Kenroku-en.
Está situado en una colina en la parte central de la ciudad y era el jardín del castillo de la familia Maeda quienes gobernaron el clan Kaga desde los tiempos feudales y mantuvieron el jardín de generación en generación. Fue abierto al público en 1874 y tiene unas 11 hectáreas de extensión (el parque de El retiro de Madrid 118 ha). Tiene en su interior un estanque artificial llamado «Kasumigaike», el cual fue comparado con el mar y una isla dentro de él donde se creía que daría larga vida y prosperidad al señor feudal.
Kenrokuen significa “que tiene seis elementos”, seis atributos que proporcionan el perfecto paisaje del jardín: amplitud, aislamiento, artificiosidad, antigüedad, agua abundante y vista impresionante desde el jardín.
Hay un farol de piedra de dos patas en forma de un arpa japonesa, “koto”, que es el símbolo del jardín: Kotojitoro que está en el estanque de Kasumi-ga-ike. Otro estanque más pequeño llamado Hisagoike tiene una pequeña cascada.
En resumen: una maravilla de jardín.
La primera agradable sorpresa: los mayores entrada gratis.
En la entrada del recinto un letrero advierte de las prohibiciones y normas generales como que no están permitidas las bicicletas en su interior ni siquiera aparcarlas en el exterior. Hay que hacerlo en los aparcamientos creados para ello. No se puede fumar en el jardín excepto en los lugares fijados para tal fin. No se permiten gatos, ni perros ni otro tipo de mascotas. (¿Te imaginas al dueño de un can en España al que le dijeran que no podía entrar en un jardín con él?) No se pueden coger plantas ni animales dentro del jardín. No debes entrar en las zonas valladas o prohibidas dentro del jardín. Y la mejor de toda la última norma: “Además de todas la normas anteriores abstente de hacer cualquier cosa que pudiese afectar la belleza escénica del jardín o impedir que otros gocen de esta belleza”. Esos son normas. Y además las cumplen.
Durante nuestra larga visita ¿sabes a quienes hemos oído hablar en un tono más alto de lo normal? Pues a un grupo de jóvenes mejicanos con aspecto universitario. Por lo visto Dios tampoco fue muy benevolente con ellos en el reparto de la gracia y del libre albedrío.
Y por supuesto ni un policía, ni vigilante en todo el parque. Y hoy había muchos visitantes, pero no era agobiante.
Nos encontramos con una pareja de españoles que a mis preguntas nos explican su viaje. Siempre intento conocer otras experiencias y lugares que han visitado.
En este parque me percato que hay legión que van con el palo autorretratador. No lo entiendo en ningún caso pero el colmo era el grupo bullanguero mejicano con varios profesores o tutores o papás que les hacían las fotografías en grupo pero que luego repetían con el palo de alguno.
Y otro misterio: aquel que se hace fotografías repetidas de sí mismo. ¿Sustituirá el espejo del afeitado matutino o del maquillaje por la visión posterior de las fotos? ¿Es que no se cree él mismo que ha estado en todos los sitios en los que se ha hecho autorretratos? ¿Es más importante tu cabezota que ves, o que puedes ver todos los días, que un maravilloso jardín japonés? Porque cuando regresas a tu hogar puedes recordar aquellos preciosos o exóticos o interesantes o aburridos lugares que has visitado pero ¿para qué recordar tu cara 37 veces en los jardines de Kanazawa? Creo que sería más interesante para ti, no para los demás, que te fotografiases todas las mañanas y todas las noches y así poder ver el paso del tiempo, como en la peli “Smoke”.
Recomiendo este artículo de un blog que leo habitualmente sobre esta insana moda.
Y luego están los que se lo hacen en pareja. Porque, si riñes, ¿cómo quedan tus recuerdos? Tú haces una foto a las pirámides boreales y pase lo que pase en tu vida tendrás siempre esa foto y ese recuerdo pero si te has hecho esa foto única con el palo, tú y tu pareja y esa relación se acaba, que se acabará (ver A) tendrás que destruir tu pasado cuando comiences una nueva relación.
Cuando acabamos de separarnos de la pareja española, Marisa me dice –me reprende cariñosamente- que no debía de haber dicho algo que dije. Recapacito, le doy la razón y luego me pregunto que porqué yo siempre digo algo que no debo y ella nunca.
Este parque tiene una curiosidad que es común a los lugares donde nieva mucho en Japón. Os recuerdo que este es uno de los países con mayores nevadas del mundo a pesar de su latitud. Pues bien para evitar que el peso de la nieve desmoche las ramas horizontales de los árboles colocan una especie de conos de cuerdas que sujetan esas ramas lo que les da un aspecto muy curioso. Cuando llega la primavera y se tiene la seguridad de que no volverá a nevar quitan esas cuerdas. Pues hoy hemos asistido a esa operación en este jardín y es un trabajo sencillo pero que requiere la colaboración de varios jardineros y seguir unos determinados procedimientos. Algo realmente curioso por lo menos cuando lo hacen en un árbol grande. El dispositivo sujeta-ramas se llama en japonés yuki-tsuri.
También hemos visto a un grupo de mujeres muy tapadas limpiando y podando (?) el musgo como si fuese un césped.
Los árboles, además de esos soportes temporales, también tienen otros permanentes.
Solo así se consigue que sobrevivan y que tengan esa figura tan espectacular.
Al final descubrimos un árbol casi totalmente vendado: el cerezo Kenrokuenkikuzakura. Según el letrero informativo produce flores con más de 300 pétalos cada una. La otra vez que estuve aquí no pude verlo florido y hoy tampoco pero debe ser algo notabilísimo.
Vemos un monumento a un haiku escrito por Basho en esta ciudad en 1689. Este poeta es para los haikus como….aquí coloca tu poeta preferido en lengua española. Puedes elegir de Jorge Manrique a Gil de Biedma y todos los que hay entre ellos. Pero por favor no me pongas a Pemán, que a los escolares españoles nos lo hacían leer a la fuerza en épocas pasadas y lo tengo un poco atravesado.
Otro fenómeno de este parque (hoy con testimonio gráfico) pero que es recurrente en Japón: jóvenes con maletas con ruedas en visita turística. Es algo que debe estar convirtiéndose en un problema pues en algunos lugares al lado de la prohibición de fumar y de comer y beber está el de hacer el recorrido con las maletas, imagino que será por lo que puedan dañar el suelo, así en algunos castillos.
Aquí el problema es para el transportista: es muy complicado llevarlas sobre algunas superficies e imposible sobre la grava. Pero ahí siguen los esforzados viajeros tirando de ellas. La verdad es que desconozco la razón pues todas las estaciones están surtidas de consignas automáticas.
Hay un bonito lugar que representa el mundo de “los siete dioses de la fortuna”. El sitio es precioso pero al leer el letrero me percato, una vez más, de mi profundo desconocimiento de las religiones. Porque me quitas las tres religiones del libro y algo de hinduismo y jainismo y no sé nada. No digo nada del budismo pues los hindúes lo consideran como una herejía de su religión y muchos budistas no la consideran una religión. Ahora por los crucigramas conozco a Thor y por los viajes algo de los egipcios, persas, griegos y romanos, pero del resto ¿qué conozco? Nada. Por ejemplo de estos siete dioses.
Para compensar un par de jóvenes bonitamente ataviadas posan contentas para Marisa.
Al salir del parque un reducto de fumadores. Solo hay una señora de mediana edad; realmente se fuma poco en este país.
A.
La posibilidad de que una pareja que se fotografía con un palo llegue a feliz término es del 3,18%. Por “feliz término” en las leyes estadísticas gaussianas se entiende una duración de más de 5 años.
Total, que no entiendo el afán del palo autorretratador.
03/12/2015 a las 14:25
¡Qué gran envidia sobre el cuidado de los jardines y parques en Japón. Si supiera la dirección de correo de Manuela Carmena y de Inés Sabanés les haría llegar un enlace a esta entrada.
Me temo que los de ‘izquierdas’ serán aún peores que los de ‘derechas’ en el cuidado de los parques, porque confunden libertad con libertinaje y piensan que todo lo que se le ocurre al pueblo soberano está bien y, en este país el pueblo soberano se cree sujeto de derechos pero no de deberes y… pues eso, que aquí, por poner un ejemplo, se ha perdido más de la mitad de su masa forestal. Bien es verdad que gran parte de esta desgracia está en haber privatizado los servicios municipales de mantenimiento de jardines y habérselos dado a las empresas constructoras de la M-30 que utilizan en los parques la maquinaría sobrante de la obra excelsa y el conocimiento nulo sobre jardinería.
Perdón, ESE por esta diatriba pero es que este tema me enerva
03/12/2015 a las 15:19
Carmen, gracias por el «enervado» comentario. A mí el cuidado de los jardines japoneses me maravillaba y al mismo tiempo me cabreaba al compararlo con la dejadez municipal española y no solo de Madrid.
Un beso