65. Nueva Zelanda 2017. 20 de octubre, viernes. Trigésimo segundo día de viaje. De Doha a Madrid. Segunda parte.

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Al entrar en el avión nos recibe un sonriente y “espídico” joven al grito (casi) de “me llamo José y si necesitan algo no tienen nada más que decirlo”. Lo hace con tanta vehemencia que cuando ha comenzado pensaba que iba a continuar con “Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir». Luego me ha sonado un poco a falso, pues en todo el viaje no le he visto el pelo. Se habrá dedicado a los potentados de “Business”.

NB

Claro que este no es nuestro José, pero es que no tengo ninguna foto de aeromozos.

Nos sentamos y nos “toca” una encantadora azafata. Por su nombre deduzco que es tailandesa y le digo “gracias” en su idioma por una ayuda que nos presta. Y es que no hay nada como saber idiomas: nos trae dos vasos de agua en lugar de uno.

Compruebo en el mapa del recorrido que vamos a hacer que, como en anteriores viajes, damos un rodeo para no pasar por países que antes eran amigos y ahora no lo son tanto, como Arabia Saudita o Kuwait, pero sí lo haremos por Turquía.


Despegamos y al poco nos traen una empanadilla (que en inglés llaman “snack”) y a dormir. Este viaje va a ser la leche de sueño. He dormido hasta el desayuno y eso que no tenemos asientos vacíos a nuestra disposición.


Así que nos despiertan para el desayuno y el personal vuelve a echar una cabezadita. Estos vuelos nocturnos deben ser un chollo para las azafatas pues el personal apenas se mueve. Nada que ver con los diurnos donde los grupos de amigos se levantan, van de un sitio a otro y no paran de contarse las chanzas del viaje aunque sea de vuelta y hayan pasado 12 días, 13 noches, en Tailandia entrando en le peligroso Triángulo de Oro. Pues da lo mismo, vuelven a contárselo todo. Pero hoy no. Todos durmiendo.

En la lujosa (y prescindible) revista de la línea aérea descubro un “deporte” del que no tenía ni idea, ni seguro que tú tampoco, querido lector, excepto que seas un robot chino de los que me leen, que esos lo saben todo: el “trugo”.
Te dejo el enlace a un video donde se explica como es.
Quizás te parezca una imbecilidad, pero no menor que hacer pasar una pelota por un aro o…no sigo.

Ahora viene lo de “Captain speaking”. ¿Por qué no se entenderá nunca lo que dicen? Que no es un problema del idioma, que lo es de la megafonía. De todo su parlamento solo he entendido “José”, nuestro “Íñigo Montoya”.


Cuando llegamos a Barajas al salir nos para el guardia civil de aduanas de “Nada que declarar”. Es una persona singular, pues es como una bolita. Por supuesto para esa función el aspecto físico no es importante, como sí lo son la astucia y la observación. ”Ustedes vienen ahora de Qatar –se veía en la etiqueta del equipaje- pero antes ¿de dónde venían?”. “De Nueva Zelanda”. “Hombre, acaban de dar la vuelta al mundo”. Me ha sorprendido esa observación, después de llevar un mes explicando a los neozelandeses que su país es el antípoda del nuestro. O sea que sí sirve para ese puesto.

Una vez más nos espera nuestro hijo que nos lleva de nuevo a casa.

Se acabó el viaje.

Resumen apresurado.

Lo mejor el país. Todo. Tan bonito, tan limpio, tan seguro. Y los paisajes.
Y en nuestro caso, que quizás no sea extrapolable al resto, las vidrieras de muchas de sus iglesias.
¿Algo malo? Que mi nivel de inglés no lo es lo suficiente para entender el neozelandés. Pero eso es “malo mío”, no “malo de ellos”.

Ya solo quedan las crónicas finales que seguirán estos días y una información sobre las fotografías de Marisa.

Una observación antes del tema fotográfico: algunas de las fotos no tienen ningún interés artístico ni social, pero están en Flickr porque las necesitaba yo para ilustrar estas crónicas. O sea, no digas: “Vaya tontada de foto”. Que tiene una explicación.

Fotografías.
Todas las publicadas de este viaje están ya en Flickr, como siempre. Y también como siempre os doy los consejos para acceder a ellas.

El conjunto general de todas las fotos está en este enlace.
Aquí aparecen en el orden en que han sido cargadas, por lo tanto sin ningún orden, aunque a veces sean del mismo tema.

Las fotos están organizadas en álbumes. Se pueden acceder a ellos con este enlace.
Estos álbumes aparecen en el orden en que se cargaron. Dentro de cada álbum aparecen las fotos relacionadas con su título y en el orden en que fueron tomadas: las más antiguas las primeras.
Hay algunos álbumes con nombres extraños (no de lugares geográficos) como “Photoset 20” ó “001” que contienen fotografías sin ninguna relación. Es que los crea el programa de carga de las fotos y Marisa los borra de vez en cuando, pues esas fotos están en sus correspondientes álbumes.

Algunos de estos álbumes están agrupados en colecciones que a su vez se agrupan en otras colecciones. Se pueden acceder a todas ellas con este enlace.

Así hay una colección con todas las fotos de los viajes aquí.

Las de Nueva Zelanda de este viaje están en esta colección con 12 álbumes.

La forma de ver las fotos si no conoces Flickr.

Colocando el cursor sobre cualquiera de ellas aparecerá el nombre de esa foto con alguna breve descripción.
Si haces click con el ratón encima de cualquiera de las fotos te aparecerá solamente esa foto en pantalla y con dos flechas de navegación a derecha e izquierda que permiten avanzar o retroceder en el pase de las fotos de ese álbum.
Si se hace click en una pequeña flecha en sentido diagonal que hay en la parte superior derecha de la foto se ve ésta con mayor tamaño. Recomiendo esta opción aunque dependiendo del tamaño de la foto puede tardar algún segundo más el mostrarse con total definición en la pantalla.

Descarga de fotos.

Si te quieres descargar una foto hay que hacer click sobre un icono con una flecha y un guión debajo que está situado en la parte inferior derecha (cuando no está en modo expandido). Entonces te sale un desplegable para que selecciones el tamaño, le das al “descargar” y la foto se te descargará en el lugar que habitualmente tengas marcado para este fin.
Y si tienes alguna duda siempre puedes poner un comentario e intentaré ayudarte.