, suyos. De los que pretenden acompañarle en rentable minoría tocapelotas cuando Gabilondo obtenga una mayoría relativa hay algunos buenos balazos:

En la Sexta un periodista le llama cobarde y mentiroso y dice que solo aspira «a no perturbar demasiado al PP para lograr ser Defensor del Pueblo». Apañado está el pueblo dice. No parece apreciarle.

En cuanto a Mónica García, anestesista de gestos intranquilizadores como disparar al que tiene la palabra, es una mujer con carácter y eso es algo que la izquierda aprecia en las mujeres de izquierda. En cuanto a sus argumentos tiende a una hipérbole que le suele agradecer el público festivo porque es más diver que la precisión de Gabilondo al que en algún momento creo haber leído que ha acusado de hacer una oposición nula (no he podido verificarlo).
García ha dicho cosas tan hiperbólicas como «No quiero que mis hijos vuelvan a la ‘Sección Femenina’ con Ayuso y Monasterio». Con la exactitud de género que predica debería saber que a la Sección Femenina solo iban las hijas. También ha dicho que el pin parental «es una medida que pone en peligro la salud de los estudiantes al abrir la veda a que dejen de recibir formación básica sobre enfermedades de transmisión sexual, prevención de consumo de estupefacientes, hábitos alimenticios saludables y un larguísimo etcétera». Si esa afirmación es cierta, ¿quien puede apoyar el dichoso PIN?, ¿los cromañones? o es que el pin parental es otra cosa de la que es mejor legislar y no hablar. Mónica García también era partidaria de que el Gobierno aplicara un 155 en Madrid, así tal cual, no en la Barcelona incendiada todas las noches sino en el Madrid camandulero, borracho y mortífero de los últimos meses.

Y de todo lo dicho ¿qué se desprende? Una enorme desconfianza hacia Gabilondo y un enorme susto hacia Ayuso. Por eso el título de mi nota.

Al fin y al cabo Ayuso no es la Giganta de Baudelaire (J’eusse aimé vivre auprès d’une jeune géante, Comme aux pieds d’une reine un chat voluptueux) sino una mujer de poco mérito o eso dicen los que la valoran en poco y la insultan siempre (IDA le llaman). Menosprecian su carácter fuerte (hay quien dice que ni siquiera eso tiene que es lo que le aconseja M.A.R. en un ejemplo extremo de machismo) quienes lo aprecian en Mónica García y la sensatez de alguno de sus planteamientos que la izquierda aprecia en los lejanos e incomprensibles escandinavos, tal como no confinar en exceso ni innecesariamente y sopesando las ventajas. Aquí se han cerrado los viveros y las tiendas de bricolaje y se han abierto los estancos. Se abomina de los fumadores/pecadores pero el estanco/impuesto/pecado gusta. Y aun hay quien quiere alarmar hasta el 22.

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Una respuesta to “¡Pobre Gabilondo! Te votaré contra los tuyos.”

  1. Alfonso Says:

    Así es, las posibilidades de Gabilondo pasan por luchar con Ayuso por el voto anti Sanchez

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