Azerbaiyán.
Uno de los jóvenes de la recepción del hotel es de Azerbaiyán. Intenté explicarle que en español había dos gentilicios para denominarlo: azerbaiyano y azerí. Me contesta muy sorprendido que no, que “azerí” es una “bad word” y que no se puede usar para llamarlos. Y me explica que los “azeries” son, o eran, adoradores del sol en Irán, e imagino que a él, devoto musulmán, por eso le parecía un gran insulto que le llamase azerí. Ya sabes que para el islam cristianos y judíos somos respetados (por lo menos oficialmente) como monoteístas, pero que paganos y ateos son lo peor de lo peor.
En resumen, que no llames azerí a un azerí si no quieres herir sus sentimientos.
La aseveración anterior es una estupidez estadística, pues es la segunda vez en mi vida que hablo con un azerbaiyano y para que fuese cierta tendría que haberlo hecho con 17 millones. O más. Curiosamente el primero fue en el en puerto de Antalya.
Al repasar las fotos de Antalya de aquel viaje descubro una de San Jorge. ¡Qué sorpresa!
Teruel.
En la segunda crónica del viaje escribí sobre los títulos de las ciudades y puse como ejemplo superlativo a Teruel. Tan exagerado me pareció que dudaba que fuesen ciertos todos esos laudatorios calificativos, bueno, algunos no tan laudatorios. Así que llamé al ayuntamiento para confirmarlo:
-“Buenos días, ¿sería tan amable de decirme cuáles son los títulos oficiales de la ciudad de Teruel?
-Le paso con “Protocolo”. (Que parece que te transfieran la llamada con un personaje de la mitología tipo “Guerra de las galaxias” o a la corte austrohúngara del siglo XIX).
Misma pregunta.
-Nos tiene que enviar una nota a esta dirección de correo y le responderemos”.
La respuesta telefónica fue de lo más estúpida. ¿De verdad no conocen la contestación? Y encima no me respondieron la nota. Así que quizás lo que escribí no fue toda la verdad pero es que “protocolo” no se dignó escribirme. Seguramente estaban muy ocupados preparando la próxima visita del embajador del planeta Naboo.
Santa Mamas.
Cuando leí por primera vez lo de “Santa Mamas” apareció en mi mente «California Dreamin» y “The Mamas & the Papas”. Un reflejo de los años 60. ¡Qué jóvenes éramos!
Sobre los helenos.
En una información sobre la isla (de origen turcochipirota, hay que decirlo) leo la siguiente apreciación: “La reclamación de la cultura griega sobre esta isla está basada en el hecho de que los griegos han sido el grupo dominante desde “tiempo inmemorial”. De hecho el control “helenístico” de la isla duró solamente un periodo muy corto de tiempo, desde el 325 AC hasta el 58 DC. Los periodos romanos y bizantinos duraron mucho más, desde el 58 DC hasta el 1191”.
Sobre los iconostasios.
Hace años, muchos años, estuvimos en un pueblecito de Yugoeslavia (cuando todavía era así ese país) donde había una antigua iglesia ortodoxa y al visitarla nos advirtieron que Marisa no pasase más allá del iconostasio, porque se podía quedar estéril. ¡Mira que método anticonceptivo más eficaz! Barato, cómodo e indoloro.
NB
De cómo llegamos a ese pueblecito yugoeslavo es casi otra historia.
Íbamos con nuestro SEAT 127 matrícula de Teruel cuando nos adelantó veloz otro automóvil tocando frenéticamente el claxon y parándose delante de nosotros casi como en las persecuciones de policía.
-Sois de Tenerife, ¿verdad?
Les sacamos de su error pero estaban tan agradecidos a los de esa isla que se empeñaron en que fuésemos con ellos a su pueblo.
Resulta que habían estado trabajando en Holanda en una fábrica y en su grupo de trabajo todos eran tinerfeños menos ellos, y claro tuvieron que aprender el español y se hicieron amigos de todos.
Solo recuerdo que la señora se llamaba Cosa y que dijo que le gustaría que mi hija se quedase con ellos el resto del verano. Mi hija horrorizada, pues nos creyó capaces de semejante dislate.
La iglesia creo que era la más antigua de Yugoeslavia hecha de madera.
Curiosa historia de traición del castillo de San Hilarión.
En el siglo XIII Juan de Antioquía, regente de Chipre, fue asesinado por su cuñada, la reina Leonor, por su implicación en la muerte del rey Pedro I de Chipre, hermano mayor de la reina y lo hizo con la siguiente artimaña. Convenció a Juan de que su guardia personal, compuesta por mercenarios búlgaros, estaba tramando un complot para asesinarle. Entonces Juan fue llamándolos de uno en uno a su aposento y los arrojó por la ventana. Así que el muy espabilado de Juan de Antioquía se quedó sin protección lo que aprovechó su intrigante cuñada para envenenarlo con una comida.
La torre desde donde los tiraba se llama todavía “la torre de Juan”.
Esto fue más o menos lo que nos contó nuestro formidable guía.
Incidente nacionalista.
El día en que comimos en Girne, después de visitar Bellapais, resultó que en el restaurante eran mesas de 5, un error de cálculo importante, pues en estos viajes se suele ir en pareja o en dobles parejas, raramente en trio y nunca en escalera. Así que a “nuestro reino particular”, (ya sabes, Conchi, Enrique, Marisa y yo) se añade una joven catalana que viaja en pareja con una amiga madrileña. Enrique le pregunta por la situación en Cataluña. Ella le explica que está todo muy tranquilo y que la situación real no tiene nada que ver con lo que dicen las noticias de prensa y televisión, aunque acaba diciendo que todo el problema ha sido porque no se ha dejado votar como en Escocia. Hablamos sobre soberanía y sus límites y al final reconoce, en contra de su primera apreciación de que no pasaba nada, que realmente se han roto mucha amistades y cosas por el estilo. Y acaba con una mentira que de grande no sé cómo se la podía creer: “no me han dejado entrar en el Archivo de Indias de Sevilla por ser catalana”. Estaba tan afligida que no he querido decirle que estaba mintiendo. ¡Hasta donde llega el fanatismo!
Una historia de celos.
(La historia que se muestra en el castillo de Girne por medio de unos maniquíes).
Leonor María de Aragón y Foix, era prima hermana del rey Pedro IV el Ceremonioso. Dentro de la política matrimonial del reino de Aragón, el rey Pedro IV arregló en 1353 la boda entre su prima Leonor y Pedro I de Chipre. Bueno, entonces Pedro de Lusignan, era solamente conde de Trípoli y heredero del reino de Chipre.
Y este reinado fue una época convulsa para la isla, así como la relación de pareja. Primero porque ella era muy celosa y segundo porque el consorte era un tanto tarambana. Aunque quizás hubiese tenido que cambiar el orden: primero tarambana y luego celosa.
Claro que Leonor no le iba a la zaga. Resulta que el rey se fue a una cruzada contra Alejandría y dejó a la reina como regente de la isla. ¿Qué no habías oído hablar en tu vida de esta cruzada? Pues no me extraña, porque no es de las famosas que iban a conquistar Tierra Santa. Esta a pesar de llamarse también “cruzada”, parece que fue sobre todo por motivos económicos y realmente los cruzados después de tomar la ciudad y expoliarla se fueron cada uno a su lugar de procedencia. Total estuvieron 3 días en la ciudad.
Y mientras tanto corrió el rumor de que la reina Leonor tenía una relación amorosa con Juan de Morfú, conde de Rochas. El rey hizo llamar a sus consejeros y estos, muy astutos, le dijeron que si hacía caso a esas insidias podría tener un conflicto con Aragón y que los fieros aragoneses invadiesen la isla. Así que el buen rey liquidó a los falsos calumniadores y dejó intacto el honor de su consorte.
Los adjetivos “fieros” y “falsos” son interpretaciones mías de la historia.
Pero, ¿y el rey? Este había dejado en la isla a dos amantes, “Lady Joanna L’aleman” y “Lady Echive de Scandelion” y es que según el cronista medieval Majarias el rey tenía mucha sensualidad porque era joven. Pero la reina no compartía el punto de vista del cronista y cuando se enteró que Joanna estaba embarazada del rey mandó a sus damas que la torturasen para que abortase. No lo consiguieron y tuvo un niño, que hizo desaparecer la reina, y Joanna fue encerrada en una mazmorra. Todo esto ocurrió en el castillo de Kyrenia.
El rey se enteró y regresó veloz Chipre. La reina, más veloz todavía, sacó a la amante de la mazmorra y la metió en un convento. Y ya no se sabe más lo que sucedió después, pero en el interior del castillo de Girne hay un maniquí representando a la pobre Joanna embarazada y desnuda en el fondo de un pozo como una mazmorra. Y aunque le han colocado un púdico trapo por encima de la zona pélvica, el muñeco se ha roto un poco y todavía es más horrible.
NB
La foto es del maniquí de un señor (del que no recuerdo qué tenía que ver con esta historia) porque el de la señora le ha parecido demasiado “fuerte” a la mía.
Acabo con la malvada reina.
El rey murió asesinado por sus dos hermanos y otros miembros de la corte. El heredero era su hijo, Pedro, y como menor de edad la regente fue su madre. Esta temiendo por su vida llamó a los genoveses en su ayuda y estos acudieron con Juan de Morfú, ¿recuerdas ese Juan? Pues claro, el antiguo (y no sé si “actual” entonces) amante de la reina. Estos encerraron a uno de los cuñados y parece que la reina dio cuenta del otro.
El hijo se casó y fue rey y Leonor, cosa extraña, no se llevaba muy bien con su nuera, así que regresó a su Aragón natal donde el rey le concedió una pensión y el señorío de Valls. La relación de la reina con los de Valls se fue deteriorando hasta el extremo de que estos mataron a su escribano. Así que regresó a Barcelona donde murió a los 83 años, edad que en el siglo XV sería como ahora hacerlo a los 217.
NB
Si lees sobre esta reina en internet te percatarás de que en el siglo XIV no existía Aragón, sino solamente Cataluña. Quizás tampoco el reino de Navarra, ni el de Castilla, pero de eso no estoy tan seguro.
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