4. Chipre 2018. 4 de octubre, jueves. Segundo día de viaje. Santos y palacios. Primera parte.

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Desayuno estupendo. A pesar ello seguro que alguno se quejará.
En el comedor muchos alemanes en grupos y algunas familias sueltas.
Y empezamos la dura vida del turista. Bueno esa “dureza” ha empezado con el madrugar, pero es inevitable en este tipo de viajes. De todas maneras cuando alguien se queja de estas pequeñas molestias siempre pienso en la verdadera dureza: plantar arroz en el sudeste asiático o picar piedra en el norte de la India.
La primera visita es según el folleto a la “iglesia de Santa Mamas”, que hasta en eso se han equivocado: en el sexo del santo, que es “San Mamas”, aunque dada la información igual podía ser “san” que “santa”, pero de todas maneras era un personaje que merece una entrada propia.

San Mamas.
¡Curioso personaje este santo!
Lo primero de todo es que no estaba claro su origen. Vaya, como todos los santos y santas de aquellos periodos del cristianismo temprano. Por cierto, que esta isla se vanagloria de haber sido el primer país cristiano del mundo, pues el procónsul de Chipre Lucius Sergius Paulus en el siglo I fue convertido al cristianismo por San Pablo, y así esta isla fue el primer territorio gobernado por un cristiano, y ya sabes que donde va el jefe va el personal… Y así aparece en “Los Hechos de los Apóstoles”.
Tengo una amiga que cree que a veces me invento los nombres de sitios exóticos que visito y también me critica por mi interés religioso, pero es que esto debería ser una noticia de primera página, lo que llaman ahora un “scoop”, no, no una “cucharada”, que es “a piece of news that one newspaper gets and prints before the others”: “Saulo, llamado también Pablo realiza su primer viaje misionero entre los años 45 y 48, acompañado de Bernabé y con la colaboración inicial de Juan Marcos, el autor del segundo Evangelio. La primera etapa de este viaje fue la isla de Chipre, de donde era originario Bernabé”. Y luego: “Recorrieron toda la isla y llegaron hasta Pafos, donde encontraron a un mago judío llamado Barjesús, que se hacía pasar por profeta y estaba vinculado al procónsul Sergio Pablo, hombre de gran prudencia. Este hizo llamar a Bernabé y a Saulo, porque deseaba escuchar la Palabra de Dios”. Aquí viene lo del típico milagro, en este caso en plan putada, pues dejaron ciego al pobre Barjesú, también llamado Elymas, y claro “Al ver lo que había sucedido, el procónsul, profundamente impresionado por la doctrina del Señor, abrazó la fe”.
Bueno, pues hasta Rafael tiene un cuadro con el hecho.

NB
Lo de que el tal “Barjesús” se hiciese llamar Elymas estaba del todo justificado, que en Chipre de aquellos años un nombre así, “Barjesús”, debía sonar como “Borjamari´” en Orcasitas.

Y llegó a tanto el fervor religioso que esta isla fue llamada “La isla de los santos” y todavía hoy hay un peregrinaje turístico con ese nombre del que te dejo el enlace por si te decides a probarlo.
Y no es ninguna tontería, pues piensa que uno de esos santos fue nada menos que Lázaro, sí el de «Levántate y anda», aunque esa frase realmente es de Gustavo Adolfo Bécquer, que ese sí que sabía construir frases memorables. Pues el bueno del resucitado Lázaro acabó de arzobispo en esta isla.
Para compensar te dejo una foto de la “tierra de María Santísima”, que no toda la santidad está o estuvo en Chipre.


Acabo con San Mamas.
La historia de la vida de este santo no está nada clara. Por un lado aparece un San Mamas o Mamés de Capadocia, que es el famoso, que no tiene nada que ver con el de este pueblo. O quizás sí, pues resulta que el de Capadocia, hijo de mártires y mártir también él, fue entregado a los leones de un circo (¡de un circo de aquellos de los romanos, no a los del “Circo Americano”!) y en lugar de comérselo los amansó, aunque otros dicen que se lo comieron al instante. Pero el de aquí era un ermitaño que vivía pobremente a pesar de lo cual las autoridades intentaron cobrarle los impuestos, pero Mamas (todavía no era santo) se escapó, y los soldados lo cogieron (en Méjico, lo capturaron). En el camino de vuelta se encontraron a un león que se iba comer a un corderito y los soldados huyeron. Entonces Mamas cogió al cordero y se sentó encima del león y de esta manera regresó a la ciudad. Así por su valentía le eximieron del pago de los impuestos.


El primer San Mamas debería ser el patrón de los domadores, pero parece que es San Daniel, aquel de “Daniel y los leones”. Una injusticia porque no sé qué pintan los precristianos en el santoral católico. El San Mamas de este pueblo debería ser el santo patrón de los evasores de impuestos.
Pues esta iglesia está en Morphou, o Morfou, ciudad que antes de 1974 era esencialmente grecochipriota y ahora se llama Güzelyurt; ya te puedes imaginar quien vive aquí.


Primero vistamos un pequeño museo de esos que no entiendes muy bien como clasificarlos. Y además que su visita se la podría llamar de “a más a más”.
Se compone de un extraño apartado dedicado a las “Ciencias naturales” donde descubro un pez con mi nombre en turco de aspecto fiero y algo feo: “Epinephelus aenerus”, que no sé porqué lo tienen allí disecado al pobre. Pero peor es una triste cabrita que es una deformación genética con 8 patas. Y otra cabrita con dos cabezas. Una especie de gabinete de los horrores. Acaba la exhibición taxidérmica con un grupo de conejos de Nueva Zelanda.


La parte arqueológica es más interesante pues tienen una Artemisa de mármol del siglo II con una gran cantidad de pechos, aunque el guía nos informó que realmente eran escrotos. Tendré que investigar sobre la anatomía mitológica de esta diosa.

NB
¡Qué grande es la web!
Encuentro un artículo de “The New York Times” donde efectivamente dicen que quizás representaban “testículos de toros”. ¡Toma ya!

La iglesia es del siglo XVIII aunque su iconostasio es del XVI. Yo diría que es la clásica iglesia ortodoxa llena de iconos. Sorprende que a pesar de no ser muy grande tenga una enorme lámpara tipo araña de vidrio.

Su particularidad más importante es un líquido que brota en pequeña cantidad de un agujero en la tumba del santo. Una leyenda dice que cuando los otomanos llegaron aquí agujerearon la tumba en busca de un tesoro y empezó a manar ese líquido.

Y como parece que es milagroso para las enfermedades del oído hay un montón de exvotos en la pared en forma de oreja, no sé si en agradecimiento de las curaciones o en la espera de que se realicen. Claro, que quizás sea por los sabañones que son más importantes en las orejas que estas para los problemas de audición.


Y no podía faltar San Jorge. ¡Mira que les gusta a estos ortodoxos! Aunque realmente es un santo muy fotogénico.
Las pinturas antiguas (no sé cuán de antiguas serán) están bastante estropeadas; algunas por la acción del tiempo y otra por los macarras de este época o anteriores que se han dedicado a rayarlas. Además la iconografía ortodoxa se me escapa y no soy capaz de reconocer a casi ningún santo. Claro que pasará lo mismo para la católica dentro de pocos años: ¿quién sabrá que Santo Tomás de Aquino es ese joven con la casita en su mano o Santa Catalina por la rueda que la destrozó? Los únicos que se salvarán serán San Sebastián por haberse convertido en un icono gay y Santa Lucía por la ONCE.
Aprovechamos la breve estancia en el pueblo para cambiar y conseguir liras turcas, la moneda oficial del país. Y es que en la parte sur de la isla se utiliza el euro, pero no aquí aunque se puede pagar casi siempre en euros aunque en este caso suelen aplicar un cambio muy desventajoso: la lira sufrió una fuerte depreciación en agosto de este año pero en los comercios, muy astutos ellos, hacen como si no se hubiesen enterado y suelen cambiar con el antiguo ratio. El cambio es de 6,85 liras por euro pero te aplican en las tiendas 5 liras por euro, o sea casi un 30% menos, aunque entiendo que es mucho más fácil su cálculo.

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2 respuestas to “4. Chipre 2018. 4 de octubre, jueves. Segundo día de viaje. Santos y palacios. Primera parte.”

  1. Luigi Says:

    cuanto vamos a aprender en este viaje del santoral!!

    • alelsoles Says:

      Sobre todo los que no habéis ido a los escolapios ni habéis leído «La leyenda dorada». A los escolapios ya no os da tiempo pero a Santiago de la Vorágine sí le podéis echar una lectura.

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