57. Nueva Zelanda 2017. 16 de octubre, lunes. Vigésimo octavo día de viaje. Auckland. Día 3. Segunda parte.

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Llegamos al puerto y hay atracado un crucero enorme.  No soy especialista en este tipo de viajes  y no sé cómo estaría clasificado este por su tamaño, pero a nosotros nos ha parecido descomunal.

Y eso explicaba que de repente por aquellos lugares cercanos apareciesen tantos grupos de jubilados. Ayer no estaba el buque, así que ha debido llegar esta noche o esta mañana, y más tarde, desde el hotel hemos oído y visto (un poco) su partida, lo que quiere decir que en menos de un día sus pasajeros han visitado Auckland.

En el puerto, cerca del gran trasatlántico, una señora sentado en un banco comiéndose un bocadillo, que por la hora debe ser  su “comida”, y leyendo un libro. ¡No miraba ansiosamente un teléfono, ni escribía compulsivamente con la mano libre en su pantalla! ¡Leyendo!

Por cierto que el detalle antagónico (?) lo ponían unos zapatos negros con un tacón de 5 pulgadas.  ¿Puedes estar leyendo un precioso libro sobre la poesía micénica, mientras te comes un bocadillo con lechuga y queso y que el peso de tu cuerpo repose sobre  ese artilugio de tortura en cuanto te pongas de pie?  ¿Es que no piensas en tu columna vertebral que es una obra maestra de ingeniería? Si es el resultado de la evolución haces algo contra ella. Horrible. Pero si eres creacionista piensa en la segunda epístola a los corintios de San Pablo: “vosotros sois el templo del Dios viviente”, o como nos decían los padres escolapios, como si fuese de ellos y no del santo:  “vosotros sois el templo del Espíritu”.  Que si tienes 8 años te deja bastante perplejo. Si tienes 14, ni te digo.

Pues aquella aucklaniana jodiéndose  la columna.

Encontramos una tienda de regalos y a una encantadora jovencita tailandesa, Narida, que ha aguantado pacientemente la búsqueda de las tallas de Marisa. Vaya, no las de Marisa, que solo tiene una talla, sino las de sus seres queridos. Nuestros seres queridos. Que si esta es grande, que si pequeña, que no el color, que sí el color, que no el dibujo, que si “bigger”, que si “smaller”… Horrible. Pero hemos comprado todo. O casi, porque el otro día en Christchurch, en contra del sentido común comenzamos las compras y se han roto en el camino.

Le digo a la joven Narida que he visto unos letreros que dicen que hacen un descuento a los cruceristas presentando no sé qué papel, que nosotros no los somos pero…Bueno amigo que viajas a lo largo del mundo en ese medio de transporte: cuando te doren la píldora con los descuentos para cruceristas no te lo creas mucho. En Auckland un mísero 5%.

Luego en otra tienda me han preguntado si era crucerista y le he dicho: “Como si lo fuera”. Bueno, eso me hubiese gustado decirle, que el subjuntivo en inglés se me da fatal. El único que he logrado aprender es el de las pelis del oeste: “If I were you, foreigner…”. Pero esa frase amenazante no pegaba en este entorno de jubilados.

Seguimos con la joven tailandesa y ve mi cara de desesperación y me dice que en otra parte de la tienda hay productos de alimentación. La primera cosa que veo me hace retroceder despavorido a la sección de los niquis: un tarro de miel de 259 gr 190$. ¡A unos 450€ el kilo! Y no era la más cara según una tabla de clasificación de las mieles.

Hace años, muchos, leí una crítica de una publicidad francesa de comidas para perros, o gatos, no sé. Decía que estaba elaborada “por manos de vírgenes nubias”. Ya sé que esas jóvenes no pueden elaborar miel, pero estas abejas deben ser de esa categoría.

Creo que aquí la gente no está acostumbrada a que le pregunten por su origen, pero si lo haces y has estado en su país, cuando se lo dices se alegran muchísimo.

Hoy ha sido con una cajera bastante mayor de supermercado y además se lo he adivinado: era de Sri Lanka. Incluso se ha mostrado interesada en mi resfriado. Claro que yo le había dicho que su país era precioso. Y lo es.

NB

Claro que la foto de más arriba no es de la cajera  esrilanquesa, que una vez más no me atreví  a pedirle un “posado”. Es la de la novia, “la falsa novia”, de  Galle.

Por la tarde volvemos a San Patricio para acabar la obra del día.

En una calle cercana a la catedral hay una pintada en una pared  con la Creación de la Capilla Sixtina. ¿Por qué nuestros grafiteros no hacen cosas semejantes?

Ahora solo hay media docena de rezadores, que siguen siendo pocos, pero son una multitud comparados con Dunedin, aunque uno de ellos tiene colocados en su cabeza unos cascos grandes, lo que me hace sospechar que más que venir aquí para rezar lo ha hecho para oír su música en el walkman, o lo que se emplee ahora.

Cuando estamos a punto de irnos alguien empieza a tocar el órgano. Si no hubiese sido por mi resfriado me hubiese quedado un  buen rato, pues sonaba de maravilla.

Al salir   Marisa me hace observar como la gran torre de comunicaciones de la ciudad, “Sky Tower”, parece que se empareja con la torre de la catedral. Y es que ahora las “torres de las iglesias” son las torres de las comunicaciones, y no solo por su aspecto, sino también por la nueva religión que representan.

Seguro que han hecho la encuesta que diga: “¿Tú qué prefieres quedarte sin tu Dios o sin WhatsApp?”. O más fácil: “¿Tú qué prefieres quedarte sin tu familia o sin conexión con internet?”.

Me gustaría saber la respuesta  y no me atrevo a hacerlo por respeto a los padres y otros seres queridos.

Esta catedral está en restauración; fue cerrada en octubre del 2005 y abierta de nuevo a los dos años en  2007 pero avisan de que deben todavía 12,8 millones de dólares.

También hay un curioso edificio de ladrillo rojo llamado “presbytery”, que ha resultado ser, creo, la casa parroquial, pero tratándose de una catedral igual es el palacio episcopal, aunque para tan alta jerarquía me parece de poca categoría.

Un letrero anuncia una parrillada para conseguir fondos para la restauración de ese “presbiterio”:  por 28$ tienes una comida, “roast carvery lunch”,  que incluye 2$ como donativo. Me parece muy bien. ¿Cuándo aprenderá la iglesia católica española a no ser dependiente del presupuesto de los no fieles?

Por cierto, que me hubiese quedado a comer aquel estupendo y apetitoso trozo de carne. Porque además no lo hacen en plan pobre con cuatro brasas delante de la catedral como hacen, o hacían, en mi pueblo la noche de la misa del gallo, que aquí es en “The Cut”, restaurante al que Tripadvisor le da 4 estrellas.

Esta iglesia tienen, como todas, una pila de agua bendita en su puerta principal, pero además  tiene también al lado del altar mayor una especie de fuente de donde mana agua continuamente  y he visto a algún fiel que al entrar se santiguaba con ese agua. ¿Será también bendita? ¿Y cómo se consigue que lo sea?

Quizás sea una sustitución de la verdadera agua bendita que por motivos higiénicos ha desparecido de muchas iglesias y así utilicen agua del grifo aunque no tenga sus propiedades.

Un de las vidrieras tenía el nombre de dos hermanos  y encima la palabra “Paciencia” sostenida por dos ángeles.

A su lado otra “erigida  por su desconsolada madre” y con la palabra “Conocimiento” encima.

¡Qué misteriosas  aquellas dos palabras para mí! ¿Qué debían representar para esa atribulada señora?

Sobre el Celebrity Solstice.

Cuando has visto la foto del magnífico  barco seguro que has pensado en lo maravilloso que debe ser hacer un crucero con él por estas tierras.

Pues sí, deber ser maravilloso y según tus posibilidades económicas o tu decisión de endeudarte quizás no te parezca caro: saliendo de Auckland  el 1 de abril del año que viene (o sea en el 2020, esto lo escribo en el 2019) y regresando el 14 de abril, por tanto 13 noches, y visitando Fiji y Samoa, el precio de cabina interior son 6.332€ la pareja. Sin bebidas.

Solo tienes que añadirle el viaje hasta Auckland y lo que quieras hacer allí, pues estando en Nueva Zelanda no vas a llegar y marcharte sin ver nada del país, ¿verdad?

¿Estás seguro que no puedes hacerlo?  Pues 2850 pasajeros sí pueden.

Sobre la miel.

Cuando escribo esto en el ordenador vero una oferta en Amazon de miel neozelandesa.

¿Habrá realmente alguien con sentido común en España que compre ese tipo de miel?

Un frasco de 400gr cuesta 119€, a 297€ el kilo. ¡Y está de oferta!