21. Bali y Lombok 2015. 19 de septiembre, sábado. Duodécimo día de viaje. De Sembalun Lawang a Senggigi. Primera parte.

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Esta mañana pensaba en qué poco considerados son estos muslimes: por lo menos el sábado, el “Sabbat”, el día sagrado judío, se podían refrenar un poco. Pues nada, a las seis han empezado a cantar y no han parado hasta las siete. O más. Que hay que tener unos pulmones muy potentes o lo tienen grabado y en este caso no creo que sea muy del agrado del Todopoderoso, que los dioses de todas las religiones valoran mucho el esfuerzo y eso de darle al “play” no requiere ninguno.
Y ya despiertos y como mi amigo chino-indonesio nos enseñó unas fotos de la montaña al amanecer e incluso me llevó hasta el lugar desde donde él las había tomado, pues hacia allí nos hemos ido. La verdad es que aunque se veía mejor que ayer, tampoco era nada espectacular. Quizás teníamos que habernos levantado al mismo tiempo que el del “play”.
Cuando regresamos al hotel nos encontramos con los jóvenes indonesios que se preparan para marchar cargados con sus mochilas.


También nos despedimos de los jóvenes alemanes que van a subir y bajar del volcán como una exhalación aunque a estos, a diferencia de los otros que salen andando del hotel y con todas sus pertenencias encima, el guía los va a llevar hasta la base misma de la montaña. Además he visto en unos mapas que había en el restaurante que el borde del cráter está a 2639 metros mientras que la cima del Rinjani está a 3726 y que quizás se queden allí.


Por si piensas hacerlo: Senaru está a 601 metros y Sembalun a 1156, con lo que deberías tener claro desde donde empezar.
Tras el frugal desayuno me voy al “Rinjani Information Centre” RIC, a ver si logro enterarme del transporte a Mataram, la capital de esta isla.


Llego allí y pregunto por Rangil, mi informante de antes de ayer, que tanto me ayudó y quien me dijo que el “bemo”, transporte colectivo tipo furgoneta, de las 10 de la mañana era el “public bemo” y que iba cerrado, que los otros eran privados e iban abiertos y que solo salían cuando estaban llenos.
Hoy no está Rangil y el joven que hay apenas habla inglés. Le pregunto por Rangil y me dice que está en “Puntuntulam”, o algo parecido. Vaya, que no me he enterado. Sobre el transporte no sabe decirme nada. Le insisto y al final me dice que hable con Rangil que está a unos 10 metros de nosotros. Quizás lo de “Puntuntulam” quería decir: “Esta aquí al lado desayunando”. El gran problema del lenguaje. Creo que el Todopoderoso con lo de la torre de Babel la cagó.
Total, que no es tan sencillo. No por lo de la torre de Babel y que el Señor los confundiese haciendo que hablasen diferentes lenguas. No. Es que el “public memo” viene desde donde nosotros queremos ir pero a veces llega a la 11 y a veces no llega, pero allí tiene un amigo que nos llevará con el suyo. Hablo con él y nos pide un disparate. Rangil le echa una bronca y se va desayunar. El conductor al final acepta llevarnos por el doble del precio normal pero como no habla apenas inglés no logro enterarme de sus condiciones. Mientras tanto otro chófer que estaba esperando a unos extranjeros que estaban acabando el trekking nos ofrece el transporte. Nos pide muchísimo y además no sabe si debemos esperar una hora o cuatro. La cosa sigue complicada.
Y allí estamos Marisa y yo sentados en un banco esperando el milagroso transporte cuando aparece un señor que nos pregunta que si vamos a hacer el trekking. Nos ofrece un tipo de pequeña almohadilla que según él es la especialidad local: una especie de engrudo de plátano rodeado de arroz envuelto primorosamente en hoja de plátano formando eso, una almohadilla. Como es un regalo y para no hacerle un feo nos la comemos. Pues resulta que el Sr. Indra –es musulmán, pero tiene nombre de dios hindú y también de una empresa tecnológica española- es un alto funcionario de Mataram y vuelve a su ciudad y nos invita a ir con él en su coche. A Marisa la aposentan al lado del chófer, que por cierto ha resultado ser hindú, detrás el Sr. Indra en un gran butacón del Toyota, a su lado otro funcionario que es de origen yemení y el único que habla algo de inglés, y detrás nos hemos hacinado los otros dos funcionarios y yo. Además han dicho que iban a a Mataram pero no por la carretera directa sino por la de la costa pasando por Senggigi, que era nuestra primera opción, así que todavía mejor.

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