3. China 2018. El país. III.

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Shanghái.

Y ahora ya no estamos hablando de una SAR, “Special Administrative Region”, como en las anteriores crónicas sobre Hong Kong y Macao, que esta ciudad ya es china, china, aunque sea también algo “special”.

 

 


Lo primero que debes saber (y que a mí me lo enseño el editor de este blog) es que se pronuncia como dos palabras y con la hache aspirada.

Te dejo este enlace sonoro para que lo digas como un chino, pero como como un “chino mandarín”, pues en shanghainés se dice “zånhae” y en pinyin se transcribe como “Shànghái”.

Y aquí en shanghainés.

¿Qué en Shanghái hablan shanghainés? Pues como lo de “Admiróse un portugués” de Moratín. (Para los nacidos después de 1980 les dejo el enlace del epígrama. Los de antes ya me entienden).

El shanghainés es la variante más hablada del wu, idioma hablado por unos 60 millones de personas y segundo en China después del mandarín. Y ambos, shanghainés y mandarín son mutuamente ininteligibles. No así entre las diferentes formas del wu.


¿Qué sé yo antes de visitar esta ciudad? Pues de la ciudad casi nada, pero sí de “La dama de Shanghái”, peli de Orson Welles interpretada por Welles y la que entonces era su esposa Rita Hayworth. Impresionante señora. Y también fantástico el final con los espejos. Te dejo un enlace a estos minutos finales por si no lo conocías.


Y si te gusta tanto esta señora como me gustaba a mí puedes echarle un vistazo a este otro vídeo cantando “Please Don’t Kiss Me” en el mismo filme.


Por cierto, que la Sra. Bruni también ha cantado esta canción. Y, aunque sea también estupenda, no es lo mismo. No. Bueno M. Sarkozy tampoco es como Mr. Welles. Y el que llevaba la cámara de este último vídeo debía ser un antiguo novio despechado de Doña Carla.

Una observación lingüística: la Sra. Hayworth, casi al final de la película va a un teatro chino para encontrase con el Sr. Welles y allí habla cantonés con varias personas, no shanghainés, como debería ser por el título del filme.
Y curiosamente el cantonés, que es el usado en Hong Kong, es el más difundido en el mundo del cine a través de la industria cinematográfica de esa ciudad.

Para acabar: Welles le hizo cortar el pelo a su señora y teñírselo casi blanco, lo que no gustó a mucha gente del cine. Ni a mí tampoco.

¿Y qué dice la Wikipedia?

Pues que es una de las cuatro ciudades gobernadas directamente por el gobierno central junto a Pekín, Tianjin y Chongqing y la de mayor población, unos 24 millones de habitantes.

GeoHive tiene un interesante mapa interactivo de como han aparecido y crecido las llamadas “megaciudades” en el mundo. Así ves que en 1950 estaban solo Nueva York y Tokio, pero que en 2025 habrá un montón de ellas esparcidas por el planeta y una de las más importantes será Shanghái.

Según la misma web esta ciudad era la tercera en 2015 después de Tokio y Delhi por población.


Wikipedia dice que es un centro financiero muy importante y el primer puerto de contenedores del mundo. Para que te hagas una idea: Algeciras el primer puerto español tuvo en 2017 un tráfico de 4.761 miles de TEU (ingeniosa unidad de contenedor) y Shanghái 40.230. Para que te rías de los chinos.

La Primera Guerra del Opio y el tratado de Nanking de 1842, no solo trajo la cesión de Hong Kong al Reino Unido, sino también la apertura del puerto de Shanghái y los de otras importantes ciudades al comercio occidental.
Este tratado y otros que le sucedieron trajeron consigo ese comercio y también condiciones de extraterritoriedad legal en zonas que se construyeron adyacentes a los puertos. Recuerda los “Tratados Inicuos” de Macao.
Así se levantaron iglesias, hipódromos y clubes para esos extranjeros. Se les llamaba “Concessions” y se parecían mucho a unas colonias dentro de la ciudad, aunque como tales colonias solo estaban Hong Kong y Macao.


NB
Esta fotografía es de las “concessions” de hoy.

En 1854 Reino Unido y EEUU unieron sus “concesiones”, pero Francia la mantuvo separada en lo que todavía hoy se llama la “French Concession”. A esa “concesión” conjunta se la llamó la “Shanghai International Settlement”, y a la que se le unieron las diferentes naciones que tenían intereses comerciales en la cuidad, aunque los que controlaban la situación eran los británicos hasta que llegó el “momento” japonés” y luego la segunda guerra mundial. En esta “superconcesión” también estaba incluida España, por lo menos hasta 1930. Así tenían sus propias leyes, su bandera y hasta sus monedas, entre las que más circulaban estaban las españolas acuñadas en Méjico.

Espero que la Sra. Colau no se entere de este hecho “casi colonial” porque corremos el peligro de que a la Plaza de España la rebautice como “Plaza Shanghai”. O por lo menos “Plaza del Pueblo Chino”. Por si me lee y no quiere ser acusada de sectaria: los otros 14 estados que en 1930 formaban la “Shanghai International Settlement” eran: Gran Bretaña, EEUU, Japón, Francia, Italia, Noruega, Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Portugal, Perú, Méjico y Suiza. También lo habían sido Bélgica, Alemania, Rusia y el Imperio Austro -Húngaro.

Vaya, me temo que tendrá que cambiar demasiadas plazas y calles. ¿Se atreverá a hacerlo?

Te dejo el enlace a su colorida bandera que tenía este interesante “motto”: “omnia juncta in uno”. Para los que no estudiasteis latín en el bachiller (o en el seminario): “Todos juntos en uno”.

En esa bandera estaba incluida la nuestra. Más o menos.

Uno de los problemas en la vida diaria fue la falta de eficacia de la lucha contra el crimen pues los perseguidos podían escapar pasando de una jurisdicción a otra. De allí la fama de esta ciudad como paraíso de los malhechores.


Mi guía dice de ese periodo que la ciudad se convirtió en un “inframundo disipado de prostitución y vicio, grupos criminales violentos y policías corruptos”. Casi nada.

En 1932 los japoneses tomaron la ciudad y la gobernaron excepto esas concesiones extranjeras que finalmente tomaron en 1941 y estuvieron así hasta la rendición japonesa al final de la Segunda Guerra Mundial. Luego cuando en 1947 los comunistas tomaron el poder muchas empresas extranjeras se fueron de Shanghái a Hong Kong, lo que contribuyó al desarrollo de esta última ciudad.


Durante los años 50 y 60 Shanghái fue un importante centro revolucionario y cuna de la famosa “Banda de los Cuatro” que impulsó la no menos famosa “Revolución Cultural”. Pero cuando la ciudad empezó el camino que la transformó en lo que hoy se ha convertido fue a partir de los 90 cuando se invirtieron grandes cantidades de dinero público.

En los años 90 la ciudad tenía dos líneas de metro y ahora tiene 16, la última abierta este año, con casi 400 estaciones y con 644 km que lo sitúa como el más largo del mundo.


Esta es la gran ciudad que vamos a encontrarnos.

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