Nunca escribo sobre los viajes cortos, vaya los de menos de un mes, pero rompí la norma con mi anterior viaje a Japón (“solo 26 días”) y ahora voy a hacerlo de nuevo con este de “Una semana en Chipre”.
Ha sido un viaje organizado, o quizás solo patrocinado, por la Comunidad de Madrid. Tenemos experiencia en este tipo de circuitos y en general todos con un resultado estupendo.
¿Qué me atrajo de Chipre?
Estando en una ocasión por el suroeste de Turquía vi que había conexiones desde allí con esta isla (y también con Rodas) por barco y quizás me quedó entonces esa inquietud por conocerla. Además, es una isla con un pasado muy importante, pues la han atravesado todas las grandes civilizaciones que han cruzado el Mediterráneo oriental, exceptuando quizás a los aragoneses o, como dirían ahora, a los almogávares, que suena a más catalán. Bueno, aquí me he dejado llevar por mi fervor patriótico, pues no creo que se pueda llamar civilización a lo de Neopatria.
Todo ese trasiego acabó con la larga dominación de los otomanos y finalmente de los británicos.
Más tarde tuvo un pasado muy tomentoso que, aunque en la lejanía, lo he seguido. Primero porque su figura política más importante en los años 60 era el arzobispo Makarios y aparecía en el NODO con su poblada barba (los arzobispos católicos iban rasurados), su sotana negra y un ridículo gorrito. Vaya, ridículo como todos los de los prebostes de todas las religiones y de las policías autonómicas, estos aunque no sean prebostes.
NB
NODO, es el acrónimo de “Noticiarios y Documentales Cinematográficos”. Llevaban un subtítulo de un año en números romanos. ¿Qué significaba? Pues era el ordinal desde la fecha de la primera emisión en 1942. O sea, una tontada, porque ¿a quién le importaba que fuera el decimocuarto año de emisión como este?.
Por si eres un joven lector te dejo el enlace de uno de esos documentales, con Makarios incluido. Si no eres tan joven solo de oír la música de comienzo se te pondrá la carne de gallina.
En aquellos años también nos enteramos de la “Enosis”, palabra griega de fácil recuerdo, donde militaban los que querían la anexión de Chipre a Grecia, y su movimiento «EOKA», con un doble frente: contra los británicos y contra los turcochipriotas.
Más tarde ocurrió el intento de liquidar (pero del todo) al arzobispo, sin éxito, y la toma del poder por un político con el apoyo de los coroneles griegos, nuevos intentos de anexión y finalmente la invasión turca en 1974 y la partición de la isla por la llamada “línea verde”, de la que ya todos hemos oído hablar.
Lo de esa “línea verde” es bien curioso, porque tú oyes hablar de “verde” y te parece que es algo con significado relacionado con la paz y con algo bueno, que ahora todo lo “verde” parece sano y tranquilo. Pues no, que esa línea tiene ese color porque el militar británico que la dibujó sobre un mapa lo hizo con un rotulador verde. Y “se non è vero, è ben trovato”.
NB
Curiosa trasformación del significado. En mi adolescencia y juventud “lo verde” era sinónimo de sexual.
Y ya en momentos recientes los intentos de reunificación de las dos partes de la isla y de que como por unos y por otros la casa sin barrer.
Y no sabía nada más de esta isla.
Y con ese parvo bagaje de conocimientos, pero con nombres tan sugestivos del folleto de la agencia de viajes cono Famagusta, Nicosia, Kyrenia, Salamis, la iglesia del apóstol San Andrés,….pues te entran unas ganas enormes de hacer este circuito. Porque, ¿quién no ha querido en su vida ir a visitar el castillo de San Hilarión o las catedrales góticas construidas por los Lusignan? Pero conforme leía cosas sobre las ciudades que íbamos a visitar me iban surgiendo dudas pues, como luego he comprobado, no he visto un folleto de un circuito turístico peor redactado, planificado y con carencias de información importantes que este. Y cuando pasaban los días todas las incongruencias y carencias aumentaban.
Más tarde acudí a la página del Ministerio de Asuntos Exteriores (MAE) y me percaté de que ni los responsables de la Comunidad de Madrid en este negociado (debe ser algo así como “Ocio para los abuelos”), ni los de la agencia de viajes se lo habían leído. Porque todo el circuito se desarrollaba por parte norte de la isla, la llamada oficialmente «República Turca del Norte de Chipre», y ese estado no está reconocido más que por Turquía y por la Organización para la Cooperación Islámica. O sea, que no existe. Y el MAE te advierte de todos los problemas que puedes tener si te ocurre algún contratiempo allí: “Puesto que España no reconoce a la autoproclamada «República Turca del Norte de Chipre», no es posible garantizar siempre la debida protección consular en esa parte de la isla”. Y también que “El aeropuerto de Tymbou (conocido como Ercan por los turco-chipriotas), en la parte norte (la autodenominada «República Turca del Norte de Chipre») ha sido declarado ilegal por la República de Chipre y no ha sido homologado técnicamente por la O.A.C.I. (Organización de la Aviación Civil Internacional). Los viajeros que utilicen dicho aeropuerto, en caso de accidente, litigio o cualquier otra contingencia, no estarán amparados legalmente por los convenios internacionales que protegen los derechos del pasaje”. Y sobre los problemas que puedas tener con las tarjetas de crédito que “al tratarse de un «Estado» no reconocido por la Comunidad Internacional, las posibilidades de reclamación posterior son muy escasas”.
Vaya, todo facilidades. Y un detalle más que aprendí en el viaje: si tienes un problema con el pasaporte, o sea que lo pierdes, tardas dos semanas, por lo menos, en obtener un salvoconducto para salir de allí, pues solo se puede gestionar a través el consulado británico y estos dedican solo dos horas a la semana a esos “asuntos consulares”, aunque quizás esto sea una leyenda urbana. O una “leyenda consular”.
A esta parte de la isla solo se puede llegar por vía aérea desde Turquía haciendo escala en Estambul y desde allí al aeropuerto de Girne, llamado Ercan, o bien por barco desde la cercana costa turca que está solo a unos 70 km.
NB
El aeropuerto tiene el extraño nombre de Ercan por el nombre de un militar de ejército del aire turco que murió en la invasión turca del año 1974.
Pues bien, consultada la agencia de viajes, despejan mis dudas, pues la primera información es que el vuelo era de Madrid a Nicosia: “Día 1.- MADRID – NICOSIA – KYRENIA (28 Km.) Salida a la hora indicada en vuelo, con destino Nicosia. Llegada y traslado al hotel en Kyrenia. Cena y alojamiento)”. Extraña ciudad para llegar, puesto que no tiene aeropuerto.
Otra duda resuelta: disponemos de un seguro de viaje incluido en el billete, aunque un poco escaso para las coberturas: 6 mil euros por muerte y 12 mil por invalidez permanente, 2 mil por médicos y hospitalización. Estando allí nos dicen que los médicos de esta parte de la isla son partidarios de intervenir quirúrgicamente enseguida, así que no sé con esos 2 mil que te harán, quizás solo esté cubierta la amputación.
Pero en cualquier caso no parece ser una zona con problemas con sus vecinos, exceptuando los políticos. Vaya, esto es así si perteneces a la UE, pues los de otros países pueden tenerlos al atravesar la línea verde de una de una parte de la isla a la otra.
Etiquetas: Chipre
08/03/2019 a las 13:57
Siempre es un placer recibir tus crónicas viajeras, que lo único que tienen de malo es que cuando acabas de contar un viaje, te das cuenta el primer día sin ellas que tienes mono y te faltan. Un abrazo para el viajero y la reportera fotográfica.
08/03/2019 a las 18:09
Muchas gracias. Tendré que seguir escribiendo hasta «Mon dernier soupir».
Bueno, esta frase la he copiado de Buñuel, pero me encantaría que fuese mía.
Un beso
28/03/2019 a las 18:27
Hola queridos Anjo y Marisa, regreso y vuelvo a leer estas maravillosas crónicas que nos embarcan y seducen en vuestros magníficos viajes por el mundo y por esas zonas practicamente desconocidas para el común de los lectores/mortales..
Un besazo
xxx
29/03/2019 a las 09:36
Muchas gracias.