
Nótese la escalerita.
Sobre el “drift ice”.
Fuimos a Abashiri especialmente para ver el “hielo a la deriva” y aunque no fue posible si fue interesante esa ciudad por el resto de cosas que vimos.
Pero ¿por qué hay hielo a la deriva en tal cantidad que es una atracción turística? Pues entre otras cosas porque es la zona más al sur del hemisferio norte donde se puede observar ese fenómeno. Piensa que Abashiri está solo un poquito más al norte que San Sebastián. Y esto ocurre porque llega al mar de Okhotsk una gran cantidad de agua dulce desde la desembocadura del río Amur lo que hace que dada su baja salinidad haga que sea más fácil su solidificación. Vaya, lo que hacen en tu ciudad cuando va a helar pero al revés: aquí la naturaleza quiere que hiele más, por lo que en vez de echar sal le echan agua dulce. Así que ya tenemos el hielo; ahora hace falta que las corrientes lo empujen hacia Abashiri y parece que eso es lo que ha fallado este año.
Pero los japoneses no se conforman con subir al Aurora y ver esas masas rotas de hielo. Además han seleccionado el ruido que hacen como uno de los “100 sonidos naturales de Japón”. Te dejo el enlace en inglés por si no lo comprendes, y además puedes seleccionar las imágenes de los lugares y uno pocos sonidos.
He comprobado que ya he “oído” alguno de esos sonidos como el bosque de bambú de Kioto, las campanas de la torre del reloj de Sapporo y la de la iglesia ortodoxa de Hakodate, las grullas de Kushiro, los remolinos de Naruto y quizás alguno más. A partir de ahora les prestaré más atención. Imagino que los “cazadores de listas” llevarán un control de todos ellos.
Nota geográfica para que sitúes al río Amur.
Como bien sabes desemboca en el estrecho de Tartaria, que une (o separa) el mar de Japón del mar de Ojotsk. Otro estrecho semejante es el de La Pérouse o de Soya que está al norte de la ciudad de Wakkanai.
Sobre la oración.
Volví a pensar sobre la aseveración de la monja benedictina de la que escribí cuando venía a Japón de que el 90% de las enfermedades se curan con la oración. Está claro que no deben ser de tipo infeccioso ni degenerativo pero si ”según los estudiosos”, que dijo ella, se curan de esta manera es que son enfermedades producidas por el pecado y por tanto la oración las cura. ¿Qué enfermedades serán? No se me ocurre ninguna que pueda ser producida por infringir alguno de los diez mandamientos de la ley de Dios, excepto quizás el sexto pero solo si esos “actos impuros” los realizas con alguien previamente infectado, lo que excluye el onanismo. Y ¿conoces a uno con blenorragia que se haya curado rezando? Si infringes alguno de los 5 mandamientos de la Santa Madre Iglesia, todavía parece más difícil ”coger” algo. Por ejemplo, piensa en el de “comulgar por Pascua Florida”. Lo veo imposible. Ni un resfriado. Aunque ahora debe tener un enunciado más acorde con los tiempos. Así lo decíamos en los años 50.
Entonces ya hay que entrar en el terreno más resbaloso de los siete pecados capitales. Así con la gula sí puedes dañar algunas de tus vísceras pero no creo que con la oración lo puedas arreglar si sigues poniéndote morado de beicon y chocolate. La codicia, la ira y la envidia lo más que te pueden provocar dañino es que te rompan la cara, pero eso no debería ser considerado una enfermedad. La lujuria tiene la misma cura que el sexto mandamiento: precaución, para los practicantes (del sexo, claro) o abstinencia.
Total que no veo ese 90% de enfermedades producidas por el pecado y sanadas por la oración. Será cosas de las estadísticas.
Me gustaría saber qué piensan las monjas budistas sobre lo de curar sin pasar por la farmacia ni por el quirófano.
Sobre la altura de los fotógrafos.
Los fotógrafos callejeros japoneses llevan a veces escaleras para de esta manera tener un mejor perspectiva de lo que quieren fotografiar. Suelen ser de aluminio, de buena estabilidad y bastante altas, pero a veces es una simple escalerita de un solo escalón. Imagino que de esta manera le permite a un señor (casi siempre son varones) de 1,6 pasar a tener el punto de vista de uno de 1,90.
Yo siempre había pensado que los altos y muy altos tiene esa ventaja como cámaras de reportaje pero también se puede conseguir de esta manera. Además los de 1,60 no tendrán los problemas para sentarse en un avión o en los transportes públicos asiáticos (excepto en los trenes de Japón) que sí tienen los altísimos.
Sobre los restaurantes franceses.
¡Qué elegante es ser francés y más si eres un restaurante!
En “nuestro” barrio leo la carta de un restaurante francés. Los diferentes menús se llaman: Ange, Brisse, Cognassier, Leger y A La plancha.
La primera sorpresa es encontrar ese “A La plancha” entre el resto de nombres. La segunda es que excepto esos nombres y la palabra “Menú” no hay ninguna otra con caracteres latinos: todo está exclusivamente en japonés por lo que no sé qué hay detrás o mejor dentro de cada menú. La tercera son los precios que van desde los 9 mil yenes del “Ange” a los 13 mil de “A La Plancha”, o sea de 78 a 115€ aunque en este último sí que te dan algo de 100 gramos. La cuarta es el horario: de 6 a 9 de la tarde. Y lo más sorprendente es el nombre de un menú: “Cognassier”, palabra francesa que significa membrillo. ¿Habrá algún japonés que haya comido alguna vez uno? Me temo que no. Quizás sea como el del albañil, creo que polaco, que salía en la peli de Érice “El sol del membrillo”.
Un sinsentido. Pero elegante: “S’il vous plaît, je choisirais le cognassier”.
NB
Busco información en internet para ver si puedo descifrar tanto misterio sobre ese establecimiento y efectivamente encuentro unos comentarios en TripAdvisor pero están todos en japonés. De todas maneras intento con la traducción automática que proporciona y como siempre es muy interesante: “Pescado de roca es así, pero era muy deliciosa que los filetes cocidos al vapor en la prestación directa de las Islas Goto de la mañana del día en la fuente real (la fuente de los pescados y mariscos). También Karedanyo condición al horno de mi esposa parece ser era así deliciosa”.
Otro titula su crítica como «Para un día especial»: “Esta vez, fue en la celebración del cumpleaños. Y un gran servicio se lleva a cabo muchas veces, estamos satisfechos con los platos. Ya que también había ancianos en seis, me hizo una reserva en la parte posterior de la habitación privada contiene. Comida si no hay placa de hierro fue que pensé que pregunto lo que es, en absoluto, no se preocupe, platos, disfrutar de la charla, ahora cumpleaños memorable”.
Pero ni una pista del membrillo.
Sobre el hotel japonés.
En mis crónicas hago referencias con frecuencia a la cadena de hoteles en los que nos alojamos. En la entrada del de Tokio un póster dice que esta cadena ha entrado en el famoso (e idiota) “El libro Guinness de los récords” por haber tenido un 100% de ocupación durante 24 horas en sus 48.831 habitaciones. Hasta ahí normal, pero es que luego dicen que su meta es tener 10.450.000 habitaciones. ¡Diez millones cuatrocientas ochenta mil!
Yo creo que se les ha escapado algún cero de más. O como decían antes los jóvenes (que ahora son cincuentones): “se les ha ido la pinza”; frase que me hubiese gustado poder explicarle a la directora de este establecimiento, pero aunque lo he intentado no lo he conseguido. “Your boss has lost the clothes peg”. La verdad es que lo de “clothes peg” lo he tenido que buscar en el diccionario.
Etiquetas: Japón
15/01/2017 a las 11:16
Al, seguramente tu monja estaría hablando de enfermedades auto inmunes y dentro de la definición de «oración» puedes poner muchas cosas.
15/01/2017 a las 11:34
Marisa, «mi monja», que no era «mi monja», no especificó el tipo de dolencias, solo dijo un genérico «enfermedades» pero la próxima vez que pase por allí le preguntaré para que me especifique más claramente de qué hablaba.
De todas maneras desde mi pensamiento volteriano creo que estaba equivocada. Además ¿crees que un celíaco puede zamparse una pizza y después rezar tres credos para compensar?
Un beso
15/01/2017 a las 18:32
¡Jamás! Y nunca pretendí afirmar semejante cosa y lo sabes ¿o no?.
25/01/2017 a las 12:04
Qué interesante la idea de tener una relación de sonidos, lástima que como sonidos propiamente dichos haya muy pocos.
Serían muy relajantes grabaciones con esos sonidos de la naturaleza.
25/01/2017 a las 12:11
Carmen,me apunto tu idea y en mi próximo viaje a Japón intentaré «cazar» alguno de esos sonidos y grabarlo. Espero que el sabio editor de ESE pueda ponerlos con la crónica.
Un beso