Esta mañana, antes de irnos a la estación, pensábamos haber visitado el castillo de Takamatsu pero el día estaba lluvioso, así que después del estupendo desayuno nos hemos ido dando un paseo para coger el tren.
De Takamatsu a Kotohira no hay tren directo; tenemos que ir desde aquí a Tadotsu en un tren “express” y desde allí en un tren “local” hasta el destino. En total menos de una hora incluidos los 8 minutos de cambio de tren.
El tren de hoy aunque no es un “shinkansen” es realmente cómodo y amplio y está formado por dos vagones solamente. Cuando llegamos somos los primeros en hacerlo pero cuando llega la hora de la salida está casi lleno. Aparece un orondo joven y me dice que aquel es su asiento. Cada día estoy más torpe: me he equivocado de asiento a pesar de lo clarito que está todo.
Se estaciona al lado del nuestro un tren que a diferencia de los demás no tiene un nombre japonés sino que se llama “Marine Liner”. Otra característica es que el primer vagón es de dos pisos y el inferior está a la altura del andén, por lo que si te sientas allí no ves absolutamente nada como nos ocurrió ayer a nosotros.
Pero el nuestro es japonés al cien por cien: “Ishizuchi”.
El personal que viaja está silencioso. Por la megafonía así como por los letreros luminosos van anunciando las diferentes estaciones. También que no se debe utilizar el teléfono celular dentro del vagón. Además hay letreros en todos los vagones con la misma indicación. ¿Para cuándo en España? Me acuerdo de cuando se empezó a prohibir fumar en los trenes y que siempre tenías que recordárselo a alguien y ahora todo el mundo lo tiene asumido. Lo mismo pasará con el teléfono. Quizás como con el tabaco se empiece por vagones de “habladores” y allí todos como locos explicándole a sus seres queridos que “cariño, no sabes cómo funciona el ascensor” o “mira tía que mi jefe es un cabrón” y “los garbanzos me salieron estupendos”, y otras conversaciones igual de trascendentes. Y siempre a muchos decibelios. Y luego lo prohibirán totalmente y al cabo de un tiempo dirán que “¿recuerdas cuando todo el mundo hablaba por teléfono en el tren cosas que a nadie le interesaban pero que molestaban a todos?”. Y el otro contestará que “Jo, tío, casi ni me acuerdo, pero mi padre dice que antes hasta había gente que fumaba en el tren. Que no me lo puedo de creer”.
Total que será una maravilla pero aquí en Japón ya lo es. Si hablasen castellano (aunque fuese catalán) creo que me vendría a vivir aquí.
El otro tren, el llamado “local”, de Tadotsu a Kotohira, es como un cercanías, pero muy “cercanías”, pues solo va un vagón entre estas dos estaciones y tarda 14 minutos, paradas incluidas. Y a diferencia de los otros trenes este lleva asientos tipo metro y lo utilizan sobre todo los estudiantes.
Me percato que desde que salimos de Narita hasta aquí siempre ha habido población a ambos lados de la vía, aunque en muy pocas ocasiones han sido grandes bloques de pisos excepto en las grandes ciudades, pero 500 metros más allá hay colinas cubiertas de bosques de bambú.
Pregunta agropecuaria: dado que el bambú es una gramínea, ¿cómo se llama al conjunto de esas cañas? ¿Es un bosque?
Previsión meteorológica.
En la oficina de turismo de Kioto pregunté por la previsión del tiempo y también cuál era la página que utilizaban ellos y si estaba en inglés.
Aunque cuando viajo por Asia suelo utilizar la web de Accuweather he pensado que aquí sería más precisa una japonesa y eso hago. Tiene un inconveniente: para que según que sitios debes saber algo de geografía del país pues no da información por ciudades al estilo de la AEMT española sino por prefecturas. Otro problema, pero solo psicológico: en la misma pestaña de la previsión meteorológica está la de terremotos. De esta manera estás prevenido pero asusta un poco.