84. Japón 2015. Final III.

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La CEE. Segunda parte.

Sobre la información de El País de la queja de la CEE.
El Sr. Gil Tamayo, portavoz de ese grupo para justificar sus peticiones y quejas dijo que “Los partidos nacen, van y vienen o desaparecen. Todo es coyuntural, menos la Iglesia, que lleva dos mil años, o casi, en España. La Iglesia no es un chiringuito que acabe de llegar”.
Si la antigüedad es un argumento de autoridad ¿qué tendríamos que hacer con los hindúes y budistas que viven en España? Pues además de pagarles la catequesis invitarles a paella de cigalas todos los domingos.


Parece mentira que una persona que ha estudiado los silogismos de la lógica aristotélica sea capaz de proferir semejantes tonterías.
El adulterio.
En el mismo periódico dice que el adulterio ha dejado de ser delito en Corea del Sur.
Estos días en Japón nos estamos planteando ir a visitar ese país y esta noticia me ha hecho pensar en la situación que se le puede plantear a una pareja española que vaya allí. Porque en muchos países la esposa toma el apellido del marido al casarse y por tanto al inscribirse en el hotel no hay duda: el Sr. y la Sra. Smith, pero ¿y los españoles? El Sr. Aznar y la Sra. Botella. ¿Cómo se saben que están casados? Y no me hagas un chiste diciendo que quién se iría a Corea con Don José María. Así nosotros tendríamos que coger dos habitaciones separadas, pero precisamente hace años estudié la posibilidad de viajar a ese país y la guía no lo recomendaba a personas solas, lo que las guías de viajes clasifican como “travel solo”, pues en Corea los precios de las habitaciones eran los mismos para una persona que para dos.


Así tendríamos que ser hermanos para poder estar en la misma habitación.
Pero afortunadamente la cordura ha llegado por fin a ese país.
La noticia añade que sigue siendo delito en Taiwán, Filipinas y Corea del Norte. Eso referido, claro, a Asia oriental que no te digo nada de lo que te puede pasar si eres un pinta en Arabia saudita o en las zonas controladas por el EI, aunque imagino que allí no pensarás ir.
(Es muy difícil encontrar una fotografía de Marisa que ilustre esta entrada, así que he buscado una pareja en actitud cariñosa, aunque no implique nada pecaminoso su actitud).
Los libros y el Sr. Aznar.
Cundo me voy de viaje siempre pienso en los libros que me voy a llevar para leer. El problema es el peso. Ahora ya no tenemos ese problema gracias al libro electrónico, sobre todo Marisa que se pasaba y había que cargar demasiado peso. Y yo con la guía del país y los periódicos suelo tener suficiente aunque una tableta también ayuda.


Por esta circunstancia siempre me ha interesado leer un artículo periodístico que suelen publicar a finales de junio donde les preguntan a una serie de personajes conocidos sobre los libros que se van a llevar a sus vacaciones. Sus preferencias suelen retratar a esas personas aunque en muchos casos me temo que solo es la fachada que pretenden mostrar y en otros te dejan bastante desconcertado. Recuerdo la selección del Sr. Ruiz Gallardón de hace unos 20 años: “Del amor y otros demonios” de García Márquez, y la del Sr. Aznar, entonces solo presidente del PP y todavía no oráculo consagrado: “no he tenido tempo de pensar en los libros para las vacaciones”.


Lo dicho en la entrada anterior: no te vayas a Corea con él.
Opiniones contundentes.
No solo es el Sr. Aznar el que tiene ese tipo de opiniones.
En un artículo sobre una modelo de curvas generosas, vaya que está llenita, el primer comentario de un lector fue:
“A muchos hombres es el tipo de mujer que nos enloquece. Pero claro, la moda está en manos de homosexuales, misóginos encubiertos, neuróticos y faltos de sentido común.”
Los sellos de goma.
En mi primer viaje a la isla de Shikoku los descubrí: en los templos que forman el famoso “camino de Santiago japonés”, “Shikoku henro”. Los peregrinos marcan su paso con un sello de goma que hay en todos los templos, los 88 del recorrido. Luego comprobé que esa costumbre es general en todo el país y en muchos sitios y que a los japoneses les encanta dejar constancia de esta manera de su paso por un lugar en las libretas que llevan “ad hoc”. Y yo también lo hago: cada vez que veo un sello lo marco en mi libreta de viaje. A veces están en los templos, la mayoría, pero también en estaciones de ferrocarril, oficinas de turismo…Pero donde hay una colección completa de esos tampones es en el Museo Nacional de Tokio. Hay una mesa con una docena de ellos pero que aquí tienen un doble sentido. En primer lugar para los que nos gusta registrarlo en algún documento personal, como por ejemplo en el ticket de la entrada, pero es que además hay unas cartulinas del tamaño de una tarjeta postal para que tú crees una con los dibujos de esos sellos y luego se la puedas enviar a tus seres queridos. También en este museo hay unos que solo he encontrado allí: en lugar de marcar con tinta lo hacen en relieve.


Así que ya sabes: si vienes aquí prepárate para ir recogiendo testimonio de tu paso con algo más sencillo y menos narcisista que un autorretrato con tu teléfono celular.
La ka.
Los modernos españoles, y especialmente los modernos vascos, estarán encantados de Japón dada la cantidad de palabras con ka que hay.


Poco antes de venir aquí cayó en mis manos un suplemento dominical de un periódico donde en una sección “gourmet” hablaba de restaurantes (también seguramente “modernos”) con nombres tales como “Nakeima”, “Kena”, “Pakta”, y “Koy Shunka”. Y también de un establecimiento dedicado al té llamado “Tekoe” y de un cocinero “Eneko”.
Lo dicho, en Japón una gloria para los amantes de la ka.

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