Hoy vamos a hacer el recorrido que estaba previsto para el primer día, segundo del circuito, que era “Día 2.- KYRENIA – BELLAPAIS – KYRENIA (GIRNE) (20 Km.)”.
Ayer oí como uno de los viajeros le decía a su pareja que este circuito le estaba decepcionando, pero que a otros amigos que lo habían hecho antes les había gustado mucho. Hoy he llegado a la conclusión que el guía de una manera muy hábil ha cambiado el orden para ir de menos a más y de esta manera acabar con mejor sabor de boca. Porque hasta hoy las visitas podían tener un interés más histórico que otra cosa (véase el palacio de Vuoni), pero no había nada para dejarte con la boca abierta. Pero hoy va a cambiar todo.
Comenzamos nuestra vida de turistas (¡dura vida!) visitando el castillo de San Hilarión.
Cuando te aproximas a él el guía te hace notar el porqué del nombre de esta cordillera: Pentadáctylos («cinco dedos»). Y por una vez turcos y griegos se ponen de acuerdo porque en turco su nombre, Beşparmaklar, también significa “cinco dedos”. Ya sabes, “Beş”, cinco y “parmaklar”, dedos. Y encuentro un gran error (no grave, pero si grande, o eso me parece) en la edición española de Wikipedia sobre estos montes: confunde a los “Lusignan” con los “lusitanos” y creo que fue porque el traductor de la página inglesa no conocía a los primeros, pero sí a los segundos. Por si te has olvidado: los Lusignan, nobles franceses que en el siglo XIII fueron los reyes de Chipre.
Nuestra primera parada es a unos cientos de metros del castillo de San Hilarión y su visión es algo espectacular, de esas de quedarte con la boca abierta. No te digo más que parece que Disney se basó en el escarpado contorno de este castillo para el de “Blancanieves y los siete enanitos”.
También hay una leyenda que dice que tuvo 101 habitaciones, la última de las cuales conducía a un jardín secreto donde una reina hada seducía a los que pasaban por allí y caían en su refugio y les robaba después de hacerles caer en un profundo sueño. Imagino que algo más les haría, porque tomarse tanta molestia para robar a un pringado transeúnte si eres una reina hada con 101 habitaciones…Quizás les sacaba los entresijos y las gallinejas.
La verdadera historia (pero más aburrida) es que los bizantinos levantaron una iglesia y monasterio en el siglo X y más tarde un castillo en el lugar donde estaba la tumba de San Hilarión. Este fue un anacoreta que llegó aquí desde Palestina y vivió en una cueva en el siglo IV. Y como muchos santos tiene una curiosa historia detrás: parece que los diablos que habitaban en esa montaña no paraban de tentarle con sus gritos, pero el santo estaba sordo como una tapia (en inglés “stone deaf”, que no me lo podía creer) y los demonios aburridos se fueron a tentar a otra parte. Debía ser el pelotón modorro de los malignos.
Este castillo tiene una situación privilegiada frente a la costa y encima de Girne, por lo que tuvo mucha importancia a lo largo de su historia. Así los Lusignan lo ampliaron enormemente. Más tarde fue de los genoveses y cuando, los venecianos gobernaron Chipre en el siglo XV el castillo fue abandonado.
Ahora lo que quedan son unos restos entre los que te paseas.
Una curiosidad de estas instalaciones son unas habitaciones donde explican con muñecos la historia del castillo y de algunos de sus famosos habitantes. Realmente graciosos y un tanto gore en algunos casos.
Y una curiosa historia de traición que dejaré para el final.
Acabo el castillo con una nota poética: cuando gobernaron los Lusignan, el castillo fue llamado «Dieudamour» (Dieu d’Amour). Precioso.
Pero parece que todo no podía ser tan bonito y camino de la siguiente etapa nos “clavan” una visita a una fábrica de prendas de piel. Y aquí o te enfrentas al guía y al grupo de los que les encantan esas exhibiciones o te callas, que es lo que hice yo.
Y de la “piel” a Bellapais. Y fue una pena porque el tiempo empleado (iba escribir “perdido”) en la “Leather Factory” lo podíamos haber usado en este precioso pueblo y su abadía. El típico lugar donde hubiésemos pasado el día tomando fotos, y más ahora que viajamos con otro fotoadicto, Enrique.
La guía dice que es un encantador y tranquilo pueblecito situado en la montaña y que ofrece bonitas vistas sobre el cercano mar. Y es famosa, además de por su abadía, porque Lawrence Durrell vivió aquí durante unos años y escribió el libro “Limones amargos” sobre esta experiencia. Una reseña de este libro acaba diciendo: “lo que él describe prácticamente no existe.”
La “Abadía de Bellapais”, o la “Abadía de la Paz”, del francés “Abbaye de la Paix Belle”; ya ves que el nombre actual es una evolución o una corrupción del nombre original debido a los venecianos que la llamaron «De la Pais».
Fue levantada por un Lusignan a finales del siglo XII y comienzos del XIII y sus escudos de armas todavía pueden verse encima de la puerta de entrada.
NB
El león del escudo fue un regalo de Ricardo Corazón de León durante la tercera cruzada. ¡Qué cosas hacían los reyes en aquellos siglos!
Lo que queda es un conjunto de ruinas del monasterio original, pues además de que los genoveses, invasores antes que los venecianos, se llevaron todo lo que tenía algo de valor y era transportable, cuando Chipre cayó bajo el poder otomano estos expulsaron a los monjes y entregaron la abadía a la iglesia ortodoxa griega, pues designaron a esta iglesia como la única legal cristiana en el país. Los ortodoxos fieles a sus tradiciones añadieron iconos y un iconostasio que sorprende en aquel entorno típicamente gótico francés.
La abadía acabó siendo abandonada y parte de sus piedras utilizadas como cantera por los habitantes de la zona. Más tarde los británicos la utilizaron como hospital e iniciaron algunas reparaciones.
Pero lo que queda es una maravilla. Si vienes a esta isla no dudes en visitarla.
Además de la abadía Marisa aprovecha las posibilidades fotogénicas del pueblo con ventanas y puestos encantadores.
También una flor, tipo iris, que haría las delicias de las vexilofilias y vexilofobias nacionales: un pétalo amarillo, entre dos rojos. Como el título de un divertido corto.
En la parada del autobús un gran grupo de estudiantes de variados países, colores y etnias. Seguramente pertenecen a una de esas afamadas universidades norchipriotas.
Regresamos al cercano Girne para comer.
14/03/2019 a las 10:46
Dado la poca credibilidad que das a mis comentarios, te va a hacer preguntas «Raita of de combs», esto es, Rita la de los peines.
Atentamente,
14/03/2019 a las 21:35
No, no, por favor, no me dejes sin tus comentarios, piensa que solo me lees tú y los robots chinos y ellos, sin alma, no me comentan nada.
Por favor, deja la venganza para los dioses helenos.
Un beso
PS
Por cierto, ¿sabes que «raita» es una salsa india?
14/04/2019 a las 21:44
te leemos muchos mas Angelito !! un beso
18/04/2019 a las 09:08
Bueno, pues los robots chinos y tú. Muchas gracias por hacerlo.