Estos días hemos recogido un montón de trozos de coral en la playa y hoy hemos tenido que desechar la mitad pues aunque no pesan mucho sí ocupan un gran espacio.
Por fin cogemos el barco solo hasta Bangsal, el puerto más cercano de la isla de Lombok. A bordo nos encontramos con “las Beas de Fuenlabrada” y con 27 pasajeros más, pues en este barquito, más pequeño que aquel en que vinimos, solo vamos 31 viajeros.
El toldo del barco es coreano y con un nombre que me parece muy comercial pero que no sé como sonará en indonesio: “Zuper Crocodile”.
Y de nuevo en el barco todos jóvenes y delgados. Menos nosotros. Creo que siguiendo las teorías gaussianas nos quitaremos de las estadísticas pues no somos representativos.
Hoy no hay maleteros en el barco; parece que los que vamos a Lombok somos viajeros más expertos.
En el muelle nos encontramos con una pareja holandesa con los que coincidimos en el autobús de Ubud a Padangbai y se han alegrado al vernos. Son sorprendentes estos encuentros. Hemos intentado buscar a alguien que quisiera ir al mismo destino que nosotros pero todos van a los sitios “normales” que ya han podido contratar desde las islas pero no lo había al nuestro. Así que nos hemos quedado solos.
Salimos de Gili Air desde la playa, lo que implica mojarnos y llegamos a Bangsal también a la playa aunque en ambos lugares disponen de pequeños embarcaderos que solo utilizan los barcos rápidos. Además cuando sales del agua pasas por la arena y llegas al embarcadero rebozado de ella. Un “emprendedor” ha montado un “negocio” aprovechando esa circunstancia: por 200 rupias te lavas los pies con un chorro de agua.
Nos despedimos de todos los conocidos que van a sus “shuttle buses” y nos vamos en la busca de un transporte que nos lleve a nuestro próximo destino: el valle de Sembalun.
Al segundo intento contratamos un coche por el precio previsto. Se hace raro encontrar de nuevo coches y motos después de la tranquilidad de las islas.
Lombok.
La guía dice de esta isla que ha estado ensombrecida por su famosa vecina, Bali, de la que está separada por el estrecho de su mismo nombre, pero que al mismo tiempo hay viajeros que buscan aquí algo diferente de lo que se puede encontrar en Bali. Y que además de playas preciosas de arena blanca, posibilidad de hacer surf, frondosos bosques, recorrido por campos de arroz y de tabaco, se encuentra el volcán Gunung Rinjani, segundo de Indonesia. Y algo de lo que ya he escrito: esta isla como el resto de Indonesia, y a diferencia de Bali, es musulmana.
La carretera nos muestra un país como yo esperaba encontrar: cocoteros, campos de arroz y barcas de pescadores cuando nos aproximamos al mar. Un Asia más normal frente a los turistas de Ubud o al falso paraíso de las Gili. Y además como ya estamos en tierras del Islam las señoras más tapadas que en Bali y no te digo nada comparadas con los semidesnudos de Gili; incluso veo algún niqab pero también señoras conduciendo motos. Y mezquitas y también algún cementerio e incluso letreros con indicaciones en la carretera como el de la ciudad de Bayan. Desde allí la carretera sube con unos repechos que hace que nuestro conductor, precavido, espere a que algún camión que nos precede acabe la subida. Debe temer que la carga se le pueda caer de lo empinada que es la cuesta. Así después de dos horas y 90 km llegamos a Sembalun Lawang.
¿Por qué hemos venido aquí? Pues porque la guía define este valle como un “Shangri-La” y que la meseta está rodeada de altos picos y volcanes. Desde luego aquí está el famoso Gunung Rinjani de 3726 metros de altitud. Dice la guía que este pico es un lugar sagrado para hindúes y sasaks (¡dios mío, otra religión desconocida!) quienes hacen peregrinaciones hasta la cima para realizar ofrendas a dioses y espíritus. Los monoteístas lo tenemos mucho más fácil: basta con ir al Pilar de Zaragoza, o a Montserrat o a la Almudena para ganar el cielo. Claro que no siempre se hace así de sencillo: una vez en Mostar (antes de la guerra) encontramos a un grupo de católicos estadounidenses que habían llegado hasta allí para rezar a una virgen cercana, la de Medjugorje.
Aquí la guía recomienda especialmente un trekking de 4 ó 5 días que parte de Senaru y acaba en Sembalun Lawang y la foto en que se ve el cráter con un maravilloso lago dentro es de los que te hacen pensar en que realmente merecerá la pena, pero también que debemos tener presente nuestras limitaciones físicas y de equipamiento. Así que nos limitaremos a algún paseo por este valle y a ver el pico desde abajo si la meteorología nos es favorable.
El coche nos deja en el hotel elegido. Es un complejo con bungalós y con un precio alto comparado con los de antes.
La guía también recomienda una visita al Rinjani Information Center (RIC) y eso hacemos. Entramos en una especie de oficina y no hay nadie. Salimos afuera, rodeamos el edificio y a los que encontramos y preguntamos no hablan inglés pero nos envían al lavabo. Tres veces seguidas. Ha sido francamente divertido. Parece que los extranjeros que llegan aquí preguntan siempre por la “toilet” y dan por supuesto que todos andamos apurados. Al fin hemos encontrado al “informador” que ha sido el más amable y eficaz de todos. Nos ha recomendado un par de recorridos para hacer nosotros a pie y por nuestra cuenta así como la forma de ir desde aquí hasta la capital, que, como no sabéis, se llama Mataram, con transporte público. Eso sí que es un avance: alguien que te explica que hay dos clases de “bemo” (las furgonetas que hacen de taxi compartido) y la hora del “public bemo”, porque los privados solos se van cuando están llenos.
En un principio ya estamos en la Indonesia de verdad. Y habrá turistas occidentales pero no serán mil por uno como hasta ahora. Lo que no veo por ningún lado que este valle sea un “Shangri-La”, empezando por el producto local más famoso: el ajo. En la entrada del pueblo hay un horroroso monumento a este bulbo. Y la primera foto que hacemos es a una ristra de ajos primorosamente colocados no sé si para secarse (¿los ajos se ponen para secar al sol?) o para su exhibición. Al lado una tiendecita con unas señoras sentadas en su puerta. Sesión fotográfica y aprendizaje de mi primera palabra en Indonesia, vaya, la segunda que la primera fue “air”, ”agua”, que utilizaré con frecuencia: “caca”, “hermano”.
En la calle principal, y casi única, que es la carretera, están construyendo una nueva mezquita con aspecto de ser muy grande y que si siguen las fotos que hay en los carteles acabará siendo un horrible pastiche: Masjid Babussalam.
Este debe ser un Islam muy constructor pero las mujeres parecen más libres; de las cuatro que ha fotografiado Marisa una iba con pañuelo, otra con una especie de pañuelo de pirata y dos sin nada en la cabeza.
Vamos a comer al restaurante que nos ha recomendado el del RIC y ha sido un acierto. Nada picante y muy bueno. El truco consiste en no pedir de la carta sino hacerlo de lo que van cocinando o crudo, pero que te lo hagan sin picante: “esas berenjenas fritas pero sin picante”, “ese tofu, sin picante”.
Al salir nos ponemos a charlar con un grupo de jóvenes que han resultado ser de estudiantes de la universidad de Mataram, la cual dentro de la formación para ejercer como profesores tienen unas prácticas de tres meses en una escuela y esas tres chicas y un chico están en esa situación.
La más simpática y parlanchina se llama Anca y como la ce indonesia se pronuncia “che” aprovecho para explicarle el significado de su nombre con “Ancha” y con “Anca”. Porque además ha resultado que sabe algo de español y está muy interesada en visitar España. “¿Qué es lo que más te gustaría ver en España?”: “El Santiago Bernabeu”. ¡El Santiago Bernabeu! Tu vienes a Indonesia, y dentro de ella a una isla remota y dentro de esa isla a un pueblo del interior, quizás el más alejado de la capital y te encuentras a una jovencita que te habla del Santiago Bernabeu. Yo estuve viviendo dos años en Madrid a unos 100 metros de ese estadio y creo que no pasé ni por su puerta.
Pues como les gusta que les hagan fotografías tenemos una buena sesión y además han salido muy bien. Les pido permiso para ponerlas en Flickr y están encantadas. También ponen los dedos como las japonesas pero eso lo veo al repasarlas en el hotel por lo que no puedo preguntarle por su significado.
Y ya sin más dilación nos vamos a hacer la primera excursión que nos ha recomendado el joven del RIC.
Etiquetas: Bali, Gili Air, Lombok, Sembalun Lawang